Leslie Gordillo/CARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- El nuevo impuesto que sería aplicado en la Zona Hotelera de Cancún para fortalecer el Fideicomiso para el Fortalecimiento de la Infraestructura Turística de Quintana Roo (Foatqroo) reavivó el debate sobre la fragilidad financiera del estado y la carga que representa para los destinos turísticos depender casi por completo del presupuesto federal.
Sergio León Cervantes, presidente de Empresarios por Quintana Roo, expuso que este nuevo gravamen es solo un síntoma de un problema más profundo que se arrastra desde hace décadas.
“Nosotros aportamos 420 mil millones de pesos al año a la Federación, pero recibimos apenas 30 o 40 mil millones. Es insuficiente para las necesidades reales del estado… Este impuesto va a incomodar al empresario, pero también al turista, al ciudadano de a pie, porque provocará incrementos en los precios. Estamos viviendo una acumulación de cargas impositivas municipales”, afirmó.
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Esta brecha, opinó, provoca que el estado y los municipios recurran cada año a nuevos derechos e impuestos locales para cubrir servicios básicos, mantenimiento de infraestructura y acciones de seguridad, por ello es urgente revisar el “algoritmo” mediante el cual la Federación distribuye recursos a los estados.
Quintana Roo, explicó, recibe financiamiento calculado únicamente para atender a 1.85 millones de residentes, sin considerar que cada año millones de turistas utilizan la infraestructura, servicios públicos y espacios financiados con recursos locales.
Recordó que la desaparición de Fonatur eliminó una fuente clave de financiamiento para los destinos turísticos del país, sin que se hayan generado alternativas compensatorias desde el gobierno federal, de allí la propuesta de crear un Consejo Nacional Hotelero con dependencias federales, propuesta enviada al Congreso para corregir el desequilibrio.
“¿Con qué cubrimos lo que antes venía de Fonatur? Todo termina cargándose a los municipios, y en el caso de Benito Juárez, entre 60% y 65% de su presupuesto proviene de derechos pagados por los propios habitantes. Si no resolvemos el problema de fondo, seguiremos atrapados en un círculo vicioso de déficit y nuevos impuestos”, recalcó.
