
La tumba, el legado y la promesa: el inicio del pontificado de León XIV
La escena fue íntima, simbólica y poderosa. León XIV, recién elegido como papa, visitó en silencio la tumba de Francisco. No solo rindió tributo: selló con su presencia una promesa que resonará durante todo su pontificado.
El nuevo papa, de raíces peruanas y estadounidenses, ha elegido su nombre como un manifiesto: inspirarse en León XIII, padre de la doctrina social de la Iglesia. La herencia de Francisco y los nuevos desafíos globales se entrelazan en un mismo mensaje: la Iglesia debe responder a su tiempo, sin perder la esencia.
Un gesto con carga simbólica: Homenaje a Francisco
León XIV visita la tumba de su predecesor
El sábado, en un gesto cargado de sentido, León XIV acudió a la tumba del papa Francisco en la basílica Santa María la Mayor, en Roma. La visita, a solo dos días de su elección, marcó no solo un acto de respeto sino un alineamiento ideológico y espiritual.
Francisco, fallecido el 21 de abril, fue el primer papa jesuita y latinoamericano. Su pontificado estuvo marcado por una apertura pastoral, un fuerte enfoque en los pobres, y una Iglesia “en salida”, más comprometida con las periferias. León XIV no lo ignora: lo reivindica.
“El papa, desde San Pedro hasta mí, su indigno sucesor, es un humilde siervo de Dios y de los hermanos… como bien lo demostró Francisco”, dijo el nuevo pontífice.
Santa María la Mayor, símbolo de continuidad
No es casual que León XIV eligiera esta basílica. Santa María la Mayor fue también uno de los primeros lugares visitados por Francisco tras su elección en 2013. La repetición del gesto funciona como una declaración: este nuevo papa también prioriza lo simbólico, lo pastoral, lo cercano.
La elección del nombre: un manifiesto social
¿Por qué León XIV?
Durante su encuentro con cardenales, el nuevo pontífice explicó la razón detrás del nombre que eligió: León XIV. Un guiño directo a León XIII, autor de la encíclica Rerum novarum, texto fundacional de la doctrina social de la Iglesia.
“La principal razón es León XIII, quien afrontó la cuestión social en tiempos de revolución industrial”, señaló.
La referencia no es solo histórica. El papa actual mira al presente con ojos críticos: identifica una nueva revolución —la tecnológica, la digital, la de la inteligencia artificial— que exige respuestas éticas, justas y solidarias.
Del siglo XIX al XXI: nuevas revoluciones, viejos dilemas
La Rerum novarum, publicada en 1891, abordó el trabajo, los derechos de los obreros y la función del capital. Hoy, León XIV plantea que las grandes plataformas, el avance de la IA y las brechas sociales requieren una respuesta igualmente contundente desde la Iglesia.
“La Iglesia ofrece su doctrina social como respuesta a los desafíos de hoy: dignidad humana, justicia y trabajo.”
Así, el pontífice ancla su futuro en un pasado que considera ejemplar. León XIV se proyecta como un papa con enfoque social, pero en clave moderna.
Perfil de León XIV: entre América y Roma
Un papa entre dos mundos
Robert Francis Prevost nació en Chicago y fue misionero en Perú, donde finalmente se nacionalizó. Su trayectoria incluye trabajo pastoral en comunidades vulnerables, funciones como obispo y prefecto para los religiosos, y una formación sólida en derecho canónico.
Su identidad, bicultural y misionera, parece calzar con los nuevos tiempos: un líder global que comprende las realidades del norte y del sur, de la pobreza y del poder, de lo local y lo universal.
Formación agustiniana y experiencia misionera
Prevost pertenece a la Orden de San Agustín, tradición que valora la comunidad, el estudio y la interioridad. Durante años, vivió y trabajó en zonas rurales del Perú, donde combinó labor pastoral con defensa de los derechos humanos y educación.
Su experiencia en contextos de desigualdad y violencia le dio una mirada distinta: más cercana, menos institucional.
Los gestos del inicio: discurso, visitas y estilo
El tono del primer mensaje
El jueves, apenas elegido, apareció en el balcón de San Pedro. Habló en italiano y en español. Se dirigió a la multitud con humildad y calidez. El viernes, en su primera misa, criticó el “declive de la fe en favor del dinero, del poder o del placer”. El sábado, habló de dignidad y servicio.
El estilo es sobrio, directo, pastoral. Muy en la línea de Francisco.
Visitas con peso simbólico
Ese mismo sábado, tras visitar la tumba de su antecesor, el nuevo papa se dirigió a Genazzano, donde se encuentra la basílica de Nuestra Señora del Buen Consejo. Otro gesto significativo: conectar con la tradición mariana popular, más cercana al pueblo.
Desafíos del nuevo pontificado
Crisis internas y urgencias globales
León XIV hereda una Iglesia que no solo tiene retos doctrinales, sino también institucionales y morales. Hay heridas abiertas que no pueden ignorarse:
- Crisis de vocaciones: cada vez menos jóvenes eligen el sacerdocio o la vida religiosa.
- Papel de la mujer: creciente presión por una participación más equitativa.
- Abusos sexuales: un tema que sigue socavando la legitimidad institucional.
Las organizaciones de víctimas, como SNAP o Bishop Accountability, han reaccionado con reservas a su nombramiento, recordando que en el pasado fue acusado de mantener el silencio en casos que supervisó.
¿Podrá afrontar los escándalos?
La gran prueba será si el nuevo papa decide continuar con la política de transparencia de Francisco o si opta por un estilo más conservador. Las víctimas exigen verdad y justicia. El mundo, coherencia.
¿Un nuevo Francisco?
Continuidad o ruptura
León XIV parece haber elegido la continuidad. Desde la elección de nombre hasta los gestos iniciales, pasando por sus discursos, todo indica que seguirá una línea de reforma social y espiritual. Pero aún no está claro si se comprometerá con las reformas estructurales más profundas.
“Llamo a retomar esta valiosa herencia”, dijo en referencia al estilo de Francisco.
Una Iglesia para el siglo XXI
La revolución tecnológica, el cambio climático, las migraciones forzadas, la polarización política… todos son escenarios donde la Iglesia debe posicionarse. Y León XIV parece tenerlo claro: no habrá respuestas válidas sin justicia social y dignidad humana.
León XIV ante su gran desafío
El inicio del pontificado de León XIV ha sido cuidadosamente simbólico. Visitar la tumba de Francisco, invocar a León XIII, hablar de justicia social y dignidad humana: todo apunta a un liderazgo con raíces fuertes y visión de futuro.
Pero las promesas iniciales deberán traducirse en hechos concretos. La Iglesia enfrenta un presente turbulento y un futuro incierto. El nuevo papa no solo heredó una mitra; heredó también las esperanzas de millones.
El tiempo dirá si será recordado como un reformador o como un administrador. Por ahora, ha prometido ser un “humilde siervo”. Que así sea.