La verdad sobre el final de Wicked: For Good y por qué sacude a Estados Unidos

Analizamos el explosivo fenómeno de Wicked: For Good, su final explicado y la polémica recepción global. Descubre cómo la película usa la política de Oz para criticar a los líderes charlatanes.
La verdad sobre el final de Wicked: For Good y por qué sacude a Estados Unidos

El estreno de Wicked: For Good (o Wicked 2) no es solo el cierre épico de la historia de Elphaba y Glinda; es un fenómeno cultural que ha desatado una «guerra» simbólica de colores en Estados Unidos. La conclusión de esta saga musical, protagonizada por Cynthia Erivo y Ariana Grande, reconfigura de manera audaz el clásico El Mago de Oz, inyectando tintes de análisis político en el corazón de Oz.

El fenómeno global: Un éxito polarizado

Desde su anuncio, la saga de Wicked generó una expectativa masiva, posicionándose como un blockbuster que redefinió la idea de villanas y heroínas. La primera entrega, estrenada en noviembre de 2024, fue un taquillazo con una recaudación de 760 millones de dólares. Sin embargo, este éxito financiero reveló una disparidad geográfica notable.

Las cifras hablan por sí solas:

  • En Estados Unidos, la película recaudó 475 millones de dólares, recuperando su presupuesto de 150 millones en tan solo cinco días.
  • Fuera de Hollywood, la recaudación fue significativamente menor, alcanzando solo 285 millones de dólares.

Esta popularidad explosiva en Estados Unidos se debe, en parte, a que la fiebre de Wicked es una invasión imparable. El fenómeno es ubicuo, desde productos de merchandising como cosméticos y ollas, hasta coches de lujo y la pista de hielo navideña de Nueva York, patrocinada por la saga. La premiere americana, celebrada en un Lincoln Center customizado en rosa y verde, demostró la magnitud de la euforia.

Las claves del arraigo estadounidense: Política y cultura popular

El profesor de Cine y Estudios de Medios en la universidad de Penn State, Matt Jordan, ofrece varias explicaciones para el éxito polarizado, señalando que Wicked es un producto implícitamente estadounidense y más difícil de exportar que éxitos como Barbie (que recaudó 800 millones fuera de EE. UU.) o Avatar (2,100 millones fuera).

Para el público estadounidense, la conexión es profunda:

  • Contexto histórico de Oz: El universo de personajes de El Mago de Oz existe desde 1900, y el musical Wicked (que data de 2003) se convirtió en una institución cultural neoyorquina.
  • Resonancia política: Hay quienes apuntan a que la historia, que enfrenta a dos mujeres (rubia y verde, o blanca y negra) contra un hombre blanco, charlatán y dictador, es profundamente American style. La inclusión de un gobierno fascista y represivo en Oz podría tener un impacto especial en el público objetivo, particularmente las mujeres jóvenes.
  • El embaucador en la política: Jordan señala que la historia de amistad femenina frente a un líder que utiliza trucos y engaños para aparentar poder (en lugar de basarse en el mérito) tiene resonancia en el contexto cultural actual, donde la política está dominada por un «embaucador».

Además del contenido, la masiva campaña publicitaria internacional impulsó el éxito, incluyendo un especial televisivo de la cadena NBC (parte de Universal) grabado en septiembre en el teatro Dolby de Hollywood que logró casi cuatro millones de espectadores, convirtiéndose en el segundo especial más visto del año en la televisión estadounidense, solo superado por el Super Bowl.

La visión de los protagonistas y el reto de la segunda parte

El elenco, liderado por Cynthia Erivo (Elphaba) y Ariana Grande (Glinda), reconoció que el alcance del fenómeno fue inesperado. Cynthia Erivo, la actriz británica de 38 años, explicó que la historia de Elphaba cala porque «muchos de nosotros, si no todos, sentimos en algún momento de nuestras vidas que no encajamos, que somos diferentes y que nos malinterpretan». Por su parte, Ariana Grande, quien ya se coloca en las quinielas para el Oscar, expresó: «Espero que el amor y el perdón que [las protagonistas] comparten […] puedan permanecer en la gente».

La cinta, dirigida por Jon M. Chu, fue rodada al mismo tiempo que la primera. Chu, quien vio el musical por primera vez en San Francisco en 2003 a los 24 años, tenía claro que llevaría la obra a la pantalla con una espectacularidad que el escenario no permitía. Wicked: Parte 2 se enfrenta al reto de cerrar satisfactoriamente la historia en un contexto mucho más oscuro. Chu se refiere a este segundo capítulo como «la verdadera esencia de la historia».

Cuando comienza Wicked: Parte 2, ha pasado tiempo desde que Elphaba huyó en su escoba, decidida a no contribuir con la gran mentira del Mago, mientras que Glinda decidió permanecer. Ambas amigas toman caminos distintos, llevando a posiciones enfrentadas que complican su amistad. No obstante, la narrativa no defrauda, repitiendo la puesta en escena extraordinaria de la primera parte y con dos números musicales nuevos. El punto más álgido de la película está, como no podía ser de otra manera, en el icónico «For good».

El final explicado de ‘Wicked: For Good’

En el clímax de Wicked: For Good, la tensión política en la Ciudad Esmeralda escala, y la rebelión liderada por Elphaba contra el Mago de Oz alcanza un punto crítico.Giro central y desenlaces:

  • Elphaba y el sacrificio: Elphaba decide entregarse con tal de frenar la violencia institucional que perpetúa el régimen autoritario y de engaño del Mago.
  • Fiyero y el Espantapájaros: Se revela que Fiyero, el antiguo príncipe y aliado, no murió; fue transformado mediante un hechizo en el Espantapájaros. Este giro hace eco directo al clásico de El Mago de Oz y funciona como una metáfora sobre el sacrificio y la redención.
  • Nessarose: La hermana de Elphaba, Nessarose, se convierte en la Bruja Mala del Este. Su muerte ocurre cuando la casa de Dorothy cae sobre ella, recreando fielmente un momento icónico del relato original.
  • El Mago y la filiación: Elphaba finge su muerte para proteger su legado. Se descubre que la botella verde que deja pertenece a su madre, y se convierte en la prueba de que el Mago de Oz es, en realidad, su padre biológico. Confrontado por Glinda, el Mago abandona Oz. Este dato desmantela la idea tradicional de un dictador lejano.

El cierre emocional se produce con un dueto entre Elphaba y Glinda, donde ambas reconocen que su amistad las cambió para siempre. La historia termina con Glinda asumiendo el liderazgo como la bruja buena, un hecho que refuerza un mensaje de reconciliación para construir un orden diferente y justo. La apertura del Grimorio, libro de hechizos prohibidos, ante Glinda sugiere que su camino mágico recién comienza.

En la escena final, Elphaba y Fiyero, ahora el Espantapájaros, se reúnen y escapan a “el lugar más allá de Oz”. Aunque no hay confirmación de una tercera entrega, la narrativa deja la puerta abierta. Elphaba se adentra a un sitio desconocido, mientras Glinda se queda para gobernar, consciente de que el futuro requiere de ambas fuerzas: la de la rebelión y la de la esperanza.

El simbolismo oscuro del sombrero: De la Inquisición a Elphaba

La saga Wicked ha contribuido a la reinterpretación de otro elemento clave: el sombrero puntiagudo de la bruja, presente desde la novela de Frank L. Baum de 1900 hasta Wicked: For Good. El origen de este tocado, sin embargo, se remonta a la Edad de Bronce y fue usado como instrumento de persecución.Historia de la persecución: Los tocados cónicos se utilizaron históricamente como herramienta de identificación forzada.

  • En el siglo XIII, los hombres judíos fueron obligados a usar el Judenhut.
  • Durante la Inquisición española (iniciada en 1478), los acusados de herejía eran forzados a usar capirotes o corozas.

Varios siglos después, Francisco Goya pareció hacer referencia a la coroza en su pintura Vuelo de brujas (1798), donde las brujas con sombreros cónicos son una crítica satírica a la ignorancia. Existe una teoría que vincula el sombrero con las cerveceras de la Edad Media, cuyo conocimiento de herboristería las hacía sospechosas.

No obstante, Laura Kounine, profesora asociada de historia moderna temprana en la Universidad de Sussex, sostiene que esta conexión es un mito. Kounine explica que, en la Edad Moderna, lo que diferenciaba a las supuestas brujas era el hecho de no llevar sombrero; su cabello suelto simbolizaba pasiones desenfrenadas y el opuesto al orden social. La representación más antigua conocida de una bruja con un sombrero puntiagudo negro data del libro The Wonders of the Invisible World (1693) de Cotton Mather.

Reivindicación moderna: Mientras que el negro se convirtió en el símbolo de la maldad y el ocultamiento, las olas del feminismo han animado a las mujeres a reivindicar a la bruja como un símbolo de empoderamiento personal y subversión del patriarcado.

La novela Wicked: Memorias de una bruja mala de Gregory Maguire (1995) dio a la Bruja Mala del Oeste el nombre de Elphaba y le otorgó una historia de empatía. El diseñador de vestuario de la película, Paul Tazewell, ganador del Oscar, reinterpretó el «horrible» sombrero para reflejar la relación de Elphaba con la Tierra, haciendo que se enrosque de forma única. El hecho de que el sombrero de bruja fuera el disfraz de Halloween más popular en Google en 2021, antes de la fiebre por Wicked, demuestra que este tocado sigue siendo un objeto abierto a la interpretación cultural.

Wicked: For Good concluye con Glinda gobernando, impulsada por la esperanza, y Elphaba abrazando la rebelión en “el lugar más allá de Oz”. Este dualismo intencional, que confronta la amistad femenina contra la tiranía y la mentira política, deja una pregunta abierta: ¿Es el verdadero poder en Oz la magia inherente o la capacidad de reescribir la historia para servir a una causa justa?

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