La reforma fiscal que replantea las deducciones IPAB bancarias genera debate

El paquete económico 2026 de la presidenta Sheinbaum propone reducir las deducciones al IPAB. Bancos como Santander y BBVA no prevén impactos graves, pero ¿cuáles son las implicaciones de esta reforma fiscal?
La reforma fiscal que replantea las deducciones IPAB bancarias genera debate

El gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum ha puesto sobre la mesa una propuesta fiscal que busca reconfigurar la relación entre los bancos y el estado. La iniciativa para 2026 propone reducir las deducciones al IPAB que realizan los intermediarios financieros, con miras a un aumento significativo en la recaudación.

Propuesta gubernamental: Menos deducciones, más recaudación

En el marco del paquete económico para 2026, el gobierno mexicano ha presentado una iniciativa que busca modificar las reglas fiscales para la banca. La propuesta clave establece que «no sean deducibles las tres cuartas partes de las cuotas pagadas al IPAB por las instituciones bancarias». Esta medida tiene un objetivo claro: recaudar 10 mil millones de pesos adicionales para las arcas públicas.

Los bancos tienen la obligación de pagar cuotas al Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB). Estas aportaciones financian un seguro de depósito que protege los ahorros de sus clientes hasta por 400 mil Udis, lo que equivale a poco más de 3 millones 400 mil pesos. Actualmente, estas cuotas son deducibles de impuestos, una práctica que el gobierno de Sheinbaum busca erradicar.

La banca responde: Impacto «no significativo» y alineamiento fiscal

Ante esta inminente reforma, los directivos de dos de los bancos con mayor presencia en el país, Santander y BBVA, han manifestado sus posturas. Desde Santander, Felipe García Ascencio, director general de la institución, señaló que si bien «habría un impacto, naturalmente, sí, porque es un número importante», no considera que la medida «vaya a afectar a nuestros clientes».

García Ascencio explicó en videoconferencia que este tema se ha abordado de forma gremial y que los bancos, o al menos la entidad que él dirige, se alinearán a cualquier régimen fiscal que el gobierno mexicano implemente. Reafirmó el compromiso del sector: «entendemos que hay ciertas prioridades que tiene el gobierno y nosotros, como hemos hecho durante muchos años en México y en todos los países, vamos a seguir el régimen fiscal que toque y que se apruebe». Además, destacó la relevancia del sector: «somos de los contribuyentes, como gremio, más grandes en México, con unos niveles de empleo muy altos. Entonces, si esto es algo que se acaba aprobando de esa manera, claramente seremos contribuidores».

Por su parte, Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA, también anticipó que, aunque la reducción de deducciones afectará las utilidades de los bancos, «no tendrá un efecto demasiado significativo o que vaya a poner en un juego la posibilidad de generación de capital para seguir con niveles de capitales adecuados o que pueda afectar la oferta de crédito».

El debate sobre la deducibilidad en el contexto internacional

No obstante, Serrano enfatizó un punto crítico sobre la naturaleza de estas cuotas. «Pensamos que estas cuotas son claramente gastos operativos que por lo tanto deberían de tener la posibilidad de ser deducibles», sostuvo. Añadió que «las cuotas del seguro depósito son deducibles en la absoluta mayoría de países avanzados», lo que abre un debate sobre la competitividad del marco fiscal bancario mexicano frente a economías desarrolladas.

El contexto financiero del IPAB

De acuerdo con información del Instituto, durante el segundo trimestre del año, los bancos realizaron aportaciones por un monto de 9 mil 503 millones 695 mil 285 pesos. Esta cifra representa un incremento del 10.6 por ciento respecto a los 8 mil 591 millones 848 mil 49 pesos reportados en el mismo lapso de 2024. Este dato subraya la magnitud de las contribuciones que actualmente se realizan y el potencial impacto de la reforma en la recaudación gubernamental.

La iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum se presenta como una medida de ajuste fiscal con un claro objetivo recaudatorio. La banca, aunque reconoce el impacto, se muestra dispuesta a acatar el nuevo régimen. La pregunta clave reside en si esta reconfiguración de las deducciones al IPAB podría, a largo plazo, influir en la estabilidad financiera del sector y en la dinámica de crédito que impulsa la economía nacional.

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