
Max Verstappen, el piloto que prefiere el hogar antes que el glamour de Hollywood
En el entorno sofisticado del Gran Premio de Mónaco, donde el glamour, las cámaras y las exclusividades marcan la pauta, una ausencia llamó poderosamente la atención. Max Verstappen, tetracampeón del mundo y líder indiscutido en la parrilla actual de la Fórmula 1, decidió no asistir a la función privada de F1: The Movie, organizada por la propia Formula One Management (FOM). El neerlandés no sólo se ausentó: explicó por qué, con una honestidad que no suele verse en un deporte tan mediático.
Un evento lleno de estrellas… y dos ausencias notorias
El miércoles previo al arranque del Gran Premio de Mónaco, la FOM organizó una gala cinematográfica especial para los pilotos de la categoría reina del automovilismo. El objetivo: proyectar en exclusiva la esperada F1: The Movie, cinta que promete llevar a las salas el vértigo y la épica de la Fórmula 1, con Brad Pitt como protagonista.
La mayoría de los pilotos asistió, pero dos asientos vacíos destacaron: los de Max Verstappen y Lance Stroll. Rápidamente, la prensa internacional comenzó a especular sobre los motivos, especialmente en torno al actual campeón del mundo.
Verstappen, claro y directo: “Mi tiempo privado es para estar en casa”
Durante su comparecencia con medios previa al GP de Mónaco, Verstappen fue directo: su ausencia no fue un desplante, sino una decisión personal tomada con antelación. “Le dije a la FOM con mucha antelación que no estaría allí esa noche. Ellos lo sabían”, afirmó, cerrando cualquier puerta a teorías conspirativas o desaires.
Pero fue más allá. “Tampoco era un evento obligatorio, era sólo mi tiempo privado. Y prefiero pasar ese tiempo privado en casa, sobre todo porque en la Fórmula 1 ya estás mucho tiempo fuera de casa”, dijo el neerlandés, que recientemente se convirtió en padre.
Con una franqueza poco habitual en el medio, Verstappen dejó en claro que su prioridad es su familia, y que su tiempo libre —escaso, valioso— no está a disposición de los flashes ni del show.
La nueva dimensión de Max: de piloto a padre
La declaración cobra aún más sentido al considerar el momento personal que atraviesa el piloto de Red Bull Racing. Convertido recientemente en padre, Verstappen vive una etapa de transformación, donde el equilibrio entre el rendimiento profesional y la vida familiar toma un rol central.
“Querer pasar más tiempo en casa en días así es bastante normal, creo. Ahora que la familia está creciendo, definitivamente prefiero pasar más tiempo en casa”, sentenció. Lejos de la frivolidad de Montecarlo, Max eligió el calor de su hogar.
Lance Stroll: la otra ausencia, sin explicaciones claras
Mientras Verstappen dio la cara con argumentos sólidos y personales, el canadiense Lance Stroll optó por una respuesta escueta y ambigua. “Por cosas”, fue su justificación al no asistir al evento. “En algún momento la veré”, agregó sin dar mayores detalles.
Aunque su ausencia generó menos atención mediática que la del neerlandés, también reflejó un contraste en el manejo público de las decisiones personales en un entorno donde cada movimiento es observado.
La tensión entre espectáculo y deporte en la F1
El episodio revela una tensión constante dentro del mundo de la Fórmula 1: el equilibrio entre el espectáculo y la esencia competitiva del deporte. Mientras la FOM apuesta cada vez más por convertir la F1 en un producto global de entretenimiento —series, películas, activaciones mediáticas—, hay figuras como Verstappen que prefieren mantenerse fieles al núcleo deportivo.
El neerlandés ha demostrado en repetidas ocasiones que no se siente cómodo con la sobreexposición. Su relación con proyectos como Drive to Survive ya había sido distante, y ahora refuerza su postura: su foco está en correr, no en actuar.
Reflexión final: ¿Un gesto de distancia o una señal de equilibrio?
La decisión de Max Verstappen de no asistir a la función privada de F1: The Movie puede ser leída desde múltiples ángulos. Para algunos, representa una actitud distante hacia la expansión mediática del deporte. Para otros, una postura madura de un deportista que sabe dónde poner sus límites.
Lo cierto es que en un entorno donde la imagen muchas veces se antepone a lo esencial, Verstappen elige priorizar lo íntimo, lo humano. Un gesto que, en tiempos de hiperconectividad y exigencias mediáticas, resulta tan sorpresivo como relevante.