
Un encuentro inédito que habla del alma, no de la política
Antes de que Claudia Sheinbaum se convirtiera oficialmente en candidata presidencial, ya había recibido la bendición de un gesto inusual: una reunión privada con el Papa Francisco. No se trató de una visita protocolaria, ni de un acto público. Fue una conversación íntima, gestionada por Héctor Sulaimán, uno de los mexicanos más cercanos al pontífice argentino. El encuentro, marcado por una narrativa humanista, deja entrever una afinidad ideológica que podría resonar en la forma de gobernar de la próxima presidenta de México.
El intermediario: Héctor Sulaimán, la voz mexicana en el Vaticano
Una relación construida desde el deporte y la educación
Héctor Sulaimán es más que el presidente de la Fundación Scholas Ocurrentes México: es un puente entre el Vaticano y América Latina. Su cercanía con el Papa Francisco no es circunstancial; ha sido construida a partir de coincidencias profundas, como el compromiso con la juventud, el valor de la educación y, sorprendentemente, la pasión por el boxeo.
“El box no es solo golpes. Es estrategia, es respeto. Es como la vida”, dijo Sulaimán.
El gusto del Papa por este deporte no es menor. Lo ve como una metáfora de la resiliencia, la dignidad y la capacidad de reconciliación, elementos clave en su pensamiento humanista.
El encuentro con Claudia Sheinbaum: más que un gesto diplomático
¿Qué hablaron la científica y el pontífice?
De acuerdo con Sulaimán, fue él quien propuso a Sheinbaum reunirse con el Papa. La entonces jefa de Gobierno aceptó. El encuentro se realizó en la residencia papal, sin cámaras ni discursos, solo con la presencia de ideas y convicciones profundas.
Durante más de una hora, hablaron sobre el humanismo como eje de transformación, una coincidencia ideológica que, según Sulaimán, marcó la conversación.
“No hablaron de política. Fue una charla sobre el ser humano, sobre la necesidad de reconciliarnos como sociedad”, explicó.
La ausencia de política no significa falta de impacto político. En la narrativa pública, este tipo de gestos hablan más que cualquier discurso de campaña.
Un Papa que abraza el humor y la misericordia
Más allá del líder espiritual: el hombre Francisco
Sulaimán reveló un lado poco visto del pontífice: el sentido del humor. Lejos de la solemnidad que suele atribuirse a su figura, el Papa es —según quienes lo conocen— un hombre que ríe, que cuenta chistes, que disfruta de las ironías de la vida.
Pero también es un pensador de pocas palabras y muchos significados. Uno de los conceptos que más enfatiza es la misericordia: no solo hacia los demás, sino hacia uno mismo.
Esa capacidad de síntesis —esa forma de decir mucho con poco— es parte del encanto y la profundidad de Francisco. Y es lo que, quizás, conectó con la científica que hoy lidera México.
¿Por qué importa este encuentro en el contexto mexicano?
Simbología política y lectura entre líneas
Aunque se insiste en que no se habló de política, es imposible ignorar el contexto. La reunión ocurrió poco antes de que Sheinbaum fuera oficialmente candidata presidencial. Que haya tenido acceso directo a una figura tan influyente como el Papa Francisco habla de su posicionamiento internacional, pero también de sus referentes éticos.
La afinidad entre ambos personajes parece ir más allá de la cortesía. Se articula en un lenguaje común: la justicia social, la reconciliación, el humanismo, la pedagogía del respeto.
En una región como el Caribe Mexicano, donde convergen desigualdades estructurales, tensiones sociales y retos ambientales, estos valores pueden marcar la diferencia entre una administración técnica y una verdaderamente transformadora.
Scholas Ocurrentes: la diplomacia de la educación
Una red de valores en expansión global
La Fundación Scholas Ocurrentes, promovida por el Papa Francisco, tiene como objetivo unir a jóvenes de todo el mundo a través de la educación, el deporte y el arte. En México, su capítulo ha cobrado relevancia como espacio de diplomacia social.
Que Sheinbaum haya accedido a este universo antes de iniciar su campaña presidencial puede interpretarse como una señal de que la educación emocional y la cultura del encuentro estarán presentes en su visión de país.
El gesto que abre caminos
En un México profundamente dividido, con heridas sociales abiertas y una ciudadanía cada vez más escéptica, el encuentro entre Claudia Sheinbaum y el Papa Francisco podría representar algo más que una anécdota. Podría ser la semilla de una nueva narrativa política: una que ponga al centro la dignidad humana, el perdón y la capacidad de escucharnos sin etiquetas.
¿Será ese el tono que marque el sexenio de Sheinbaum? El tiempo lo dirá. Por ahora, sabemos que antes de asumir el poder, eligió hablar con uno de los líderes morales más influyentes del mundo. Y lo hizo a solas, en su casa, lejos del ruido, pero cerca del alma.