
Agencias
CIUDAD DE MÉXICO.- – Con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), la AC “México Evalúa” publicó hoy su análisis sobre la violencia en las entidades del país bajo el título “Un país, dos realidades: 13 entidades bajan la violencia, 12 no ven tregua”.
En ese contexto, Quintana Roo pasó del quinto al cuarto lugar del “Top 5 estados con la tasa más alta de violencia homicida”, esto porque de enero a mayo en la tasa por cada 100 mil habitantes, la Entidad representaba el 44.2%; sin embargo, de enero a junio, subió del quinto al cuarto sitio, con un reporte de 54.7%, es decir, de un mes a otro subió un 10.5% la violencia homicida.
Los datos nacionales también invisibilizan las dinámicas locales de la violencia letal. Es complicado hablar de un proceso de pacificación a nivel territorial a lo largo y ancho del país cuando se presentan estas cifras: El tamaño de la violencia en 2025 (cifras totales enero-junio) tasa por cada 100 mil habitantes.
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Top 5 estados con la tasa más alta de violencia homicida: Baja California (73.5), Sinaloa (69), Morelos (59.8), Quintana Roo (54.7) y Colima (53.3). En contraste con el Top 5 estados con la tasa más baja de violencia homicida: Yucatán (4.3), Tlaxcala (5.3), Coahuila (6.8), Durango (11.2) y Chiapas (14.4).





MAPEO CRIMINAL
El mapa revela una configuración territorial del crimen organizado caracterizada por altos niveles de violencia concentrados en tres grandes regiones del país: el noroeste, el centro-occidente y el sursureste. En la región noroeste, que abarca entidades como Baja California, Sonora y Chihuahua, predominan los colores rojos (balance negativo) y café (balance muy negativo), lo que indica una intensa conflictividad derivada de la fragmentación del extinto Cártel de Sinaloa. Las disputas entre facciones como La Chapiza y Los Mayos, así como los enfrentamientos con grupos locales en Chihuahua, generan un entorno de violencia estructural que se agrava por la ubicación estratégica de esta zona como corredor fronterizo para el tráfico de drogas, armas y personas.
En contraste, entidades como Yucatán, Tlaxcala, Aguascalientes y Coahuila aparecen en color verde, lo que indica una menor exposición a disputas violentas. En algunos casos esto responde a la ausencia de mercados estratégicos o al dominio de un grupo que no enfrenta competencia significativa. Sin embargo, una baja intensidad de conflicto armado no debe interpretarse como ausencia de criminalidad, ya que pueden persistir fenómenos como el cobro de piso o la infiltración institucional sin violencia visible.
En síntesis, el mapa da cuenta de un país profundamente fragmentado, donde la violencia no se distribuye de manera uniforme, sino que se concentra en regiones de alta disputa estratégica, mientras otras zonas experimentan control criminal más estable o menor interés de las organizaciones. Sin embargo, es posible identificar, a grandes rasgos, dos bloques de distribución espacial: el corredor del Pacífico, con mayor violencia, y el corredor del Golfo, en aparente pacificación. Esta configuración exige enfoques diferenciados de política pública, con estrategias territoriales específicas que reconozcan la lógica criminal detrás de cada conflicto.
SALDOS POSITIVOS
Sólo un tercio del país, 13 entidades, presenta un balance positivo: Campeche, Chiapas, Coahuila, Guerrero, Estado de México, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán. Es la segunda ocasión que Zacatecas y Jalisco no figuran en esta lista; lo que genera preguntas sobre sus capacidades institucionales para capturar las diferentes expresiones de la violencia letal y sus incentivos políticos para subreportar estos fenómenos, pese a que su origen partidista es distinto.
Yucatán mantiene un balance positivo, incluso al incorporar otros delitos más allá del homicidio doloso. Esto sugiere la existencia de condiciones contextuales y de política pública particulares que contribuyen a una evaluación favorable.
En esta entrega Querétaro abandonó la calificación de muy negativo y pasó a positivo, pese a que se mantienen las coordinadas del conflicto entre CJNG y Cártel Santa Rosa de Lima por el robo de combustibles y el control del cobro de piso.
SIM