Lavrov: Rusia defenderá intereses con firmeza ante la seguridad de Ucrania

Lavrov afirma que Rusia defenderá sus intereses y exige ser incluida en la seguridad de Ucrania. Las negociaciones de paz requieren acuerdo mutuo.
Lavrov: Rusia defenderá intereses con firmeza ante la seguridad de Ucrania

El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha declarado con contundencia que Rusia no aceptará ninguna solución a la cuestión de las garantías de seguridad para Ucrania y Europa que ignore sus intereses legítimos. Esta postura surge en un contexto de escalada, con la posibilidad de patrullajes de aviones estadunidenses en el espacio aéreo de Kiev y el despliegue de tropas europeas, reafirmando la inquebrantable determinación de Moscú de proteger sus intereses en la seguridad de Ucrania.

Moscú insiste en sus condiciones para la paz

El jefe de la diplomacia rusa ha dejado claro que una cumbre entre los presidentes ruso, Vladimir Putin, y ucranio, Volodymir Zelensky, no es viable en el corto plazo. La tesis del Kremlin es categórica: es indispensable consensuar acuerdos previos.

«Estamos en favor de cualquier formato, pero cuando se trata de un encuentro al máximo nivel, es indispensable prepararlo de modo exhaustivo en todos los escalones previos para que las cumbres no devengan un empeoramiento de la situación y de verdad pongan el punto final en las negociaciones, que estamos dispuestos a continuar», enfatizó Lavrov en una rueda de prensa tras reunirse con su colega de Jordania, Ayman Safadi. Esta declaración fue una respuesta directa sobre la cumbre que la administración del presidente Donald Trump da por hecha.

Rechazo a la seguridad colectiva sin Rusia

Lavrov fue enfático al señalar que Rusia no puede aceptar que los asuntos de seguridad colectiva se pretendan solucionar al margen de la Federación Rusa. «No saldrá nada», aseveró el canciller, precisamente el mismo día en que los jefes militares de países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunían por videoconferencia para analizar las garantías de seguridad que pueden ofrecer a Ucrania.

«Estoy seguro de que Occidente, y en primer término Estados Unidos, entiende a la perfección que debatir con seriedad asuntos de seguridad colectiva sin Rusia es una utopía, un camino a ningún lado», agregó, subrayando la postura irrenunciable de Moscú.

Antecedentes y propuestas divergentes

Rusia no se opone a la idea de otorgar a Ucrania “garantías de seguridad verdaderamente sólidas”. Lavrov recordó como un «buen ejemplo» la propuesta de Ucrania en abril de 2022, durante las negociaciones de Estambul, para firmar un acuerdo de paz que incluía su renuncia a ingresar en la OTAN. Esta iniciativa retomaba los principios de su Declaración de Independencia, donde Ucrania se proclamó Estado neutral, sin armamento nuclear ni bases militares extranjeras.

La propuesta ucrania de entonces presuponía que las garantías pedidas serían iguales para todas las partes involucradas, asegurando la seguridad de Ucrania y sus vecinos de forma igual e indivisible. «Rusia estuvo de acuerdo con ese enfoque», comentó Lavrov. Moscú estaba dispuesto a firmar un documento con garantías de seguridad, respaldado por los restantes miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (China, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña) y otros países como Alemania y Turquía.

El punto de quiebre de 2022

Sin embargo, Ucrania sostiene, de acuerdo con los tres borradores de acuerdo ruso-ucranio pactados en Estambul en marzo y abril de 2022 y publicados por el *New York Times* a comienzos de 2024, que aquellas conversaciones se terminaron por la insistencia de Rusia en que, en caso de una nueva agresión contra Ucrania, los países garantes podrían intervenir solo si todos estaban de acuerdo, incluyendo a Rusia, lo cual le daba una suerte de veto.

Diplomacia y la posición de Trump

Actualmente, Lavrov observa desde los países europeos «solo una escalada muy agresiva de la situación, intentos bastante torpes y, en general, poco éticos de influir en un cambio de posición de la administración Trump y del propio presidente estadunidense». Como ejemplo, citó la reciente visita de varios dirigentes europeos que acompañaron al señor Zelensky a Washington el lunes de esta semana, de quienes, subrayó, no se escuchó «ninguna idea constructiva».

En contraste, el ministro de Relaciones Exteriores ruso añadió que Trump y su equipo «prácticamente desde su llegada a la Casa Blanca han estado involucrados en la diplomacia en relación con Ucrania, lo que implica la búsqueda de entendimientos mutuamente aceptables que supriman las causas originarias del conflicto y garanticen que no se reanude”.

Lavrov afirmó que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en la conversación telefónica que mantuvo con su homólogo estadunidense el lunes pasado, «no solo propuso continuar las negociaciones directas [entre rusos y ucranios], sino también considerar la posibilidad de elevar el nivel de los jefes de los grupos de negociadores». Esto, indicó, se corresponde con otra propuesta rusa de crear, en el marco del proceso de negociaciones, tres grupos de expertos que examinen, por separado, los aspectos políticos, militares y humanitarios de una solución negociada.

Hasta ahora, Kiev no ha dado ninguna respuesta a la propuesta de Moscú de elevar el nivel de los negociadores. No obstante, Lavrov apuntó que, “como esta iniciativa fue recibida positivamente por el presidente Trump, esperamos que la exponga y explique a los representantes de Ucrania, y tendremos una respuesta, que sería un paso importante para elevar el nivel de las negociaciones para aumentar el grado de concreción y para avanzar en la discusión de las cuestiones clave que deben resolverse para facilitar un arreglo político duradero”.

Por su parte, Ucrania insiste en que, para resolver las controversias más espinosas, solo tiene sentido una reunión entre los presidentes Zelensky y Putin. Kiev también considera que no se puede avanzar en las negociaciones sin declarar un alto el fuego, salvo en los asuntos de carácter humanitario, como los intercambios de prisioneros de guerra, heridos y cadáveres, o el tema de los niños ucranios (llevados a Rusia contra su voluntad, según Kiev, o sacados de zonas de combate en Ucrania para salvarlos, según Moscú).

La complejidad de las posiciones y las condiciones previas revelan que el camino hacia una resolución del conflicto sigue siendo escarpado. ¿Será la diplomacia de alto nivel, tal como la conciben las partes, el verdadero catalizador para una paz duradera o un mero punto muerto en el tablero geopolítico?

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