El cuatroteísmo caribeño debería estar preocupado con la encuesta del periódico español El País.
El estudio de Enkoll marca una caída de seis puntos para Morena entre mayo y septiembre: del 51% al 45%. Lo atribuye a escándalos de sus figuras, desde derroches en vacaciones hasta presuntos vínculos con el narco.
En Quintana Roo, Morena está atado a esa tendencia nacional. Aquí, la “marca guinda” lo es prácticamente todo. En las elecciones de 2024, los operadores privilegiaron el logo antes que a los liderazgos.
Los datos son aún más inquietantes en casa: en sondeos locales, Morena-QR cayó del 50% y en algunos ya ronda el 40% o menos.
Y a esos números se suman lastres propios: el incómodo matrimonio con el PVEM, la pesada carga de expriistas reciclados y una ruta ideológica más conservadora que progresista.
Su ventaja, por ahora, es que enfrente sólo tienen a una oposición espectadora y aplaudidora.
Puede sobrevivir.