
“Porque vivos se los llevaron”: madres alzan la voz por sus hijos desaparecidos
“Nada que celebrar” fue el grito que marcó el inicio de la treceava Marcha de la Dignidad Nacional Madres Buscando a sus Hijos. Este 10 de mayo, en un país con más de 128 mil personas desaparecidas, las madres tomaron de nuevo las calles para exigir justicia. La palabra clave: madres buscan justicia, resuena en cada pancarta, cada foto, cada paso.
Una herida abierta: el contexto de la desaparición en México
La crisis de desapariciones forzadas
México enfrenta una de las crisis humanitarias más graves de su historia reciente. Las desapariciones, lejos de ser hechos aislados, configuran un patrón sistémico de violencia, impunidad y negligencia estatal. Según datos oficiales, más de 128 mil personas están desaparecidas, y la cifra podría ser mayor debido al subregistro y la falta de denuncias por miedo o desconfianza.
El papel de las madres buscadoras
En este escenario, las madres buscan justicia no como una consigna vacía, sino como una acción de vida. Ellas han sustituido al Estado en la búsqueda de sus hijos. Cavando en fosas, analizando restos, organizando brigadas, tejiendo redes de apoyo. Mujeres como María Herrera Magdaleno, madre de ocho hijos, cuatro de ellos desaparecidos, se han convertido en símbolos de una lucha que no cesa.
La marcha del 10 de mayo: dignidad en movimiento
Del Monumento a la Madre al Ángel de la Independencia
La marcha inició a las 10 de la mañana en el Monumento a la Madre. Las familias recorrieron Paseo de la Reforma hasta llegar al Ángel de la Independencia. Una ruta simbólica: de la maternidad silenciada al reclamo de justicia.
Fichas, mantas y oraciones: la narrativa visual del dolor
La movilización fue un mosaico de rostros. En pancartas, camisetas y lonas, los nombres e imágenes de los desaparecidos narraban la tragedia. También estaban las fotos de madres buscadoras asesinadas, un recordatorio de que la lucha también cuesta vidas.
Antes de marchar, realizaron una celebración ecuménica. Un acto de fe, de comunidad y de resistencia.
“¡Porque vivos se los llevaron!”
El clamor fue unánime: “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”. Las consignas retumbaron en las calles. Se pegaron fichas de búsqueda en postes, semáforos, bardas. Las madres buscan justicia, pero también visibilidad. Que no se olviden.
Las ausencias que se heredan
Familias enteras marcadas por el dolor
No solo marchan madres. También están los padres, los hijos, las esposas. Familias rotas, unidas en el dolor. Cada historia es distinta, pero el sentimiento común: la incertidumbre eterna. Las madres buscan justicia, pero también verdad y reparación.
El día más doloroso para muchas
Mientras para muchas personas el 10 de mayo es una fecha de celebración, para miles de madres en México es un recordatorio de la ausencia. Ellas dicen: “Nada que celebrar”. Su duelo es también acción política.
La respuesta institucional: entre la omisión y la simulación
Falta de protocolos y acciones reales
Las autoridades han fallado en crear mecanismos eficaces de búsqueda e investigación. Las fiscalías carecen de personal, presupuesto y voluntad. Las madres denuncian que muchas veces ellas encuentran a sus hijos antes que el Estado.
Criminalización de las buscadoras
En lugar de apoyo, muchas madres enfrentan amenazas, estigmatización y hasta persecución. Algunas han sido asesinadas. El Estado, que debería protegerlas, en muchos casos las revictimiza.
Perspectiva territorial: la lucha desde el Caribe y el sur
La violencia no es exclusiva del norte
En estados como Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Campeche, Yucatán y Quintana Roo también hay desapariciones. El modelo de violencia cambia, pero el resultado es el mismo: familias rotas, búsqueda autogestionada, impunidad estructural.
El papel de los colectivos regionales
Colectivos como Madres Buscadoras de Quintana Roo han emergido en los últimos años con fuerza. Desde el Caribe también se alzan las voces. Se organizan brigadas, se denuncian omisiones, se exige verdad. Las madres buscan justicia incluso donde los reflectores no llegan.
Historias que duelen: la dignidad desde abajo
María Herrera Magdaleno: la madre de todas
Originaria de Michoacán, María ha dedicado su vida a buscar a sus cuatro hijos desaparecidos. Su historia se ha vuelto emblema. Es también fundadora de la organización “Familias en Búsqueda”. Su voz es firme: “No vamos a parar hasta encontrarlos”.
La lucha de las madres migrantes
Muchas madres cruzan fronteras buscando a sus hijos. Las desapariciones de migrantes, especialmente en la frontera sur, también son parte de esta tragedia. Ellas también estuvieron en la marcha.
El camino hacia la verdad sigue en pie
El 10 de mayo no fue una celebración. Fue una denuncia, una caminata de memoria, una exigencia de justicia. Las madres buscan justicia no solo para ellas, sino para todas. Su lucha ha sido piedra angular en la construcción de una memoria colectiva que el Estado intenta borrar.
En un país donde la impunidad es la regla, su valentía es excepción y esperanza. El mensaje es claro: no se rinden. Y como cada año, volverán. Hasta encontrarlos.