El panorama para la economía mexicana luce sombrío. A pesar de la insistencia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo sobre la “fortaleza” nacional, los datos oficiales del Banco de México (Banxico) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirman un estancamiento severo. La gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez Ceja, señaló el enfriamiento económico al recortar drásticamente la previsión de crecimiento económico México 2025.
El ajuste drástico de Banxico y el debate sobre la “fortaleza”
Este miércoles, 26 de noviembre de 2025, la Junta de Gobierno del Banco de México redujo a la mitad su previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre del año. La estimación oficial pasó de un 0.6% proyectado en agosto a un 0.3%.
Rodríguez Ceja subrayó que la economía nacional “ha seguido atravesando un periodo de marcada debilidad”. Este ajuste a la baja, que representa prácticamente un crecimiento nulo, se fijó tras el Informe Trimestral julio-septiembre de 2025, el cual detalla que la caída respondió a “una debilidad de la economía mexicana mayor a la previamente anticipada”. El rango actual de 0.3% se ubica a apenas dos décimas porcentuales de la peor previsión elaborada a mediados de año, cuando se fijó en 0.1%.
Pese al deterioro evidente, la gobernadora reiteró que el banco central no pronostica una caída de la economía en el cuarto trimestre del año. La estimación de crecimiento para 2026 se mantiene sin cambios en 1.1%, y para 2027, Banxico considera un pronóstico de crecimiento de 2.0% para la economía mexicana, ya bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo.
Los datos del Inegi desmienten la narrativa oficial
La postura presidencial que insiste en que la economía está “fuerte” contrasta con los ocho documentos difundidos por el Inegi, que describen un país estable pero estancado.
Según la información recopilada por Eduardo Ruiz-Healy, la fotografía de los datos es clara: la economía no se derrumba, pero tampoco avanza. El PIB trimestral a precios constantes cayó 0.3% en el tercer trimestre de 2025 frente al segundo trimestre y 0.2% frente al mismo periodo de 2024. En el acumulado enero–septiembre, el incremento es de apenas 0.4%.
Otros indicadores clave reportaron estancamiento:
- El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) se ubicó en septiembre en 104.2 puntos, con bajas mensuales de 0.6% y anuales de 0.6%. En lo que va del año, la variación es de 0.0%.
- El Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE) estima que en octubre el IGAE no registró cambios: 0.0% mensual y 0.0% anual.
Política monetaria: recortes de tasas bajo presión inflacionaria
El alza generalizada de los precios sigue siendo un factor determinante que justifica el pesimismo económico, pese a que la inflación general anual se ubicó en 3.61% durante la primera quincena de noviembre, dentro del rango objetivo del Banco de México.
Sin embargo, los miembros de Banxico manifestaron que continuarán el ciclo de recortes del tipo de interés de referencia. Rodríguez Ceja aseguró que se “valorarán recortar la tasa de referencia para que sea congruente la trayectoria de la inflación para llevarla al objetivo en orden y sostenida hacia la meta puntual de 3%”.
La banquera central mexicana defendió esta política, indicando que: “Estos recortes a la tasa de referencia no representan una actitud de tolerancia ni de indiferencia en la inflación, sino que es la respuesta de política monetaria adecuada, con un enfoque responsable y prospectivo”.
No obstante, la inflación subyacente —que determina la trayectoria a mediano y largo plazo— se ha mantenido por arriba del 4% (4.32% según Inegi), lo que refleja una tendencia negativa para el comportamiento de los precios en México. Específicamente, los servicios se ubicaron en 4.50% y las mercancías alimenticias procesadas en 4.94%. Adicionalmente, la electricidad subió 20.70% en la quincena debido al fin del subsidio de verano.
La recesión industrial como motor de la desaceleración
El deterioro del sector industrial y de las manufacturas es el principal factor que contribuyó a que Banxico bajara su prospectiva de crecimiento. El analista Manuel Sánchez González afirma que la situación industrial en México desde 2024 puede caracterizarse como recesiva. Esto se debe a que, en seis de los últimos siete trimestres, la producción industrial registró variaciones negativas o cercanas a cero.
Hasta el tercer trimestre de 2025, las actividades secundarias (industria y manufactura) retrocedieron 1.48% respecto del segundo trimestre, acentuando su tendencia a la baja. En contraste, las actividades terciarias aumentaron 0.22% y las primarias 3.53%.
La contracción de la industria, que en los primeros nueve meses del año fue de -1.5% en su variación anual, determinó la desaceleración general, a pesar de que los servicios aumentaron 1.2% en el mismo lapso. Sánchez González detalla que la recesión industrial se extendió a las cuatro subramas del sector:
- La minería mostró el descenso más pronunciado desde 2023, explicada en gran medida por Pemex.
- La construcción fue la siguiente en caer.
- Electricidad, gas y agua mostraron una disminución moderada desde 2022, influenciada por Pemex y la CFE.
- Las manufacturas se han mantenido estancadas, con una ligera baja a partir de 2024.
El desplome de la construcción y los obstáculos a la inversión
La Encuesta Nacional de Empresas Constructoras (ENEC) muestra que el golpe más duro se sintió en la construcción. En septiembre, el valor de producción de las constructoras cayó 15.4% anual, el personal ocupado 9.9% y las horas trabajadas 11.2%.
Este desplome fue extremo en el sur y el sureste del país: Oaxaca registró una caída del 78.0% y Tabasco del 67.5%, mientras que en Guerrero creció 36.7% y en Nuevo León 9.5%. El fin del ciclo de las megaobras federales provocó que la obra pública se frenara de golpe justo en los estados que más dependían de ella.
El descenso industrial tiene un origen primordialmente interno. Una causa, según Sánchez González, radica en el desinterés empresarial por invertir en la construcción una vez disipado el auge de 2023. La caída de la inversión privada inició en el primer trimestre de 2024, coincidiendo con la presentación del paquete de veinte reformas constitucionales y legales que, al concretarse (incluida la elección popular de jueces y magistrados), redujeron la certidumbre jurídica, restringieron la participación en el sector energético y encarecieron la mano de obra, desalentando a los inversionistas.
Riesgos externos y la visión a futuro
Para 2026, el horizonte económico enfrenta desafíos adicionales. El Congreso mexicano aprobó los llamados impuestos “saludables” a refrescos, tabaco, apuestas y videojuegos violentos, mediante el incremento a la tasa del Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS), lo cual podría impactar el incremento de precios.
Además, el aumento de las tensiones comerciales entre México y Estados Unidos añade presión. Rodríguez Ceja señaló que “el consumo privado exhibiría una tendencia al alza, mientras que la inversión se mantendría débil cuando menos hasta el segundo semestre del 2026, ante la incertidumbre que prevalece en torno a la relación comercial con Estados Unidos y la próxima revisión del T-MEC”.
No obstante, el cálculo para 2026 incorpora el supuesto de que el T-MEC continúa vigente y que la relación con Estados Unidos y Canadá permanezca sin alteraciones, proyectando que la reconfiguración global de las cadenas de valor se traduzca en mayor inversión y en una mayor integración de México en segmentos de mayor valor agregado con sus socios de Norte América.
El panorama, sin embargo, se complica por la persistencia de viejos lastres como la baja recaudación, la inseguridad y un Estado de derecho frágil. Mientras la presidenta repite que la economía está fuerte, los datos del Inegi y Banxico confirman que México es hoy un país sin crisis, pero también sin impulso. Para superar la recesión industrial de manera sostenida, se requiere aplicar reformas orientadas a impulsar la innovación y eliminar los obstáculos a la inversión privada, concentrando la actuación gubernamental en la provisión de bienes públicos esenciales.
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La política monetaria de Banxico, al buscar recortes de tasas en medio de una inflación subyacente persistente y una recesión industrial innegable, ¿es una maniobra responsable y prospectiva, como afirma la gobernadora, o un riesgo calculado que podría avivar el fuego inflacionario en el crucial año 2026, poniendo en jaque el plan de crecimiento económico México 2025?










