El fútbol argentino se viste de luto. Miguel Ángel Russo, histórico director técnico de Boca Juniors y referente, falleció el 8 de octubre de 2025 a los 69 años en Buenos Aires. Su vasta trayectoria y su incansable lucha contra el cáncer marcaron una era, dejando una huella imborrable en la historia del deporte.
Una partida que conmociona al fútbol argentino
La noticia del fallecimiento de Miguel Ángel Russo fue confirmada con profunda tristeza por el Club Atlético Boca Juniors, que emitió un comunicado en la red social X: “El Club Atlético Boca Juniors comunica con profunda tristeza el fallecimiento de Miguel Ángel Russo. Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y será siempre un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo. Acompañamos a su familia y a sus seres queridos en este momento de dolor. ¡Hasta siempre, querido Miguel!”.
Russo, cuya carrera como director técnico abarcó más de una docena de clubes en Argentina, Chile, México, España y Colombia, había asumido el desafío de dirigir a la entidad boquense por un tercer período en junio de este año, a pesar de un cuadro de cáncer declarado. Previamente, estuvo al frente del equipo en 2007 y en la etapa 2020-2021. Este último ciclo lo vio encarar el Mundial de Clubes en Estados Unidos, pero a fines de septiembre se vio obligado a tomar licencia debido a complicaciones de salud. Su último partido al frente de Boca fue el 21 de septiembre contra Central Córdoba en el estadio La Bombonera, y desde entonces, sus ayudantes Claudio Úbeda y el colombiano Juvenal Rodríguez tomaron el mando del equipo.
Una vida dedicada al balón: Del mediocampo a la banca técnica
La trayectoria de Miguel Ángel Russo inició como aguerrido mediocampista en la cantera de Estudiantes de La Plata, donde debutó como futbolista profesional en 1975. Su fidelidad al club “Pincha” fue absoluta, conquistando las ligas locales de 1982 y 1983 antes de retirarse en 1988.
Formado bajo la influyente escuela táctica de Carlos Bilardo, Russo experimentó una de sus mayores frustraciones deportivas al ser excluido del plantel de Argentina que ganó el Mundial de México 1986. Sin embargo, esta experiencia no le impidió iniciar una nueva etapa al otro lado de la línea de cal. Un año después de su retiro, Lanús le dio la oportunidad de debutar como entrenador, marcando el inicio de una prolífica carrera.
El estratega de la Copa Libertadores
La carrera de Russo como director técnico estuvo marcada por su capacidad de adaptación y por hitos significativos. Su primer título como entrenador de primera división llegó con Vélez Sarsfield. Esta conquista lo catapultó a Boca Juniors en 2007, donde vivió uno de sus momentos más gloriosos. En la primera parte de un breve ciclo, Russo fue artífice de una actuación superlativa del entonces enlace y máximo ídolo boquense, Juan Román Riquelme, para conquistar la Copa Libertadores contra Gremio en Brasil. Seis meses después, sin embargo, una humillante derrota ante el Milán de Italia en la final del Mundial de Clubes le costó el cargo.
Legado en Argentina y la visión del fútbol
Miguel Ángel Russo dirigió a tres de los cinco clubes más grandes de Argentina, un testimonio de su impacto y reputación. Además de Boca, sus pasos por San Lorenzo (2008/2009 y 2024/2025) y Racing Club (2010) lo consolidaron en la élite del fútbol nacional. Después de Estudiantes, club al que también dirigió, Rosario Central se convirtió en su segunda casa. En cinco etapas como entrenador del equipo «canalla», Russo nunca perdió un clásico ante Newell’s Old Boys, una estadística que le valió un lugar privilegiado en la historia del club. Con Rosario Central, también se proclamó campeón de la Copa de la Liga en 2023.
A pesar de su vasta experiencia y constantes apariciones en las listas de candidatos, Russo nunca pudo cumplir su sueño de dirigir al seleccionado albiceleste. El técnico solía admitir la volatilidad de su profesión: “El futbol argentino no tiene respeto. Un día sos Dios y otro día no sos nada”, una frase que reflejaba el exitismo que padeció incluso al frente de un gigante como Boca Juniors. Su receta para mantenerse siempre activo era simple pero poderosa: “Estar vigente. Yo me acomodo. Estoy permanentemente actualizado con todo”.
La batalla personal: Una lucha contra el cáncer
La salud de Miguel Ángel Russo fue un tema recurrente en los últimos años de su vida. En tierras colombianas, durante su etapa como entrenador de Millonarios (2016/2018), donde fue campeón local en 2017, se le detectó un cáncer de próstata. Fue operado en dos ocasiones y, en aquel entonces, declaró haber superado la enfermedad, lo que le permitió continuar dirigiendo por varios años más.
En una entrevista con el sitio Infobae en noviembre de 2024, Russo comentó sobre su experiencia: “Yo digo que gracias a Dios toda la medicación que me dieron me hizo muy bien, mi cuerpo la asimiló. Pero ningún caso es igual a otro porque todos los cuerpos humanos son distintos. Es muy relativo”.
Sin embargo, en septiembre de este año, su salud volvió a ser noticia al ser hospitalizado en dos ocasiones por una infección urinaria y un cuadro de deshidratación. Aunque no hubo información oficial ni del club boquense ni de los médicos, medios locales reportaron un deterioro en el diagnóstico de cáncer irreversible. El estratega estuvo los últimos días en su hogar, en compañía de su familia.
Una presencia global en el fútbol
La versatilidad de Miguel Ángel Russo lo llevó a cruzar fronteras, dejando su impronta en ligas de todo el continente y más allá. Su primera experiencia internacional fue en la Universidad de Chile en 1996. Posteriormente, dirigió al Salamanca de España (1998/99), Morelia de México (2002), Millonarios de Colombia (2016/2018), Alianza Lima de Perú (2019), Cerro Porteño de Paraguay (2019) y Al Nassr de Arabia Saudita (2021/2022), demostrando una capacidad única para adaptarse a diferentes culturas y estilos de juego.
La partida de Miguel Ángel Russo deja un vacío irremplazable. Su vida, marcada por la pasión y la resiliencia, será recordada como el testimonio de un hombre que, a pesar de las adversidades, siempre se mantuvo firme. ¿Cómo impactará su legado en las futuras generaciones del fútbol argentino?