Las lluvias torrenciales que azotan el norte de China han desatado una crisis sin precedentes, provocando un devastador deslizamiento de tierra que ha cobrado la vida de al menos cuatro personas y ha forzado la evacuación de miles de habitantes. La magnitud de las inundaciones, descritas como las peores en décadas, ha puesto en alerta máxima a las autoridades y a la población.
La devastación en el norte de China
Desde el lunes 28 de julio de 2025, el norte de China ha sido golpeado por intensas lluvias torrenciales que han desbordado ríos y arrastrado vehículos, sumiendo varias regiones en el caos. La situación más crítica se registra en la provincia de Hebei y en las afueras de Pekín, donde las comunidades luchan por contener los efectos del agua.
El epicentro de la tragedia: Hebei y sus víctimas
En la provincia de Hebei, que rodea a Pekín, la localidad de Xigou fue escenario de un deslizamiento de lodo que dejó un saldo trágico de cuatro muertos y ocho desaparecidos, según reportó la televisión pública CCTV. Esta tragedia se suma a los dos decesos ya registrados en la provincia durante el fin de semana a causa de las mismas condiciones climáticas. Las autoridades nacionales encargadas de la gestión de emergencias han anunciado el envío de un equipo para apoyar la lucha contra estas «graves» inundaciones.
Pekín bajo alerta máxima: Evacuaciones y el temor de sus habitantes
Te puede interesar:FRANJA DE GAZA: Propuesta de Trump genera rechazo en el …
La capital china también ha sentido los embates de las lluvias. En el distrito de Miyun, ubicado en las afueras de Pekín, más de 4.000 habitantes tuvieron que ser evacuados de sus viviendas debido a las precipitaciones extremas. Las autoridades municipales emitieron una alerta de máximo nivel por inundaciones y la segunda alerta más alta para lluvias torrenciales, anticipando que las fuertes precipitaciones continuarán hasta el martes por la mañana.
Vecinos de las zonas afectadas expresan su asombro ante la magnitud del fenómeno. «Nunca había visto tanta agua», declaró Cui Xueji, de 67 años, quien ha vivido toda su vida en la localidad de Taishitun, en Miyun. «Nos habíamos preparado un poco, pero no esperábamos tal cantidad de agua», agregó mientras intentaba moverse en el agua con sandalias y un triciclo cargado con madera. Otro residente de Miyun, identificado como Liu, relató haber presenciado cómo las aguas se llevaban vehículos en su barrio durante la noche del domingo al lunes. Reportes de periodistas de AFP documentaron la evacuación de habitantes y un perro por una máquina de construcción, mientras los equipos de rescate avanzaban con el agua hasta las rodillas.
En el municipio de Fuping, también en Hebei, más de 4.600 personas fueron evacuadas durante el fin de semana, según informaron medios oficiales.
Respuesta oficial y la lucha contra la emergencia
Ante la escala de la catástrofe, el presidente Xi Jinping lamentó el lunes por la noche las «importantes pérdidas humanas y materiales» de los últimos días. El mandatario se comprometió a garantizar «el buen funcionamiento» de las operaciones de búsqueda y rescate, según la agencia de noticias Xinhua, subrayando la urgencia y seriedad con la que el gobierno aborda la situación.
Un patrón recurrente en el gigante asiático
Te puede interesar:Tragedia en Gaza: Disparos israelíes dejan 67 muertos cerca de …
Las catástrofes naturales son un desafío frecuente en China, especialmente durante la temporada de verano. En este periodo, mientras algunas regiones sufren intensas lluvias e inundaciones como las actuales, otras se ven afectadas simultáneamente por sequías severas, poniendo a prueba la resiliencia del país y sus sistemas de gestión de emergencias.
La situación en el norte de China no es solo una noticia; es un recordatorio de la vulnerabilidad ante la fuerza imparable de la naturaleza. ¿Cómo impactará esta serie de catástrofes en la planificación a largo plazo de la infraestructura y la respuesta climática del gigante asiático?
