El clamor internacional por la suspensión de Israel de torneos de futbol alcanza a la UEFA, que se alista para una votación crucial. Esta decisión podría convertirla en el primer organismo deportivo en sancionar al país por los crímenes que comete el gobierno de Benjamin Netanyahu en la franja de Gaza.
El creciente clamor por sanciones y los motivos detrás de la posible suspensión
La presión para que la UEFA y la FIFA, así como otras entidades deportivas, apliquen sanciones a Israel, se ha intensificado notablemente. Un ejemplo palpable de este descontento fue la manta que desplegó la afición del club griego PAOK el miércoles en su partido de la Liga de Europa contra el club israelí Maccabi de Tel Aviv.
Además de las manifestaciones de los aficionados, la intención de la UEFA de sancionar a la federación israelí se produce después de que un panel de Naciones Unidas pidiera a las autoridades del futbol suspender a la selección de ese país. Este llamado fue explicitado «como una respuesta necesaria para abordar el genocidio en curso en el territorio palestino ocupado». Las críticas se acentúan al considerar que la Asociación Palestina de Futbol ha estimado que más de 400 jugadores han muerto tras los ataques de Israel. Incluso, la UEFA ha sido señalada por una conmemoración por el ex internacional palestino Suleiman Obeid que omitió el contexto de su muerte.
La UEFA se prepara para una votación clave sobre Israel
La UEFA, ente rector del futbol europeo, tiene previsto realizar pronto una votación para suspender a la federación de Israel en los torneos internacionales. Dos fuentes, bajo condición de anonimato debido a la sensibilidad del tema, informaron a The Associated Press que se espera que una mayoría dentro del comité ejecutivo de 20 miembros de la UEFA apoye cualquier votación a favor de suspender a los equipos israelíes de las competiciones.
Una medida de esta magnitud impediría la participación de los equipos nacionales y clubes de Israel en competiciones internacionales. La selección masculina israelí tiene programado reanudar sus apariciones en las eliminatorias mundialistas de Europa en dos semanas, con partidos fuera de casa contra Noruega e Italia. Hasta el momento, no se ha establecido una fecha oficial para la votación, aunque la UEFA inauguró ayer la reunión de secretarios generales del organismo en Marbella, mientras que el Consejo de la FIFA se llevará a cabo la próxima semana en Suiza.
La postura de FIFA y las implicaciones geopolíticas
En caso de que la UEFA apruebe una suspensión en contra de Israel y la FIFA no hiciera lo mismo, el caso podría llegar al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, por sus siglas en inglés). Esto se debe a que las eliminatorias son organizadas por la entidad europea, mientras que el Mundial es un torneo realizado por el máximo dirigente del futbol internacional.
La postura de la FIFA respecto a una posible exclusión de Israel no es clara, especialmente debido al estrecho vínculo entre Gianni Infantino, jerarca del máximo ente rector del balompié mundial, y el presidente estadunidense Donald Trump, quien ha respaldado al gobierno de Netanyahu. El apoyo de la administración Trump para la seguridad en el Mundial de 2026, y el otorgamiento de visas para jugadores, dirigentes y potencialmente cientos de miles de aficionados, se considera clave para que la FIFA pueda realizar un torneo exitoso en Estados Unidos, Canadá y México. Un portavoz del Departamento de Estado de EU dijo a Sky News que: “Trabajaremos absolutamente para detener por completo cualquier esfuerzo que intente excluir a la selección nacional de futbol de Israel de la Copa del Mundo”. Directivos israelíes también «trabajan intensamente tras bambalinas» para evitar una prohibición contra sus equipos, según reconoció el ministerio de Deportes y Cultura de Tel Aviv.
Contradicciones y antecedentes: el caso de Rusia
La principal razón por la que la UEFA y la FIFA no suelen tomar posturas en cuestiones y conflictos geopolíticos es la idea de que los equipos nacionales son vistos generalmente como representantes de su país y no de su gobierno actual. Sin embargo, esta posición genera una contradicción, ya que se ha informado a The Independent que numerosas asociaciones de futbol y miembros ejecutivos apoyarían una prohibición, o al menos están dispuestos a discutir sanciones contra Israel. Argumentan que no tomar medidas los haría inconsistentes, tras haber castigado a los equipos rusos por el conflicto bélico en Ucrania en 2022. La diferencia con Rusia fue que los países se negaron a jugar contra ellos partidos clasificatorios inminentes para la Copa del Mundo, lo que obligó a tomar una decisión y presentar un caso en el Tribunal de Arbitraje Deportivo.
Los llamados para excluir a Israel del futbol y otros deportes han aumentado en las últimas semanas. El primer ministro español Pedro Sánchez subrayó la semana pasada que Israel debería ser excluido de los certámenes deportivos internacionales al igual que Rusia. La UEFA y su presidente, Aleksander Ceferin, ya señalaron una postura más dura sobre Israel el mes pasado al colocar pancartas que decían “Dejen de matar niños. Dejen de matar civiles” en el campo frente a los equipos del París Saint-Germain y Tottenham antes del partido de la Supercopa en Udine, Italia. La federación de futbol noruega, por su parte, se comprometió a donar sus ganancias de la venta de entradas para el partido del 11 de octubre en Oslo al trabajo humanitario en Gaza de Médicos Sin Fronteras. La federación turca de futbol también ha pedido a la FIFA y UEFA la suspensión de Israel, afirmando que el balompié fortalece la solidaridad entre los pueblos, lo que obliga a expresar preocupación ante las acciones israelíes contra Gaza, según su presidente, Ibrahin Haciosmanoglu.
Actores clave y presiones internas en la UEFA
Dentro del panel del comité ejecutivo de la UEFA que votará sobre la suspensión de Israel, figuran miembros electos como Gabriele Gravina, de Italia, y Lise Klaveness, de Noruega, quienes podrían apoyar la medida. Sin embargo, Moshe Zuares, el presidente de la federación de futbol israelí, también forma parte del panel. Además, Nasser Al-Khelaïfi, integrante del gobierno de Qatar y presidente del campeón europeo PSG, es otro actor influyente. Israel provocó el enojo de Qatar, un influyente aliado de Estados Unidos y mediador clave durante la guerra, con un ataque aéreo el 9 de septiembre dirigido a líderes de Hamas en Doha, la capital catarí.
Ante este complejo escenario de presiones diplomáticas, antecedentes deportivos y el clamor internacional, la decisión de la UEFA no solo redefinirá la relación entre deporte y geopolítica, sino que también sentará un precedente significativo en la arena internacional. ¿Estarán los organismos del futbol a la altura de las demandas éticas y humanitarias que exigen sus seguidores y la comunidad internacional?