
Un adiós que estremeció a México y al mundo
La mañana del 21 de abril de 2025 quedará marcada en la historia: el Papa Francisco, líder de la Iglesia católica y referente global del humanismo, falleció en Roma.
En México, la presidenta Claudia Sheinbaum no tardó en reaccionar. Su mensaje, cargado de admiración y respeto, dejó claro que la partida del Pontífice trascendía lo religioso para convertirse en un hecho político y social de alcance mundial.
El mensaje de Sheinbaum: política, fe y humanidad
Una despedida que unió creencias y convicciones
Horas después del anuncio del fallecimiento del Papa Francisco, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, compartió en su cuenta de X un mensaje que captó la atención nacional e internacional:
“Muere el Papa Francisco. Un humanista que optó por los pobres, la paz y la igualdad. Deja un gran legado de verdadero amor al prójimo. Para los católicos y los que no lo son, es una gran pérdida. Haberlo conocido fue un gran honor y privilegio. Descanse en paz”.
Más allá del contenido, el tono fue revelador. No se trató sólo de una condolencia diplomática; fue un reconocimiento político a una figura que inspiró políticas de justicia social y que conectó con la izquierda latinoamericana. Sheinbaum, primera presidenta de México, identificada con causas progresistas, mostró así una cercanía espiritual e ideológica con el Pontífice.
Muere el Papa Francisco. Un humanista que optó por los pobres, la paz y la igualdad. Deja un gran legado de verdadero amor al prójimo. Para los católicos y los que no lo son, es una gran pérdida. Haberlo conocido fue un gran honor y privilegio. Descanse en paz. pic.twitter.com/6IWMBkQDBN
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) April 21, 2025
El contexto de una relación breve pero significativa
Sheinbaum conoció al Papa Francisco en 2024, durante una visita privada al Vaticano. Aunque el encuentro no fue ampliamente difundido, trascendió que hablaron sobre justicia social, cambio climático y migración. Para la entonces presidenta electa, el líder religioso representaba un faro ético en un mundo en crisis. Ese recuerdo le dio fuerza simbólica a sus palabras tras el deceso.
Francisco: un Papa que transformó la Iglesia y tocó a América Latina
De Buenos Aires al Vaticano: una historia de sencillez y poder
Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires en 1936 y fue elegido Papa en 2013, convirtiéndose en el primer pontífice latinoamericano y jesuita de la historia.
Con una trayectoria marcada por la humildad y la cercanía al pueblo, su elección supuso una ruptura con las formas tradicionales del Vaticano. En vez de lujos, eligió vivir en una residencia común; en vez de autos blindados, caminaba entre la gente.
Un papado comprometido con los más pobres
Francisco impulsó reformas profundas en la Curia, adoptó una postura de tolerancia cero frente a los abusos dentro de la Iglesia, y centró su mensaje en la misericordia, la justicia social y el cuidado del planeta.
Encíclicas como Laudato si y Fratelli tutti marcaron una nueva doctrina moral que influenció incluso fuera del catolicismo.
En América Latina, sus posturas encontraron eco entre líderes progresistas, desde Evo Morales hasta Gustavo Petro, pasando por Andrés Manuel López Obrador, con quien compartió visión sobre los pobres como centro de las políticas públicas.
Repercusiones en México: fe, política y legado
Un país mayoritariamente católico en luto
México, con más de 90 millones de católicos, sintió la pérdida del Papa como propia. Desde las iglesias en pueblos de Yucatán hasta las catedrales metropolitanas, se multiplicaron las misas y rezos espontáneos.
Pero más allá de lo religioso, la figura de Francisco había calado en sectores sociales y académicos por su defensa de los derechos humanos.
En el sureste mexicano, donde el impacto del modelo extractivista y los megaproyectos ha generado tensiones sociales, su mensaje ecológico fue retomado por defensores del territorio y comunidades indígenas.
El impacto en el Caribe Mexicano y el discurso del poder
En zonas como Quintana Roo, su legado ambientalista y de justicia social se volvió parte del discurso público. Políticos locales han citado su encíclica Laudato si para respaldar medidas de protección ecológica, como la moratoria hotelera en Tulum o los cuestionamientos al Tren Maya. Su fallecimiento revive estas discusiones y refuerza su influencia post mortem.
Últimos días del Papa: señales de despedida
La Pascua como epílogo simbólico
Su última aparición fue durante la bendición Urbi et Orbi, el Domingo de Resurrección. En silla de ruedas y con dificultad para hablar, dio un mensaje de paz para Gaza y llamó al cese del fuego. Pocas horas después, murió tras una recaída por una enfermedad pulmonar crónica y un derrame cerebral, según reportes preliminares.
Lo que parecía un gesto de recuperación fue, en retrospectiva, una despedida. La imagen del Papa subiendo al papamóvil, entre aplausos, se convirtió en símbolo de resistencia y de cierre digno.
Un Papa que se despidió haciendo historia
Viajes, reformas y encuentros históricos
Francisco realizó 47 viajes internacionales, visitó regiones en conflicto, impulsó acuerdos de paz, y recibió a líderes de todo el espectro ideológico.
En 2016, protagonizó un histórico encuentro con el patriarca ortodoxo ruso en La Habana. En 2014, fue anfitrión de una oración por la paz con líderes de Israel y Palestina.
También fue el primer Papa en presidir el funeral de su predecesor, Benedicto XVI, y el primero en participar en una cumbre del G7. Su vida fue una sucesión de actos simbólicos cargados de intención política, teológica y social.
¿Qué nos deja Francisco?
El Papa Francisco no fue sólo un líder religioso, sino una voz moral del siglo XXI. Su mensaje sobre la fraternidad, la ecología y la dignidad humana continuará influyendo a políticos, activistas y ciudadanos comunes.
En México, donde la religión y la política siguen entrelazadas, su partida deja un vacío difícil de llenar, pero también una brújula ética.
La reacción de Claudia Sheinbaum, sincera y emotiva, no sólo refleja su estima personal por el Papa, sino también el reconocimiento de su relevancia para un proyecto político que busca, como Francisco, poner al ser humano en el centro.