Tres días después de que la administración del presidente Donald Trump publicara su nueva estrategia de seguridad nacional, las tensiones geopolíticas escalaron globalmente. El 09 de diciembre de 2025, desde Bruselas, el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, advirtió sobre la injerencia. Simultáneamente, China marcó a Taiwán como la primera línea roja que la estrategia de seguridad nacional Trump no debe cruzar.
La advertencia de Europa: aliados que no amenazan
El presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, advirtió a Estados Unidos que evite interferir en los asuntos internos del continente europeo. Costa sostuvo que solo los ciudadanos de ese continente tienen la capacidad de decidir qué partidos deben gobernarlos.
Aunque la nueva doctrina estadunidense describe a los países europeos como aliados, Costa fue contundente en su crítica:
- Límites de la alianza: “Los aliados no amenazan con interferir en las elecciones políticas internas.”
- Injerencia política: “No podemos aceptar la amenaza de interferencia en la vida política europea.”
- Decisión ciudadana: Estados Unidos “no puede remplazar a los ciudadanos europeos en la elección de cuáles son los partidos buenos o malos”.
Costa subrayó una diferencia fundamental en la visión de la libertad de expresión entre la Unión Europea y Estados Unidos, argumentando que no puede haber libertad de expresión sin libertad de información. El presidente del Consejo Europeo señaló que no habría libertad de expresión si se sacrifica la libertad de información de los ciudadanos para defender a los oligarcas tecnológicos en Estados Unidos.
Trump critica la migración masiva en el continente
Más tarde, en la Casa Blanca, el magnate republicano Donald Trump aseguró que Europa va “por muy mal camino” tras la publicación de su doctrina. Dicho documento critica al continente por la migración masiva, sosteniendo que enfrenta la “desaparición de la civilización” europea debido al fenómeno migratorio.
El presidente Trump expresó ante periodistas: “Europa debe tener mucho cuidado. (Ellos) están haciendo muchas cosas. Queremos mantener a Europa como Europa”. Agregó que la situación es “muy mala para la gente” y que no quieren “que Europa cambie tanto”, pues están “tomando muy mal camino”.
China declara a Taiwán la “primera línea roja”
Por su parte, China reaccionó a la nueva estrategia de seguridad estadunidense rechazando la “injerencia externa” y ratificando su compromiso con la defensa de su soberanía. La estrategia de Estados Unidos plantea aumentar el poder militar para disuadir un posible conflicto con Pekín por Taiwán, un movimiento que la cancillería china sugirió resucita la Doctrina Monroe.
Guo Jiakun, portavoz de la cancillería china, respondió a la prensa respecto al documento:
> “Taiwán es la primera línea roja que no debe cruzarse en las relaciones entre China y Estados Unidos, y China no admite injerencias externas”.
El portavoz instó a la parte estadunidense a tratar la cuestión de Taiwán con la máxima prudencia. Además, pidió a Washington “dejar de consentir y apoyar a las fuerzas separatistas ‘independentistas’ de Taiwán que buscan la independencia por la fuerza o se resisten a la reunificación por la fuerza”. A pesar de las fricciones, Guo Jiakun apuntó que el gigante asiático estaba dispuesto a trabajar con Washington para promover lazos estables, siempre y cuando se salvaguarden su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo.
La desnuclearización de Corea del Norte, fuera de la agenda
Un cambio notable en la nueva hoja de ruta de seguridad global de Trump es la eliminación de cualquier referencia a la desnuclearización de Corea del Norte como objetivo prioritario.
Esta omisión alimenta las especulaciones de que Washington podría estar buscando aumentar las posibilidades de un avance diplomático con Piongyang en 2026. Es fundamental notar que el objetivo de acabar con la amenaza nuclear de Corea del Norte había sido una constante en la estrategia de seguridad nacional de todos los presidentes estadunidenses desde la aparición del programa norcoreano en 2003.
El contexto global de principios de diciembre de 2025 se define por las líneas rojas impuestas por Pekín, las claras advertencias de Bruselas y una doctrina de seguridad en Washington que redefine las prioridades nucleares, migratorias y geopolíticas. La respuesta contundente de China y la Unión Europea demuestran que, a tres días de su publicación, la nueva estrategia ya ha generado una reorganización diplomática y militar, poniendo a prueba los límites de la influencia de Estados Unidos en la escena mundial.
