
Lula da Silva en Moscú y Pekín: el presidente brasileño entre potencias, guerra y paz
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se embarcó en una gira diplomática decisiva que lo colocará frente a los líderes más influyentes del mundo: Vladimir Putin y Xi Jinping. En medio de la guerra en Ucrania y el retorno de Donald Trump al radar internacional, Lula se mueve con una apuesta arriesgada: reactivar un papel protagónico para América Latina en la geopolítica global.
Un viaje entre fuegos cruzados: Lula en la Plaza Roja
El simbolismo de Moscú: presencia en un momento tenso
Este viernes, Lula asistirá al desfile militar en la Plaza Roja, en conmemoración de los 80 años de la victoria soviética sobre la Alemania nazi. El acto, cargado de historia, se convierte en una vitrina del poder ruso en plena guerra con Ucrania.
La decisión de Lula de estar presente no es menor: el Kremlin ha confirmado la asistencia de 29 mandatarios, entre ellos Xi Jinping y Miguel Díaz-Canel. Pero la presencia del líder brasileño resalta como una figura democrática entre una mayoría de aliados autocráticos de Putin.
“Lula es uno de los pocos demócratas invitados”, explicó Mauricio Santoro, analista del Centro de Estudios Político-Estratégicos de la Marina.
Putin y Ucrania: ¿una oportunidad para la paz?
El presidente ruso aprovechará el evento para reforzar su narrativa sobre la ofensiva en Ucrania. Para contener la tensión del momento, Moscú decretó un alto el fuego del 8 al 10 de mayo, una medida simbólica antes de su reunión con Lula.
Funcionarios brasileños califican el encuentro bilateral como una “oportunidad para una conversación” sobre el conflicto. Aunque los intentos anteriores de Brasil para promover un plan de paz alternativo junto con China no prosperaron, Lula insiste en abrir un canal de diálogo que no pase exclusivamente por Occidente.
Eduardo Paes, secretario para Asia del Itamaraty, reafirmó que “Brasil busca la paz y defiende la integridad territorial”. Esta postura refleja un equilibrio diplomático: diálogo con Moscú sin legitimar la ocupación rusa en Ucrania.
De Moscú a Pekín: Lula y la apuesta por un nuevo multilateralismo
Reencuentro con Xi Jinping: comercio, Celac y la ONU
Tras su paso por Rusia, Lula viajará a China del 11 al 13 de mayo para una visita de Estado. Es su segundo encuentro con Xi Jinping en menos de un año, luego del realizado en Brasilia en noviembre. Este contacto frecuente evidencia la cercanía entre ambas potencias del sur global.
China es hoy el principal socio comercial de Brasil, con un intercambio bilateral que alcanzó los 160 mil millones de dólares en 2023. Este dato no solo destaca la interdependencia económica, sino también el peso estratégico de la relación en tiempos de bloques enfrentados.
En Pekín, Lula también participará en el IV Foro entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde se discutirá, entre otros temas, una candidatura latinoamericana para la Secretaría General de la ONU en 2027.
BRICS y el nuevo orden: más allá del dólar y de Washington
Tanto Brasil como China, miembros de los BRICS, han incrementado su cooperación en foros multilaterales. Comparten una visión crítica sobre el sistema financiero internacional dominado por el dólar, y promueven instituciones alternativas.
Con el regreso de Donald Trump como figura clave en la política estadounidense, ambos países perciben un riesgo renovado de proteccionismo, lo que los impulsa a fortalecer sus lazos comerciales y políticos.
América Latina en el tablero global: ¿puede Lula ser mediador?
Una diplomacia de equilibrios en medio de tensiones
El viaje de Lula no solo es relevante para Brasil, sino también para América Latina, que busca reinsertarse como actor activo en la reconfiguración del orden mundial. En un mundo cada vez más polarizado entre Estados Unidos, China y Rusia, la región apuesta por una voz propia.
Lula intenta proyectar una diplomacia independiente, capaz de tender puentes sin alinearse completamente con ninguna potencia. No es casual que promueva el diálogo con Rusia, defienda la paz en Ucrania, y al mismo tiempo refuerce vínculos con China y proponga una reforma en la ONU.
Obstáculos y límites de una política exterior ambiciosa
Sin embargo, el margen de maniobra es reducido. La ofensiva rusa continúa, y ni Washington ni Bruselas parecen dispuestos a aceptar una mediación donde Moscú no sea responsabilizado directamente. Además, en el plano interno, Lula enfrenta presiones por priorizar lo doméstico.
El reto está en traducir la buena voluntad diplomática en resultados concretos: frenar la guerra, reposicionar a Brasil, y abrir espacio a América Latina en los debates cruciales del planeta.
Entre potencias y principios, Lula se juega su liderazgo
La gira de Lula da Silva a China y Rusia lo coloca en el centro de las tensiones globales. Su presencia en Moscú, su acercamiento a Pekín y su insistencia en una diplomacia activa marcan un intento audaz por reposicionar a Brasil y al sur global como actores relevantes.
En un mundo donde las alianzas se reconfiguran y los liderazgos tradicionales se erosionan, Lula busca reconstruir el rol internacional de su país con una mezcla de pragmatismo económico, apuesta por la paz y visión multilateral.
La pregunta es si el mundo está dispuesto a escuchar.