
¿Durango y Veracruz podrían enseñarle algo a Quintana Roo rumbo al 2027?
Parece que sí. Lo más llamativo es que en ambos estados se frenó la aplanadora guinda. Morena ya no arrasó, ni con programas sociales ni con la marca presidencial. Y en ninguno logró más del 50% de los votos.
En Veracruz, ahora tiene una veintena de municipios menos. Y aunque conservó la cabecera más importante, el puerto de Veracruz, el triunfo tiene tremendo asterisco: los Yunes, padre e hijo, que imponían su ley en este histórico lugar, abandonaron al PAN para volverse empleados por conveniencia de Morena.
En Durango, Morena simplemente no pudo con el bastión PRIANista. Y si algo quedó claro en ambas entidades, es que Movimiento Ciudadano avanzó de forma seria. Aunque, en el caso de Quintana Roo, sus líderes locales quieren ir solos por las pluris, el partido naranja ya es la vía natural del voto de castigo.
En Quintana Roo, el cuatroteísmo deberá aceptar que no habrá ola nacional. En 2027, todo dependerá de su talento local y si MC se toma las cosas en serio