
Morelia, Michoacán. La amenaza de una inundación masiva se cierne sobre el Bajío michoacano. El río Lerma, con su caudal al 80%, pone en riesgo 11 mil hectáreas de cultivo, principalmente de maíz y sorgo. Esta situación de alerta, confirmada por autoridades, se agrava ante el desfogue de presas y las Lluvias incesantes, presagiando una crisis agrícola sin precedentes.
La inminente amenaza del río Lerma
El riesgo de desborde del río Lerma es latente y podría provocar la inundación de 11 mil hectáreas de maíz y sorgo, principalmente en Penjamillo. Esta preocupante situación surge tras el inicio del desfogue de presas, como la Solís de Guanajuato, según informó Roberto Arias de la Comisión Nacional de Agua. Paralelamente, la Comisión Estatal de Aguas y Gestión de Cuencas ha advertido que los daños potenciales se extienden más allá de esta zona. El río Lerma ya supera el 80 por ciento de su afluente, y las intensas precipitaciones están previstas para continuar al menos hasta septiembre. Este escenario climático adverso amplifica la vulnerabilidad de la agricultura regional.
Más allá de Penjamillo: Zonas en riesgo
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Aunque Penjamillo enfrenta el mayor riesgo, con 11 mil hectáreas de maíz y sorgo bajo amenaza directa, la Comisión Estatal de Aguas y Gestión de Cuencas ha señalado que otros municipios también podrían sufrir graves afectaciones. Entre ellos se encuentran Angamacutiro, Maravatío y La Piedad. La región del Bajío michoacano, que colinda con Guanajuato, es considerada de alto riesgo. El río Lerma, al pasar por un costado de la cabecera municipal de La Piedad y por los ejidos Las Huertas y La Luz en Penjamillo, exige medidas urgentes. De hecho, ya se han implementado acciones como la colocación de bultos de arena y otras obras de contención para intentar mitigar los posibles estragos del desborde.
Un contraste desolador: La sequía previa
Paradójicamente, mientras la amenaza de inundación por el desborde del río Lerma se intensifica, la Secretaría de Desarrollo Rural de Michoacán (Sedar) ha revelado un panorama agrícola ya afectado por condiciones climáticas extremas. A la fecha, solo el uno por ciento de los cultivos se ha perdido por precipitaciones en municipios como Coahuayana, Ecuandurero y Aquila. Sin embargo, en un contraste alarmante, la Sedar reportó la pérdida total de 58 mil hectáreas de maíz y sorgo debido a la sequía. Esta devastadora situación ha impactado a 20 mil campesinos de temporal, principalmente en zonas como Churumuco, Huetamo, San Lucas, Susupuato y Tuzantla, que arrastran serios problemas de escasez hídrica.
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Esta dualidad de riesgos, entre la inminente inundación por el río Lerma y las cicatrices aún abiertas de una sequía histórica, subraya la profunda vulnerabilidad del sector agrícola de Michoacán. ¿Cómo puede la política pública anticipar y mitigar una crisis hídrica que parece atacando desde frentes opuestos, garantizando la seguridad alimentaria y la subsistencia de miles de familias campesinas?