México, líder en deuda emergente por rescate a Pemex: ¿Riesgo soberano?

México se endeuda para Pemex: ¿un riesgo soberano? Analizamos el récord de deuda y su impacto en la calificación crediticia del país.
México, líder en deuda emergente por rescate a Pemex: ¿Riesgo soberano?

En un año récord para los mercados emergentes, México se corona como el principal prestatario, superando incluso a Arabia Saudita. ¿La razón? Una intensa inyección de capital para apuntalar a Petróleos Mexicanos (Pemex), la endeudada petrolera estatal. Analizamos las implicaciones de esta estrategia y el posible impacto en la calificación crediticia soberana.

El auge de la deuda mexicana: ¿Salvavidas o lastre?

México ha alcanzado un hito al recaudar poco más de 41 mil millones de dólares en bonos soberanos en moneda dura en lo que va del año. Esta cifra, sin precedentes para el país, duplica la emisión de Arabia Saudita, el segundo prestatario más activo, según datos recopilados por Bloomberg. Si bien no se ha especificado el monto exacto destinado a Pemex, documentos de las dos emisiones más recientes revelan que los fondos se utilizarán para una “aportación de capital” a la empresa.

Pemex: Un gigante con pies de barro

La situación de Pemex es crítica. La compañía enfrenta una deuda de aproximadamente 100 mil millones de dólares, mientras que su producción de petróleo ha caído a su nivel más bajo en 40 años. Analistas, operadores y banqueros de inversión coinciden en que una parte significativa del endeudamiento de este año se ha destinado a apoyar a la empresa.

  •  Deuda abrumadora: Alrededor de 100 mil millones de dólares.
  •  Producción en declive: Nivel más bajo en 40 años.
  •  Rescate constante: Dependencia del apoyo gubernamental.

El dilema de la ayuda gubernamental

La ayuda gubernamental ha provocado un repunte en los bonos de Pemex, lo que ha disminuido la demanda de los inversionistas por mantener los bonos de la compañía en lugar de la deuda soberana. Sin embargo, el incremento en la oferta de deuda podría impactar negativamente la calificación crediticia soberana de México. Moody’s Ratings ya mantiene una perspectiva negativa para el país latinoamericano.

Aaron Gifford, director de investigación soberana global de T. Rowe Price, advierte: «México ha sido un gran prestatario, particularmente debido a los acuerdos relacionados con Pemex. Preveo que este tipo de emisiones continuará en el futuro, aunque el próximo año probablemente serán un poco menores, dado que este año fue el primer gran rescate”.

Mercados emergentes en auge

Las ventas de bonos soberanos y corporativos por parte de prestatarios de mercados emergentes ya han superado los 600 mil millones de dólares en lo que va del año, un ritmo solo superado en 2020 y 2021. Un factor clave que impulsa este aumento es la demanda de inversores que buscan rendimientos más atractivos en los países en desarrollo. En América Latina, la emisión ya batió el récord anterior, impulsada principalmente por México. Países como República Dominicana, Kazajstán y Uruguay también han recurrido a los mercados internacionales de deuda.

El cambio de estrategia bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum

El último préstamo de México marca un cambio bajo el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, ya que la administración anterior se inclinó hacia desembolsos más pequeños para Pemex según fuera necesario, según analistas.

Nathalie Marshik, directora general de HSBC en Nueva York, comenta: “El gobierno está siendo más proactivo. Además, nos encontramos en un entorno donde todavía hay mucha liquidez, y que México la aproveche es positivo”. La Secretaría de Hacienda de México no respondió a una solicitud de comentarios.

El déficit fiscal de Pemex y el plan de negocios fallido

Pemex está en camino de registrar su mayor déficit fiscal para el gobierno en sus 87 años de historia, un déficit estimado de 31 mil millones de dólares que es resultado de la reducción de los ingresos y un rescate masivo. Los bonos de la compañía han subido gracias al apoyo del gobierno, que incluyó una venta en julio de 12.000 millones de dólares de los llamados P-caps. Sin embargo, el lanzamiento del plan de negocios de Pemex por parte de Sheinbaum en agosto no logró aliviar las preocupaciones sobre la producción y otros problemas operativos, incluidos los campos petrolíferos antiguos y las refinerías con pérdidas.

Presiones y perspectivas

Si bien la transacción P-Cap fue diseñada para desviar la presión sobre la calificación crediticia de México, la ola de deuda impulsada por Pemex en el país no ha pasado desapercibida, especialmente porque el gobierno ya ha destinado otros 14 mil millones de dólares en el presupuesto del próximo año para cubrir las obligaciones financieras de la compañía.

Tanto S&P Global Ratings como Fitch Ratings mantienen una perspectiva estable para México. Fitch Ratings declaró en agosto que la transacción P-Cap fue “en gran medida neutral” para el soberano. Sin embargo, Moody’s Ratings mantiene una perspectiva negativa. Es probable que la firma determine la calificación crediticia en el primer semestre de 2026.

Hasta ahora, el mercado parece estar asumiendo ese riesgo con calma: el rendimiento adicional que exigen los inversores para mantener los bonos mexicanos en dólares frente a los bonos del Tesoro estadounidense ha caído casi 100 puntos básicos este año, según un índice de JPMorgan. Simon Waever, estratega de Morgan Stanley, concluye: “De cara a 2026, es probable que la oferta soberana sea mayor que la histórica, pero menor que la de 2025”.

¿Será sostenible esta estrategia de rescate a Pemex o terminará comprometiendo la estabilidad financiera de México?

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