
En un mundo sacudido por la tensión comercial entre potencias, el oro volvió a brillar con fuerza. La caída del dólar y los aranceles cruzados entre Estados Unidos y China llevaron su precio a niveles históricos, consolidándolo como el refugio predilecto en tiempos de incertidumbre.
Oro rompe récord por tensiones entre EE.UU. y China
El precio del oro al contado superó los 3,200 dólares por onza este viernes, impulsado por una serie de factores que encendieron las alarmas en los mercados financieros internacionales. La combinación entre la guerra comercial, el debilitamiento del dólar y la búsqueda de activos refugio por parte de los inversionistas explica esta escalada histórica.
Un activo seguro en medio del conflicto
El metal precioso alcanzó los 3,243.82 dólares, marcando un nuevo máximo intradía. De acuerdo con datos financieros, el oro ha incrementado su valor más del 6% en una sola semana.
Esta subida no es casual: los inversionistas están abandonando el dólar y los bonos del Tesoro estadounidense, ante la percepción de que Estados Unidos ya no es un socio comercial confiable. La estrategia de aranceles del presidente Trump ha creado un entorno de volatilidad donde el oro se convierte en la mejor apuesta.
“El oro se ve claramente como el activo refugio favorito en un mundo perturbado”, afirmó Nitesh Shah, estratega de WisdomTree.
Aranceles cruzados y el debilitamiento del dólar
La escalada de tensiones comerciales escaló esta semana con una nueva ronda de aranceles:
- EE.UU. impuso un 145% de aranceles a productos chinos.
- China respondió con un 125% a importaciones estadounidenses.
Este enfrentamiento amenaza las cadenas de suministro globales, provocando fuga de capital hacia instrumentos más estables.
El dólar, en retroceso
El índice del dólar (DXY) cayó frente a otras monedas internacionales, abaratando automáticamente el oro para compradores fuera de Estados Unidos. Esta devaluación incentivó más compras, elevando aún más el precio.
Además, existen otras variables estructurales detrás del fenómeno:
- Compras de bancos centrales de economías emergentes.
- Expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal.
- Tensión geopolítica en múltiples regiones.
- Inversiones crecientes en ETF respaldados por oro.
El efecto dominó en los metales preciosos
El repunte del oro también arrastró al alza a otros metales:
- Plata: 2.7% arriba, cotizando en 32.05 dólares por onza.
- Platino: 0.2% arriba, en 939.80 dólares.
- Paladio: 0.6% de incremento, alcanzando 913.65 dólares.
Estos movimientos reflejan una reconfiguración en las preferencias de los inversionistas, que buscan blindarse frente a la volatilidad y la posible recesión global.
Lo que viene: incertidumbre y más presión sobre los mercados
El oro ha vuelto a mostrar por qué es considerado el termómetro de las crisis. Su ascenso por encima de los 3,200 dólares confirma un momento de alta tensión geoeconómica. Si persiste la guerra comercial y la Reserva Federal opta por relajar su política monetaria, el precio del oro podría romper nuevas barreras.
En este escenario, países emergentes como México deben leer las señales: un entorno financiero volátil puede afectar sus exportaciones, su tipo de cambio y la confianza de los inversionistas.