
Jornada interrumpida en el corazón logístico del Pacífico
Desde las primeras horas del lunes, la calma habitual en el Puerto de Manzanillo se transformó en un pulso laboral que amenaza con trastocar la cadena logística más importante del Pacífico mexicano. La palabra clave: paro en la Aduana de Manzanillo.
Trabajadores exigen trato justo en uno de los puertos más exigentes del país
Una protesta con nombre y territorio
A las 6:30 de la mañana, decenas de trabajadores vinculados a la Agencia Nacional de Aduanas de México iniciaron un paro laboral indefinido en los accesos del recinto portuario de Manzanillo, Colima. El motivo: jornadas extenuantes derivadas del crecimiento en el flujo de carga y una operación continua que no da tregua.
El Puerto de Manzanillo funciona las 24 horas, lo que ha incrementado no sólo el volumen de trabajo sino la presión sobre los empleados de aduanas, que ahora alzan la voz en busca de horarios laborales más cortos y condiciones más justas.
El impacto en la cadena logística: entre buques y rutas fiscales
ASIPONA intenta contener la crisis
Pese a la protesta, la Administración del Sistema Portuario Nacional (ASIPONA) Manzanillo aseguró que la programación de buques y operaciones en muelles se mantienen sin cambios. Pero en los patios, rutas fiscales y accesos, la historia es distinta.
Para evitar un colapso logístico, ASIPONA implementó un operativo especial para atender a los choferes varados en la ruta fiscal, quienes esperan la liberación de mercancías en medio del paro. La medida busca garantizar la fluidez operativa, pero no resuelve el núcleo del conflicto: el bienestar de los trabajadores.
El conflicto detrás del paro: fatiga estructural y presión institucional
Carga creciente, condiciones fijas
Los trabajadores señalan que el aumento en el volumen de carga no ha sido correspondido con una mejora proporcional en las condiciones laborales. Mientras las operaciones del puerto se modernizan y expanden, las plantillas laborales siguen enfrentando sobrecarga y ritmos intensos, muchas veces sin pausas adecuadas.
Este desequilibrio entre productividad y derechos laborales se ha convertido en un punto crítico no sólo para el personal de aduanas, sino para toda la comunidad portuaria.
Riesgos y proyecciones: ¿Qué significa este paro para el comercio nacional?
Una señal de alerta para el sistema portuario mexicano
El Puerto de Manzanillo es responsable de más del 40% del comercio de contenedores del país, lo que lo convierte en un eslabón vital para el suministro nacional e internacional. Un paro prolongado en esta aduana puede:
- Generar cuellos de botella logísticos
- Aumentar los costos de transporte
- Impactar la importación de insumos clave
- Dañar la reputación del puerto como centro eficiente
Aunque ASIPONA insiste en que las operaciones en muelle siguen, la presión en las zonas de fiscalización y liberación de mercancías podría tener efectos acumulativos en los próximos días.
¿Es sostenible una operación portuaria sin condiciones dignas?
El paro en la Aduana de Manzanillo pone sobre la mesa una discusión impostergable: la sostenibilidad humana de las operaciones logísticas. En un entorno donde la eficiencia es una obsesión, los trabajadores se convierten en actores invisibles hasta que detienen el flujo.
Este conflicto local revela una tensión estructural que no es exclusiva de Manzanillo: la necesidad urgente de replantear los modelos de trabajo en los puertos mexicanos, sin comprometer la productividad ni el bienestar. Lo que está en juego no es solo la logística, sino el modelo laboral del país.