Este mediodía, un contingente de estudiantes normalistas de Ayotzinapa, afiliados a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), lanzó petardos y bombas molotov contra las instalaciones de la 35 Zona Militar en Chilpancingo, Guerrero. La acción se enmarca en una persistente demanda por la entrega de 800 folios militares y la presentación con vida de los 43 estudiantes desaparecidos desde 2014.
La escalada de la protesta en Chilpancingo
La jornada de protesta se intensificó al mediodía, cuando los estudiantes, provenientes de la Normal de Ayotzinapa en Tixtla, arribaron a la capital de Guerrero. Los contingentes de la FECSM, en apoyo al Colectivo de Madres y Padres de Familia de los 43, se dirigieron inicialmente a la Autopista del Sol México-Acapulco.
Un mitin en un lugar simbólico
El punto elegido para un mitin de protesta fue el Parador del Marqués, un lugar con un doloroso significado histórico. Fue en ese sitio donde, el 12 de diciembre de 2011, los estudiantes Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús fueron ejecutados por policías federales y ministeriales. Esta elección subraya la memoria colectiva y la continuidad de las luchas estudiantiles por la justicia en la región.
Enfrentamiento frente a la base militar
Una vez concluido el mitin, los normalistas abordaron autobuses que los llevaron hacia el norte de la ciudad. Al llegar frente a las instalaciones de la 35 Zona Militar, lanzaron decenas de petardos y bombas molotov contra la base. La respuesta desde el interior de la institución militar no se hizo esperar, con el lanzamiento de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
Las demandas centrales: 800 folios y los 43 normalistas
La acción de los estudiantes está directamente vinculada a dos exigencias fundamentales. Por un lado, demandan la entrega de 800 folios por parte del Ejército Mexicano, documentos que consideran cruciales para el esclarecimiento del caso Ayotzinapa. Por otro lado, persiste la exigencia de la presentación con vida de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala el 26 de septiembre de 2014. Este evento, que ha marcado profundamente la agenda nacional, sigue siendo un motor de movilización y crítica hacia las instituciones.
La tensión en Guerrero, marcada por la continua búsqueda de verdad y justicia en el caso Ayotzinapa, evidencia que las heridas siguen abiertas. ¿Hasta cuándo se prolongará este ciclo de confrontación y qué impacto tendrá la negativa de acceso a información crucial por parte de las instituciones?