La Plaza de las Tres Culturas, en la Ciudad de México, se ha vuelto a llenar de voces y símbolos. A 57 años de la brutal masacre de Tlatelolco de 1968, estudiantes y colectivos marchan para mantener viva la memoria y exigir el fin de la impunidad por este crimen de Estado, una demanda que resuena con renovada fuerza en el contexto político actual.
La persistencia de una demanda histórica: 57 años de impunidad
El Comité 68 y la exigencia de justicia
El Comité 68 Pro Libertades Democráticas, una vez más, lidera la convocatoria. En una conferencia previa a la movilización, celebrada el lunes pasado, los integrantes del comité reiteraron su exigencia inquebrantable de justicia. Las demandas por las libertades democráticas persisten, enfocándose de manera enfática en el acceso a la justicia para los casos del 2 de octubre de 1968, el 10 de junio de 1971 y el periodo de contrainsurgencia conocido como guerra sucia.
La movilización, impulsada por el Comité 68 junto con diversas organizaciones estudiantiles, populares y sindicales, salió a las 12:00 horas. Su destino final es el Zócalo capitalino, con el objetivo de exigir “el fin de la impunidad por este crimen de Estado y la larga lista de agravios cometidos en contra del pueblo”.
Convocatoria masiva en la Plaza de las Tres Culturas
Desde antes de las 3 de la tarde, la Plaza de las Tres Culturas se convirtió en el punto de encuentro para grupos de estudiantes y decenas de personas. Colectivos del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco y Oriente se conglomeraron en las inmediaciones del metro Tlatelolco. Jóvenes, en su mayoría vestidos con alguna prenda negra y paliacate rojo, se dirigían a la plaza para iniciar la marcha que conmemora los 57 años de la represión estudiantil del 2 de octubre de 1968.
En la plancha de la plaza, predominan las banderas de instituciones académicas como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM). Junto a ellas, ondean banderas de Palestina y banderines con el símbolo del movimiento estudiantil: una paloma blanca asesinada.
Símbolos y voces: la memoria viva en Tlatelolco
Ofrendas y expresiones culturales
La memoria de los «compañeros caídos en esta plaza» se honra con un memorial especial. En él, se colocó una corona de flores, acompañada de veladoras y ramos de claveles. En la Estela de Tlatelolco, una ofrenda floral y dos coronas lucen, rindiendo tributo a las víctimas.
Además de las ofrendas, la conmemoración se enriquece con danzas y cantos prehispánicos. Estos actos culturales se suman a la creatividad de los estudiantes, quienes hacen uso de la plaza para elaborar sus carteles con consignas y demandas.
Consignas y creatividad estudiantil
Las consignas, que son el eco de una herida no cerrada, se escuchan con fuerza en la Plaza de las Tres Culturas. Gritos como «¡2 de octubre no se olvida!» y «¡Ni perdón ni olvido!» resuenan entre los asistentes. Los carteles creados por los jóvenes son un testimonio visual de sus preocupaciones y demandas.
Entre los mensajes que destacan, uno alude a los recientes casos de violencia en la UNAM: “¿cómo hablará mi espíritu si están matando a mi raza?”. Otras consignas poderosas incluyen “el orgullo universitario son voces silenciadas”, “Palestina libre” y “Atravesamos la hoguera y ahora somos a prueba de fuego”. Poco antes del arranque de la movilización, los participantes aprovecharon la espera para dar los toques finales a sus mensajes, asegurando que cada demanda fuera visible y clara.
A 57 años de la masacre de Tlatelolco, la movilización estudiantil y social no solo recuerda una tragedia histórica, sino que también proyecta las persistentes demandas de justicia y el anhelo de un futuro sin impunidad, reafirmando que la lucha por las libertades democráticas es una tarea continua y vital.