La sombra de Trump y el fraude: Claves de las elecciones Honduras 2025

La sombra de Donald Trump en las elecciones Honduras 2025, la tensión por el fraude y la agresión a observadores, marcan una contienda crítica.
La sombra de Trump y el fraude: Claves de las elecciones Honduras 2025

Honduras acudió a las urnas el 1 de diciembre de 2025 para definir su futuro político en unas elecciones marcadas por la extrema polarización interna, acusaciones anticipadas de fraude y la injerencia directa de Estados Unidos. Con el 60% de los hogares viviendo en condiciones de pobreza, el nuevo gobierno deberá enfrentar la realidad de un país asolado por el crimen organizado y la corrupción, mientras el conteo de votos genera tensiones que amenazan la democracia.

La intervención de Donald Trump sacude la contienda electoral

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó una profunda controversia menos de 48 horas antes de que comenzara la votación al intervenir explícitamente en la contienda, apoyando al candidato derechista Nasry «Tito» Asfura, del Partido Nacional.

Trump utilizó su red social Truth Social para anunciar que indultaría al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández, quien cumple una condena de 45 años en Estados Unidos por narcotráfico y quien fue el líder histórico del Partido Nacional.

Además de prometer un «gran apoyo» si Asfura ganaba, Trump elevó la amenaza a nivel de política exterior:

  • Amenaza financiera: Advirtió con recortar la ayuda financiera a Honduras si Asfura no resultaba vencedor.
  • Justificación: Trump aseguró que «si no gana, Estados Unidos no malgastará su dinero, ya que un líder equivocado solo puede traer consecuencias catastróficas».
  • Argumento del indulto: Posteriormente, el domingo de la votación, Trump justificó su intención de indultar a Hernández alegando que la administración de Joe Biden le había «tendido una trampa».

Rixi Moncada, la candidata oficialista, reaccionó inmediatamente, calificando el respaldo de Trump a su oponente como un acto «totalmente intervencionista».

El distanciamiento de Asfura de Juan Orlando Hernández

Nasry «Tito» Asfura, exalcalde de Tegucigalpa, recogió el apoyo de Trump, defendiendo el indulto como una potestad presidencial que permitiría a la familia de Hernández recuperar la tranquilidad.

Sin embargo, Asfura intentó distanciarse de los escándalos de corrupción que han plagado a su partido, señalando a la agencia de noticias AFP que no tiene «ningún vínculo» con el expresidente y que el Partido Nacional «no es responsable de sus acciones personales». Sus promesas de campaña se centraron en generar desarrollo, facilitar la inversión extranjera y crear empleo.

La lucha entre los tres principales aspirantes

Aunque cinco candidatos presidenciales figuraban en la boleta, la contienda se percibía esencialmente como una carrera a tres bandas, con los principales contendientes empatados en las últimas encuestas, y con un 34% de los votantes aún indecisos.

Los principales candidatos eran:

  • Rixi Moncada: Exministra de Defensa, postulada por el izquierdista Partido Libertad y Refundación (Libre). Es la candidata respaldada por la actual presidenta Xiomara Castro y su esposo, el expresidente Manuel Zelaya. Moncada, abogada de 60 años, se comprometió a proteger la «riqueza natural» de los «filibusteros del siglo XXI» y a combatir la corrupción «en todas sus formas».
  • Salvador Nasralla: Presentador de televisión, del centrista Partido Liberal. Buscaba la presidencia por cuarta vez. Nasralla rompió con la presidenta Castro en 2024 para lanzar su candidatura. Gran parte de su campaña se enfocó en el combate a la corrupción y en desmantelar lo que llamó «el aparato de poder» construido por la élite familiar de Castro y Zelaya. Afirmó que Honduras vive «secuestrada» y prometió «barrer con el nepotismo».
  • Nasry «Tito» Asfura: Empresario del derechista Partido Nacional, apoyado por Donald Trump.

Tensión postelectoral y denuncias de opacidad

La jornada electoral, que originalmente debía concluir a las 17:00 hora local, se extendió por una hora más debido a la alta afluencia de votantes. Sin embargo, la calma inicial se vio truncada por la demora en la difusión de los resultados y las acusaciones cruzadas.

Exigencia de resultados y llamados a la prudencia

Ante la tardanza del Consejo Nacional Electoral (CNE) en hacer públicos los primeros resultados parciales, el candidato Nasry Asfura emitió un pronunciamiento directo a la presidenta del CNE, Ana Paola Hall:

> «Exigimos que salga y cumpla, no sé qué está esperando. No tengamos a un país en espera, hágalo por el bien de la democracia», manifestó Asfura.

Por su parte, Rixi Moncada agradeció el voto masivo a su propuesta de reforma económica y democrática y solicitó a sus simpatizantes de Libre «mantenernos en pie de lucha hasta obtener los resultados finales con el 100% de las actas».

Desde el búnker del Partido Nacional, María Antonieta Mejía pidió prudencia, denunciando que «hay canales y partidos que han actuado de forma irresponsable al intentar adjudicarse la victoria antes de tiempo». La embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa también se pronunció, pidiendo que los resultados «reflejen la voluntad del pueblo hondureño y no las manipulaciones de quienes intentarían impedirlo».

Incidentes y presencia militar

La elección se desarrolló bajo un estado de excepción vigente desde diciembre de 2022, impuesto por la presidenta Xiomara Castro para combatir la violencia de pandillas y el crimen organizado. Esta medida generó alarma en organizaciones de derechos humanos por las amplias atribuciones dadas al Ejército.

La presencia de militares en los centros de votación causó inquietud en observadores electorales, quienes denunciaron que los uniformados habían entorpecido el proceso en algunos lugares.

Adicionalmente, se registraron incidentes graves durante el escrutinio:

  • Agresiones a observadores: Un grupo de observadores internacionales fue agredido e intimidado por simpatizantes del partido oficialista Libertad y Refundación (Libre) en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.
  • Expulsión: Los colectivos afines al partido oficialista increparon y presionaron a la misión extranjera, resultando en la expulsión de los observadores, quienes fueron retirados de los lugares por ser extranjeros.
  • Condena oficial: La consejera electoral Cossette López condenó los hechos de violencia, afirmando que «nadie tiene el derecho a impedir que los hondureños o los observadores que deseen presenciar el conteo de votos, el levantamiento del acta o incluso la transmisión, permanezcan en esos recintos».

Además de estos incidentes, la jornada reportó fallas en la transmisión biométrica de datos y ausencia de material electoral en algunos centros, sumando incertidumbre al proceso. El CNE había dispuesto un despliegue especial de fuerzas de orden para garantizar un ambiente pacífico, una medida observada por la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras misiones internacionales.

La convergencia de la polarización interna, el peso estructural de la pobreza y la violencia, y la injerencia explícita de una potencia extranjera, convierten las elecciones Honduras 2025 en un momento decisivo y potencialmente explosivo para Centroamérica. La transparencia del conteo final, exigida por los candidatos y la comunidad internacional, determinará no solo quién ocupará la presidencia, sino la estabilidad democrática de la nación en los próximos años.

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