La amenaza arancelaria de Donald Trump ha puesto nuevamente el foco en el añejo y polémico tratado de agua México-Estados Unidos. La presidenta Claudia Sheinbaum confirmó la disposición de su gobierno para saldar el adeudo hídrico pendiente, asegurando que el incumplimiento no fue por «mala voluntad», sino por la severa sequía que azotó el norte del país en años recientes.
La disposición mexicana frente a la presión arancelaria
La presidenta Sheinbaum, desde Ciudad de México, reiteró el 10 de diciembre de 2025 que México tiene plena voluntad para acatar el tratado de aguas, vigente desde 1944, y entregar el volumen adeudado. Este compromiso surge en medio de una nueva escalada de tensión, provocada por el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Trump ha utilizado el tema del agua como palanca de presión, amenazando con imponer un 5 por ciento de aranceles a las exportaciones mexicanas si no se cumple el acuerdo.
La mandataria subrayó que las razones del rezago en la entrega de volúmenes en 2023 y 2024 estuvieron directamente relacionadas con la falta de lluvias. No obstante:
- Señaló que, tras una temporada favorable en 2025, México envió un volumen de agua mayor al que se había previsto.
- «No es un asunto de mala voluntad de México decir ‘no queremos entregar agua’», enfatizó, destacando la necesidad de cumplir con base en las «características que tenemos en este momento».
- Actualmente, su gobierno sigue trabajando en la gestión del agua para cumplir con los requerimientos durante enero, febrero y marzo.
Negociaciones en curso y protección del abasto interno
Recientemente se celebró una nueva reunión virtual entre autoridades de ambos países. El objetivo de las conversaciones es encontrar opciones para cumplir con el acuerdo binacional sin poner en riesgo dos elementos críticos en México:
- El derecho humano al agua en las ciudades fronterizas mexicanas.
- El suministro vital para los agricultores nacionales.
La presidenta detalló que la estrategia para saldar el adeudo se ha consensuado con los gobernadores de las entidades fronterizas directamente involucradas: Chihuahua, Tamaulipas, Coahuila y Nuevo León. Todos ellos han manifestado su «mejor disposición de colaborar» para cumplir con el pacto.
El agua no fue un tema con Trump; el gusano sí
A pesar de la amenaza pública de aranceles, Sheinbaum reveló que, durante su reciente encuentro en Washington el viernes pasado, el expresidente Donald Trump no mencionó en absoluto el tema del agua.
La agenda de la reunión bilateral sufrió ajustes significativos:
- No se concretó una reunión bilateral, lo cual, según la presidenta, obedeció a la apretada agenda del magnate.
- Trump propuso en su lugar una cita trilateral, que incluiría al primer ministro de Canadá, Mark Carney.
- Incluso la posibilidad de que la presidenta se desplazara a la Casa Blanca fue descartada por la misma razón.
Sobre el futuro diplomático, la presidenta afirmó: «Quedamos en acordar una reunión posterior en la que pueda ir a Washington ya en otras condiciones». Al ser cuestionada sobre la fecha de esta reunión, respondió que todavía «no está establecida» y que depende de la coordinación de agendas, pero reafirmó que existe una buena relación entre ambos.
El diferendo del gusano barrenador
Aunque el agua quedó fuera de la conversación, Trump sí abordó con la presidenta el problema de la plaga del gusano barrenador. Ante esto, Sheinbaum indicó que ambos gobiernos están colaborando activamente para controlar el brote y, con ello, reanudar las exportaciones de ganado mexicano a Estados Unidos.
Como parte de la estrategia, la mandataria señaló que México pretende concluir la planta de producción de moscas estériles —una herramienta clave para combatir la plaga— antes del mes de junio, fecha originalmente prevista para la reapertura de la frontera al ganado mexicano.
El seguimiento de la agenda de seguridad binacional
Fuera del ámbito hídrico, se anunció que la cooperación en seguridad tendrá un seguimiento inmediato. Pasado mañana se llevará a cabo una reunión clave entre altos funcionarios de Estados Unidos y el gabinete de seguridad de México.
Por la parte estadounidense asistirán representantes de:
- El Departamento de Estado.
- El Consejo de Seguridad Doméstica.
- El Consejo de Seguridad Nacional.
- El Departamento de Justicia.
- El Departamento del Tesoro.
La confianza en alcanzar un acuerdo por el agua contrasta con la sombra de los aranceles, una amenaza que, aunque no fue discutida en Washington, sigue latente. Si la diplomacia logra sortear los desafíos del cambio climático y las presiones políticas sin comprometer el abasto interno, el tratado de agua México-Estados Unidos podría iniciar una nueva etapa; de lo contrario, la dependencia hídrica se convertirá en la principal moneda de cambio geopolítica.
