
Redacción/CARIBE PENINSULAR
TABASCO.— Hernán Bermúdez Requena, hoy prófugo de la justicia y señalado por sus presuntos vínculos con el crimen organizado, fue acusado desde los años 90 por Andrés Manuel López Obrador y Layda Sansores, cuando ambos militaban en el PRD.
De acuerdo con una investigación del Diario de Yucatán, López Obrador denunció en 1995 una red de desvío de recursos ligada al entonces gobernador Roberto Madrazo Pintado, en la que figuraba Bermúdez Requena como director del penal de Villahermosa. El diario yucateco documentó que el ahora expresidente presentó una demanda penal por peculado y sobreprecios en obras de seguridad, presuntamente operadas a través de Bermúdez.
Tres años después, en 1998, la entonces senadora Layda Sansores exhibió documentos que vinculaban a Bermúdez Requena con la instalación de centros de espionaje en varios estados del país, incluido Quintana Roo. Según declaró, los centros fueron montados por el CISEN en complicidad con gobiernos estatales, y colocó a Bermúdez al frente de esa estructura en Tabasco.
Ese mismo año, el Diario de Yucatán publicó que Sansores alertó sobre una banda criminal activa en el Sureste, encabezada por altos mandos policiacos de Campeche y Tabasco, entre ellos el propio Bermúdez Requena, quien habría operado con Carlos Méndez Hebert y Enoc Cruz García desde 1992.
Nacido en Mérida en 1953, Bermúdez fue agente de la Policía Judicial Federal y ocupó cargos de seguridad en los gobiernos de Manuel Gurría Ordóñez y Roberto Madrazo. Su nombre también apareció en reportes confidenciales de la DEA y la PGR, relacionados con lavado de dinero y presuntos nexos con Carlos Cabal Peniche.
En 1996, el mismo rotativo publicó testimonios desde el penal de Villahermosa que señalaban a Bermúdez como parte de una red de secuestradores, falsificadores y narcotraficantes. De acuerdo con las denuncias, el exfuncionario ofrecía protección a estos grupos criminales y vendía celdas dentro del penal.
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