
Miles se reunieron en la Plaza de San Pedro para despedir a un líder que cambió la historia de la Iglesia y tocó el corazón de México: el papa Francisco.
Un adios histórico: el Vaticano abraza al mundo
La partida del papa Francisco marcó un momento histórico que resonó en todos los rincones del mundo, especialmente en México. Con su carisma y cercanía, Francisco logró unir a fieles de diferentes latitudes bajo un mensaje de esperanza, humildad y justicia social.
En representación de la presidenta Claudia Sheinbaum, la secretaria de Gobernación, Icela Rodríguez, acudió a la ceremonia fúnebre, transmitiendo el profundo pesar del pueblo mexicano.
México y el papa Francisco: una conexión entrañable
Desde su elección, el primer papa latinoamericano mantuvo una relación especial con México. Visitó el país en 2016, dejando un mensaje imborrable sobre la dignidad de los pobres, el valor de los migrantes y la necesidad de construir una sociedad basada en la paz.
“Hoy despedimos a un gran humanista con quien compartimos siempre su visión de que los pobres son primero”, destacó Rodríguez en el Vaticano.
El legado reformista de Francisco
Francisco no solo renovó la imagen del papado, sino que impulsó profundas reformas dentro y fuera de la Iglesia. Su liderazgo progresista quedó plasmado en encíclicas como Laudato si’ sobre el cuidado del medio ambiente y Fratelli tutti sobre la fraternidad humana.
Principios que marcaron su pontificado
- Prioridad a los pobres: su bandera constante fue la opción preferencial por los pobres.
- Defensa de los migrantes: abogó siempre por la dignidad de quienes buscan un futuro mejor.
- Compromiso con la paz: llamó incansablemente al diálogo y a la reconciliación.
- Protección de la tierra: promovió la responsabilidad ambiental como un deber moral.
Estos principios resuenan profundamente en el corazón del pueblo mexicano, mayoritariamente católico y solidario con las causas de la justicia social.
Un Papa cercano a las causas justas
La secretaria Rodríguez recordó en redes sociales la humildad de Francisco y su firmeza en la defensa de los derechos humanos. “Fue un líder social con profunda vocación humanista”, expresó.
Una ceremonia emotiva en la Plaza de San Pedro
Miles de fieles, así como representantes de distintos países, se congregaron para rendir homenaje al pontífice. Entre ellos, destacó la delegación mexicana, integrada también por el embajador en el Vaticano, Alberto Barranco Chavarría, y Clara Luz Flores, titular de la Unidad de Asuntos Religiosos.
Voces desde la despedida
La emotividad envolvió la Plaza de San Pedro, donde se entrelazaron oraciones, aplausos y silencios reverentes. “Despedimos a un líder que dejó huella por su entrega a las causas justas”, publicó Rodríguez.
Las palabras de la secretaria resonaron entre las filas de mexicanos presentes, muchos de ellos portando imágenes del Papa y banderas nacionales.
Francisco: un hermano para el pueblo mexicano
La figura de Francisco trascendió los límites eclesiásticos. Para México, fue un amigo, un hermano que acompañó a su gente en momentos cruciales, como la crisis migratoria y los llamados a la paz.
Mensajes que perdurarán
En su última visita, Francisco instó a los mexicanos a “no dejarse vencer por el miedo” y a construir juntos una nación más justa. Hoy, esas palabras resuenan con fuerza en un país que enfrenta desafíos sociales y políticos.
La secretaria de Gobernación resumió este sentimiento: “Recordamos su llamado a construir una sociedad con fraternidad, paz y justicia”.
Un legado que interpela
La despedida de Francisco no solo marca el fin de un pontificado, sino el inicio de una responsabilidad compartida: continuar su lucha por un mundo más humano y solidario.
Su legado interpela a las naciones, a los gobiernos y a cada individuo a priorizar a los pobres, defender a los migrantes, cuidar el planeta y construir paz.
En México, su memoria vivirá como inspiración y compromiso.
Francisco nos recordó que el amor al prójimo es la fuerza que puede transformar al mundo.