Operaciones militares de Estados Unidos en América Latina: La opacidad de un ataque letal

Estados Unidos mantiene operaciones militares en América Latina. Tras un ataque letal a un buque venezolano, crecen las dudas sobre la justificación y los objetivos reales. Análisis crítico.
Operaciones militares de Estados Unidos en América Latina: La opacidad de un ataque letal

En un giro que redefine la estrategia antidrogas, las operaciones militares de Estados Unidos en América Latina persisten, pese a la controversia. El reciente ataque a un buque venezolano en el Caribe Sur desvela la complejidad de una campaña con escasas respuestas, pero contundentes implicaciones.

La continuidad de las operaciones en américa latina

El secretario de defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, confirmó este miércoles desde Washington la continuidad de las operaciones militares contra los cárteles, sentando las bases para una campaña sostenida en América Latina. Estas declaraciones se produjeron en la Oficina Oval de la Casa Blanca, durante un evento con el presidente Donald Trump sobre la reubicación del Comando Espacial de Estados Unidos. La afirmación de Hegseth llega en un momento de creciente tensión, pues persisten preguntas fundamentales sin respuesta respecto a un reciente ataque contra un buque supuestamente originario de Venezuela.

Un ataque letal y la opacidad oficial

El martes, militares de Estados Unidos llevaron a cabo un ataque en el Caribe Sur que resultó en la muerte de 11 personas a bordo de una embarcación venezolana. Según el presidente Donald Trump, esta nave presuntamente transportaba narcóticos. Este incidente marca la primera operación conocida desde el reciente despliegue de buques de guerra estadounidenses en la región.

La declaración presidencial, sin embargo, carece de sustento probatorio. Trump no ha presentado evidencia alguna que confirme el origen venezolano de la embarcación, la presencia de drogas a bordo, o la justificación para calificar a las víctimas como “terroristas”.

El compromiso sostenido de hegseth

La información sobre el ataque es escasa. Se desconoce la base legal empleada para la operación, así como el tipo o cantidad de narcóticos que supuestamente transportaba el buque. A pesar de esta laguna informativa, el secretario Hegseth reiteró la firmeza de la postura estadounidense.

En declaraciones a Fox News, el funcionario fue contundente: “Tenemos activos en el aire, activos en el agua, activos en los barcos, porque esta es una misión mortalmente seria para nosotros, y no se detendrá sólo con este ataque”. Hegseth advirtió además: “Cualquier otra persona que trafique en esas aguas y que sepamos que es un narcoterrorista designado correrá la misma suerte”.

El secretario se negó a proporcionar pormenores sobre la ejecución de la operación, alegando motivos de confidencialidad. Hasta el momento, permanece sin confirmar si el buque fue destruido mediante un avión no tripulado, un torpedo o por otros medios.

El «tren de aragua» y la táctica antiterrorista

Posteriormente al ataque, el presidente Trump aseguró que su ejército había identificado a los tripulantes como miembros de la banda venezolana *Tren de Aragua*, una organización que Estados Unidos designó como “grupo terrorista” en febrero. No obstante, el Pentágono no ha divulgado información específica sobre la identidad de la tripulación ni los motivos que justificaron la decisión de eliminar a quienes viajaban a bordo.

La elección de hacer explotar un buque bajo sospecha de transportar drogas, en lugar de apresarlo y detener a su tripulación, es una táctica sumamente inusual. Esta medida evoca las operaciones de Estados Unidos frente a grupos milicianos con un perfil de amenaza más elevado, como Al Qaeda, marcando un precedente en la lucha contra el narcotráfico.

Nicolás maduro, el verdadero objetivo: ¿un narcoestado en la mira?

Al abordar la creciente relación entre Venezuela y China, el secretario Hegseth dirigió sus acusaciones directamente al presidente Nicolás Maduro. “La única persona que debería estar preocupada es Nicolás Maduro, que es (…) efectivamente un capo de un narcoestado”, sentenció el funcionario estadounidense.

Esta vehemente declaración de Washington ha encendido las alarmas en Caracas, donde se interpreta que el gobierno de Maduro podría ser el objetivo real detrás del incremento del despliegue naval estadounidense en la región del Caribe Sur, más allá de la retórica antinarcóticos.

El telón de fondo de las tensiones políticas

La complejidad de esta situación se intensifica con otros eventos recientes. La justicia de Estados Unidos, por ejemplo, ha bloqueado el uso de una ley de 1798 para deportar a miembros del *Tren de Aragua*, lo que subraya las dificultades legales en el manejo de esta organización. Asimismo, el ataque en el Caribe ha provocado una fuerte respuesta de Maduro, quien ha declarado: “A Marco Rubio nadie le cree sus mentiras”.

Estos hechos subrayan la politización del conflicto y la retórica cruzada, en un escenario donde Estados Unidos reafirma que el ataque mató a 11 narcos del *Tren de Aragua*, tal como lo ha expresado el propio presidente Trump.

La persistencia de las operaciones militares estadounidenses en América Latina, especialmente tras un incidente de tal magnitud y opacidad, no solo profundiza las interrogantes sobre la justificación legal y los métodos empleados, sino que también recalibra la geopolítica regional. ¿Es esta una campaña contra el narcotráfico o una escalada dirigida a reconfigurar el equilibrio de poder en el hemisferio?

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