
Y ya que estamos en modo revisionista, hay dos nombres que ya deberían haber sido expulsados del mapa de Quintana Roo: Luis Echeverría y Gustavo Díaz Ordaz.
Así es. En pleno siglo XXI, en este estado todavía existen comunidades que llevan los nombres de dos de los personajes más siniestros de la historia mexicana.
Sí, claro, fueron presidentes. Pero también fueron los carniceros que ordenaron la represión, la censura, la persecución política y la desaparición de miles de personas en la Guerra Sucia.
El Ejército y sus instituciones secretas operaron a sus anchas, torturando y asesinando a miles de personas.
Y aquí, en Quintana Roo, seguimos rindiéndoles homenaje con nombre y apellido.
Pero, además la “Guerra Sucia” tuvo como principales víctimas a jóvenes con ideales de izquierda.
Y, por cierto, y en menor escala de horror, en Quintana Roo a buscar calles y colonias con nombres de expresidentes y exgobernadores, cuyo principal legado fue la corrupción.