La política exterior estadounidense hacia América Latina toma un giro decisivo. Este jueves, el secretario de Estado, Marco Rubio, eludió responder directamente sobre una posible intervención militar en América Latina, en un contexto de despliegue naval y aéreo en el Caribe. La medida busca confrontar a los cárteles de droga, según fuentes.
La postura de estados unidos frente al narcotráfico transnacional
En un evento que subraya la creciente preocupación de Washington por la seguridad regional, Marco Rubio, secretario de Estado de Estados Unidos, evadió una pregunta directa sobre la posible intervención de fuerzas estadounidenses en el hemisferio occidental para perseguir a narcotraficantes y sus redes. Sin embargo, su declaración dejó entrever la firmeza de la postura de la Casa Blanca ante lo que considera una amenaza.
El funcionario manifestó: “A la pregunta de si las fuerzas estadunidenses intervendrán en el hemisferio occidental y perseguirán a los narcotraficantes y sus redes, debo decir que existen grupos narcoterroristas designados que operan en la región. Algunos de ellos utilizan el espacio aéreo y las aguas internacionales para transportar veneno a Estados Unidos”.
Rubio subrayó con contundencia que “esos grupos (narcotraficantes) serán confrontados”. Esta afirmación se alinea con la directriz del presidente Donald Trump, quien, desde su retorno al poder, ha dejado claro que “cualquier amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos la enfrentará”.
Contexto: Despliegue estratégico y acuerdos diplomáticos
La evasión de Rubio se produce en un momento de tensión, luego de que fuentes anónimas informaron a la agencia Reuters que Estados Unidos ordenó el despliegue de fuerzas aéreas y navales en el sur del Mar Caribe. El objetivo de este movimiento estratégico es combatir directamente a los cárteles de droga que operan en la región.
La declaración de Rubio fue realizada durante la firma de un Acuerdo de Tercer País Seguro con el Gobierno de Paraguay este jueves. Este tipo de acuerdos suelen buscar la cooperación regional en materia migratoria y de seguridad, añadiendo una capa de complejidad a la diplomacia estadounidense en el continente.
El cártel de los soles y la deslegitimación de maduro
En el marco de sus declaraciones, el secretario de Estado reafirmó la acusación del gobierno de Estados Unidos que sostiene, sin pruebas, que el Cártel de los Soles en Venezuela es liderado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro. La administración de Trump designó a esta organización como criminal a finales de julio.
Rubio fue categórico al referirse al gobierno venezolano: “El régimen de Maduro no es un gobierno. No es un gobierno legítimo. Nunca los hemos reconocido como tal. Son una organización criminal que básicamente ha tomado el control de un territorio nacional, de un país, y que, por cierto, también amenaza a las compañías petroleras estadunidenses que operan legalmente en Guyana”. Esta afirmación intensifica la presión política y económica sobre Caracas, vinculando la lucha contra el narcotráfico con la disputa sobre la legitimidad del gobierno venezolano y los intereses energéticos estadounidenses.
La evasión de Marco Rubio, en conjunción con el despliegue militar y las contundentes acusaciones, sugiere una escalada en la estrategia de seguridad de Estados Unidos hacia América Latina. ¿Estamos al borde de una nueva era de intervencionismo estadounidense en la región bajo la bandera de la lucha antidrogas?
