
El presidente municipal de Lázaro Cárdenas, Nivardo Mena, ha venido a atizar el fuego en la caldera del cuatroteísmo caribeño, que cada vez se le hace más difícil sostener su unidad.
Nivardo se afilió este fin de semana al PT, en el marco del XII Congreso Nacional de este partido.
Y llaman la atención dos “detalles”.
El Edil ha pasado por cuatro (casi cinco) partidos en su carrera política, pero este fin de semana retornó formalmente al PT en un contexto donde el Bipartito ya tiene prácticamente definido un duelo de dos por la gubernatura.
Tampoco hay que pasar por alto la lejanía entre el PT y Morena, distancia que también se ha reflejado en otros estados, y en algunos de forma aún más dramática, como en el caso de Veracruz.
En la segunda etapa del actual Gobierno estatal de Quintana Roo, el PT quedó excluido de la alianza gobernante. Esta segregación a los rojos tuvo su expresión más dramática cuando esta formación, con todo y sus tres diputados, quedó fuera de la Jugocopo, que fue repartida entre Morena y Verdes, con dos años y un año, respectivamente.
En 2022, Nivardo fue candidato a gobernador y tuvo un gran resultado al ser postulado solo por el partido local MAS, que ya ni existe.
Más de uno supondría que, con su afiliación (o mejor dicho, reafiliación) al PT, Nivardo estaría asegurando su reelección como alcalde.
Pero también hay quien supone que el Edil iría otra vez por su sueño de ser gobernador. No es lo mismo ser candidato de un partido local, que de uno nacional, e incluso de un eventual frente.
Todo puede ocurrir.