México, tradicionalmente visto como un país de paso, se ha transformado en un territorio de riesgo, incluso más peligroso que las naciones de origen para los migrantes. Esta alarmante advertencia surge del Encuentro Binacional de Obispos Fronterizos, donde líderes católicos de México y Estados Unidos denunciaron los crecientes peligros migratorios en México.
Denuncia binacional: México, tierra hostil
Obispos católicos de México y Estados Unidos alertaron sobre los riesgos que enfrentan los migrantes en su trayecto por el país, durante el Encuentro Binacional que concluyó este fin de semana en Piedras Negras, Coahuila, una de las principales puertas de entrada a Estados Unidos. Reunidos bajo la consigna de dar voz a quienes migran, los jerarcas católicos advirtieron que el país se ha convertido en una zona “particularmente hostil para los migrantes”, donde se acumulan peligros, abusos y una creciente normalización de la indiferencia. En México, señalaron, también se cierran puertas y se vulnera la dignidad de las personas.
La voz de Piedras Negras: Más allá de las bandas criminales
Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, obispo anfitrión de la Diócesis de Piedras Negras, denunció: “Hay muchos riesgos en el trayecto hacia la frontera, pero también hacia el interior del país. En muchos lugares, México se ha vuelto más peligroso que los países de origen”. Acompañado de obispos texanos y mexicanos, Miranda Guardiola pidió reconocer que los abusos contra migrantes ya no son exclusivos de bandas criminales, sino que también existen omisiones institucionales, estigmatización social y una política migratoria centrada en el control y no en la protección.
“Como mexicanos, nos duele que estas atrocidades pasen aquí”, sostuvo Miranda Guardiola. A su lado, migrantes centroamericanos narraron extorsiones, amenazas y ataques sufridos durante su trayecto por el país. Muchos de ellos, aseguraron, “no sobrevivirían sin los albergues de la Iglesia”.
Un llamado a la acción: Del control a la protección integral
Los obispos reiteraron el llamado a romper con la visión utilitaria de la migración. “Nos enfrentamos a un sistema que desvaloriza la vida”, afirmó Miranda Guardiola, quien propuso pasar de la “caridad reactiva” a un acompañamiento integral, con atención emocional, legal, espiritual y sanitaria.
La dimensión transfronteriza: Impotencia ante la crisis
Desde Texas, Gustavo García Siller, arzobispo de San Antonio, relató el deterioro en las condiciones para los migrantes en su paso por Estados Unidos. Aunque el foco de las críticas suele colocarse en el muro y la patrulla fronteriza, afirmó, la crisis es mucho más amplia. “Nunca me había sentido tan impotente como ahora”, admitió el arzobispo.
Compromisos y presión moral
El Encuentro Binacional de Obispos Fronterizos concluyó con el compromiso de reforzar las redes de albergues, ampliar la atención humanitaria y mantener una presión moral sobre los gobiernos para que modifiquen sus enfoques restrictivos. “Los migrantes no son una estadística, son seres humanos con nombre, historia y familia”, recalcó García Siller. Esta declaración subraya la urgencia de humanizar las políticas y reconocer la dignidad inherente a cada persona en movilidad.