El año 2025 marca un punto de inflexión en las relaciones comerciales norteamericanas. Estados Unidos ha señalado un posible cambio radical en la renegociación T-MEC 2025, inclinándose hacia conversaciones bilaterales con Canadá y México, en lugar de un formato trilateral. Esta postura, impulsada por el gobierno de Donald Trump, redefine el futuro del acuerdo comercial.
Estados Unidos apuesta por la bilateralidad en el T-Mec
El 30 de septiembre de 2025, el representante de Comercio de Estados Unidos, Jamieson Greer, anunció un cambio fundamental en el enfoque de Washington. Las futuras negociaciones comerciales con Canadá y México se conducirán «probablemente bilaterales», más que trilaterales, una señal clara de la estrategia del gobierno de Donald Trump. Esta declaración se produjo tras su testimonio ante el Comité de Finanzas del Senado en el Capitolio el 8 de abril de 2025.
Inquietudes previas a la renegociación
Antes de iniciar el proceso de renegociación del T-MEC, la agencia de Greer ya estaba discutiendo el «incumplimiento de México» con el acuerdo comercial entre Estados Unidos, México y Canadá. Este señalamiento subraya una tensión preexistente que podría influir significativamente en la dinámica de las próximas conversaciones.
El panorama mexicano ante la revisión comercial
Expertos y funcionarios en México han evaluado las implicaciones de esta revisión.
- Perspectiva económica: Se anticipa que la renegociación del T-MEC será positiva, pero México mantendrá aranceles preferenciales.
- Medidas defensivas: El país ha publicado reglas de procedimiento sobre derechos antidumping en el marco del T-MEC, fortaleciendo su defensa comercial.
- Fortalecimiento negociador: Ante la revisión del T-MEC, Kenneth Smith, figura clave en anteriores negociaciones, ha enfatizado la necesidad de «apuntalar» el equipo negociador mexicano.
Proyecciones económicas y el factor China
A pesar de los desafíos, algunas previsiones económicas sugieren un impacto positivo derivado de la renegociación. Se estima que el 2026 podría ser un año récord en la venta de vehículos, impulsado precisamente por los acuerdos alcanzados en el T-MEC.
Sin embargo, el contexto geopolítico añade otra capa de complejidad. La Embajada de China ha expresado una «enérgica insatisfacción y firme oposición» a los dichos de Mark Johnson, afirmando que a Estados Unidos «no le interesa el desarrollo de México, sino imponer su agenda geopolítica». China califica la retórica de Washington como «descarada», señalando que lo que se denomina «no tolerar la dependencia» no es más que «levantar barreras comerciales y practicar el matonismo económico».
Este viraje hacia un modelo bilateral y las tensiones previas revelan un panorama de alta complejidad. ¿Está América del Norte ante una reconfiguración de sus lazos económicos y geopolíticos que podría redefinir su futuro de manera irreversible?