En un anuncio crucial desde la Ciudad de México el 20 de agosto de 2025, funcionarios de la Comisión Nacional Del agua (Conagua) revelaron una inversión histórica de más de 60 mil millones de pesos durante este sexenio. El objetivo es recuperar 2 mil 800 metros cúbicos de agua, una cantidad presentada como el triple del consumo anual de la Ciudad de México. Esta iniciativa, enmarcada en el Plan Nacional de Tecnificación, busca redirigir el vital líquido de distritos de riego a zonas urbanas con problemas de abasto, según lo indicado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo.
Visión presidencial: agua para consumo humano desde distritos de riego
Durante la «mañanera» de este miércoles, en la presentación formal del Plan Nacional de Tecnificación, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo fue enfática al señalar el propósito central de esta estrategia. La recuperación de agua en los distritos de riego, áreas históricamente dedicadas a la producción de alimentos, tiene como fin último destinarla directamente al consumo humano. Este enfoque implica una redistribución estratégica del recurso hacia las zonas urbanas que enfrentan escasez y desafíos constantes de abasto.
Un programa sin precedentes: la estrategia de Conagua
El titular de la Conagua, Efraín Morales, profundizó en los alcances del programa, subrayando la magnitud del reto y la innovación de la propuesta. Morales explicó que un porcentaje significativo del agua utilizada en el país, el 76 por ciento, se destina actualmente a la agricultura. Ante este panorama, la meta es tecnificar más de 200 mil hectáreas, una superficie que supera la extensión total de la Ciudad de México. El objetivo primordial es optimizar la producción de alimentos con una menor cantidad de este recurso, lo que permitiría recuperar alrededor de 2 mil 800 millones de metros cúbicos de agua.
Morales enfatizó la naturaleza disruptiva de esta iniciativa, señalando que «se trata de un programa sin precedentes en el país y el mundo, no hay ningún programa de tecnificación destinado a recuperar agua para destinarla al consumo humano».
Tecnificación y optimización de la infraestructura hídrica
En su intervención, el subdirector general de Infraestructura Hidroagrícola de la Conagua, Aarón Mastache, detalló las acciones técnicas concretas que se llevarán a cabo. El plan contempla la atención a diversos puntos críticos de la infraestructura existente:
- Canales deteriorados: Aquellos que conducen el agua hacia las zonas de riego.
- Canales de tierra: Fuentes significativas de pérdida de agua por filtración.
- Presas derivadas dañadas: Puntos clave para la regulación y distribución del líquido.
- Compuertas en mal estado: Por las que se filtra y desperdicia el recurso.
- Sistemas de riego por inundación: Que provocan una gran pérdida de agua por infiltraciones y evaporación.
Mastache añadió que la estrategia incluye la tecnificación de la infraestructura mayor, lo que permitirá recuperar hasta el 40 por ciento del agua conducida desde la presa hasta la parcela. Complementariamente, la tecnificación implementada directamente en las parcelas, el «corazón del programa», prevé recuperar un 55 por ciento adicional del vital recurso.
Corazón del programa: impacto directo en el abasto urbano
El funcionario puntualizó que la esencia del programa radica en la definición de zonas de riego estratégicamente ubicadas cerca de centros urbanos con problemas de abasto. Entre los distritos beneficiados, se destacan:
- El distrito de riego de Pabellón, en Aguascalientes, que ya está recuperando volumen para abastecer a la capital estatal y su zona metropolitana.
- Tres distritos en el Valle del Mezquital, Hidalgo, vitales para la recuperación de líquido que beneficiará a la zona metropolitana del Valle de México.
- Dos distritos en Chihuahua, especialmente el Valle de Juárez, cercano a Ciudad Juárez, una de las urbes con mayores desafíos de abasto.
- Dos en Sinaloa: uno en el norte, en Los Mochis, y otro en la capital, Culiacán.
- El Alto Río Lerma, en Guanajuato, donde se trabaja paralelamente en la construcción de un acueducto que conectará una presa con León, permitiendo entregar agua recuperada a Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y León.
- Un distrito en Michoacán, destinado a apoyar el abasto de Morelia.
- Dos en Tamaulipas, para suministrar el recurso a las ciudades fronterizas de Matamoros, Obregón y Reynosa.
- El proyecto «Agua Saludable para La Laguna», iniciado en el sexenio anterior, que recupera agua para la Comarca Lagunera.
- Dos distritos de riego en la zona sur de Sonora, que transportarán agua del Río Mayo y el Valle del Yaqui.
- Un distrito en Morelos, para abastecer a Cuernavaca, Cuautla y Jojutla.
Este ambicioso plan, si bien plantea un hito en la gestión hídrica nacional, deberá enfrentar los complejos desafíos de su implementación, garantizando la eficacia de las inversiones y la redistribución equitativa del recurso. La magnitud del compromiso gubernamental subraya la urgencia de la crisis hídrica, posicionando la tecnificación agrícola no solo como una estrategia de producción, sino como una clave para la sostenibilidad y el bienestar urbano en el México del siglo XXI.