
Redacción/CARIBE PENINSULAR
CIUDAD DE MÉXICO.- Este domingo 4 de mayo, Morena se mete al quirófano: su Consejo Nacional va a sesionar para poner freno al nepotismo y meter reglas claras a sus militantes de cara a las próximas elecciones. La intención es buena, pero debajo de la mesa ya se escuchan los jaloneos, las traiciones y los nombres que suenan más al viejo PRI que a la Cuarta Transformación.
El plan es asegurar que la 4T siga viva sin desviarse del camino trazado por López Obrador. Sin embargo, militantes como Eduardo Cervantes, expresidente de Morena en CDMX, denuncian que dentro del partido se mueve una corriente con prácticas priistas, encabezada por figuras como Ricardo Monreal y Adán Augusto López.
¿Y Sheinbaum? La presidenta ya mandó una carta al Consejo. Todavía no se sabe qué dice, pero el mensaje es claro: que dejen de adelantarse con ambiciones personales y piensen primero en el país. Porque mientras ella intenta poner orden, otros ya andan en plena campaña para 2027.
Una de ellas es la senadora Andrea Chávez, protegida de Adán Augusto, que ya suena para Chihuahua, aunque todavía ni empieza el próximo sexenio.
Desde el Congreso, los desacatos están al por mayor. Monreal opera por su cuenta en la Cámara de Diputados y Adán Augusto hace lo mismo en el Senado. Para muestra, basta un botón: Sheinbaum propuso que la ley contra el nepotismo entrara en vigor en 2027, pero los legisladores de su propio partido la retrasaron hasta 2030. Con eso, buscan dar tiempo a casos como el de Félix Salgado en Guerrero, que quiere dejarle el cargo a su hija, o el de Saúl Monreal, que busca suceder a su hermano en Zacatecas.
“Morena se ha convertido en un cascarón electoral”, dijo Cervantes. “Se perdió la participación del pueblo y se volvió a las viejas prácticas. Hoy, las decisiones ya no se consultan, se imponen”.
Y los números no mienten. En 2018, Morena gobernaba 351 municipios. Hoy, apenas 112. Aunque tiene el control de 24 estados, en las últimas elecciones perdió la capital en 10 de ellos, incluyendo Campeche, Mérida, Oaxaca, Hermosillo y Chilpancingo.
“El pueblo no quiere más simulación”, sentenció Cervantes. “Quiere resultados. Y si no corregimos, en 2027 no habrá nada que defender”.
En Morena saben que se juegan el todo por el todo. O vuelven a las bases, o la historia se les va de las manos.