
La llamada “farmacia más grande del mundo” prometía acabar con el desabasto de medicamentos en México. Hoy, a casi medio año de su inauguración, el megaproyecto se tambalea entre sobrecostos, bodegas vacías y un servicio casi nulo.
Un elefante blanco de 15 mil millones de pesos
La Megafarmacia del Bienestar nació con una promesa: que ningún paciente del IMSS, ISSSTE o IMSS-Bienestar se quedara sin medicamentos. Se inauguró con urgencia en diciembre de 2023, impulsada como una solución estructural al desabasto crónico. Pero a solo meses de su apertura, el proyecto ya cuesta más, surte menos y enfrenta señalamientos por opacidad.
De acuerdo con la Secretaría de Hacienda, el costo total previsto para su operación durante 30 años será de 15 mil 028 millones de pesos, más de 4 mil millones por encima del presupuesto original. El inmueble en Huehuetoca, Estado de México, apenas funciona como una bodega de medicamentos, y no como un centro ágil de distribución para surtir recetas.
Inversión disparada y ejecución desigual
En 2023, Birmex debía gastar más de mil 600 millones de pesos en el proyecto, pero solo utilizó 669 millones. Para 2024, el gasto previsto se disparó a más de 2 mil 277 millones. En total, el gasto ejercido en los primeros tres años será de más de 3 mil 768 millones, y aún así, los resultados son desalentadores.
La paradoja es que por primera vez se usaron recursos fiscales para fondear el proyecto, lo cual no ocurrió ni en 2023 ni en 2024. Para 2025, se inyectarán más de 821 millones de pesos para cerrar la etapa de inversión.
De “farmacia más grande del mundo” a simple almacén
Una definición que cambió con el tiempo
El discurso oficial hablaba de un centro capaz de surtir recetas en tiempo real a nivel nacional. Pero esa visión desapareció. Hoy, Hacienda la define simplemente como el Centro Federal de Almacenamiento y Distribución de Insumos para la Salud (Cefedis). Su función es almacenar y preparar pedidos para el IMSS, ISSSTE e IMSS-Bienestar, nada más.
La propia Birmex confirmó vía transparencia que la Megafarmacia no surte recetas, lo que desmiente lo prometido por el expresidente López Obrador en su discurso del 29 de diciembre de 2023.
Cifras que no cuadran
Desde su inauguración, el Cefedis arrancó operaciones con solo el 0.9% de su capacidad llena. De un espacio diseñado para almacenar 280 millones de piezas, solo contenía 2.4 millones al corte de abril de 2024.
Y más alarmante aún: solo surtió 341 recetas en cuatro meses. En comparación, el IMSS dejó de surtir más de 4.5 millones de recetas en el mismo periodo. El desfase es abrumador.
Medicamentos prestados y estados afectados
¿Dónde están los medicamentos?
En abril de 2024, la Megafarmacia reportó tener 60 millones de piezas, pero no porque se hubieran comprado. Eran medicamentos prestados por diversas instituciones: el IMSS, el IMSS-Bienestar, el Cenaprece, el CNEGSR y hasta la Secretaría de Salud.
El Universal documentó que esos fármacos provenían de inventarios ya existentes en otros estados. Entre los más afectados:
- Estado de México: 8.1 millones de piezas
- Tabasco: 5.4 millones
- Veracruz: 3.8 millones
- Chiapas: 3.1 millones
- Michoacán: 3.1 millones
Se trataba, además, de medicamentos críticos como busulfán, capecitabina y epirubicina, todos usados en tratamientos contra el cáncer.
Opacidad, sobrecostos y funcionarios destituidos
Mil millones sin comprobar
Birmex enfrenta observaciones por más de mil millones de pesos. La Auditoría Superior de la Federación detectó pagos sin evidencia documental a empresas proveedoras como Avior y Maypo.
También se detectaron adquisiciones de medicamentos fuera del Compendio Nacional o rechazados por defectos de calidad. Incluso se compraron lotes con fallas en pruebas de variación de volumen, lo que implica riesgo sanitario.
Cambios en la cúpula de Birmex
Ante el escándalo, en abril de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum removió al director de Birmex, Jesús Olmos, por compras con sobrecosto estimado en 13 mil millones de pesos. La cifra real, según la Secretaría Anticorrupción, asciende a 15 mil millones.
Junto a Olmos, también fueron separados del cargo directivos clave del área administrativa, logística y planeación.
Una promesa vacía que dejó más dudas que alivios
La Megafarmacia del Bienestar pasó de ser un símbolo de combate al desabasto a convertirse en otro proyecto fallido de infraestructura pública. Su operación mínima, el uso de medicamentos prestados y el gasto público desbordado dejan más preguntas que respuestas.
A futuro, el reto no es solo auditar y sancionar. El desafío es rediseñar el sistema de distribución de medicamentos, con transparencia, eficiencia y, sobre todo, con el paciente como prioridad.