Nueva York se convierte en el epicentro de una de las operaciones humanitarias más complejas y urgentes de los últimos tiempos. Tras el acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás para un alto al fuego, Naciones Unidas ultima los detalles para inundar Gaza con suministros vitales, buscando revertir una crisis que ha llevado a medio millón de palestinos al borde de la hambruna.
Un acuerdo crucial y sus implicaciones humanitarias
Este jueves 9 de octubre de 2025 marcó un día de expectativa tras el anuncio del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás. Se espera que este pacto, alcanzado horas antes y autorizado por el gobierno israelí, entre en vigor 24 horas después de la reunión gubernamental. El acuerdo no solo permitirá la entrada de flotas de camiones con alimentos y ayuda médica al enclave, sino que también contempla la liberación de rehenes y una retirada parcial de las fuerzas israelíes.
La aprobación por parte del gabinete del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, fue precisa: «El gobierno autorizó el acuerdo para la liberación de todos los rehenes, tanto vivos como fallecidos». Además, Estados Unidos jugará un papel crucial al enviar 200 soldados a Israel, con la misión de supervisar la implementación del alto el fuego y la eventual transición hacia un gobierno civil en Gaza.
El plan de la ONU: Cientos de camiones y asistencia vital
Tom Fletcher, Subsecretario General de Asuntos Humanitarios y Coordinador de Ayuda de Emergencia de la ONU, detalló la ambiciosa estrategia de la organización. Durante los primeros 60 días del alto el fuego, el objetivo es incrementar el flujo de suministros hasta alcanzar «cientos de camiones cada día». Esta logística busca abastecer a 2.1 millones de palestinos que requieren ayuda alimentaria y a 500 mil que necesitan nutrición.
«Hay que revertir la hambruna en las zonas donde se ha instalado y prevenirla en otras», enfatizó Fletcher en una reunión informativa, aludiendo a la urgencia de la situación. La asistencia de la ONU no se limitará a la comida, sino que se extenderá a:
- Asistencia en efectivo: 200 mil familias recibirán dinero para cubrir necesidades alimentarias básicas.
- Restauración sanitaria: El destruido sistema sanitario de Gaza será restaurado, y se entregarán más suministros médicos.
- Preparación para el invierno: Se llevará a cabo una «ampliación masiva del suministro de refugios», con la distribución de miles de tiendas de campaña, lonas y otros artículos cada semana, priorizando a las familias vulnerables.
La magnitud de la crisis: Hambruna y destrucción
La crítica situación humanitaria en Gaza ha sido confirmada por diversos informes. Un reporte de agosto del monitor mundial del hambre IPC señalaba que la ciudad de Gaza y sus alrededores ya sufrían una hambruna que probablemente se extendería, afectando a más de medio millón de palestinos. Si bien Israel suavizó las restricciones en julio, permitiendo una mayor entrada de ayuda tras casi tres meses de bloqueo, Naciones Unidas insiste en que la cantidad actual es insuficiente y que la distribución se ve obstaculizada por las restricciones militares israelíes y el colapso de la ley y el orden.
Este nuevo capítulo se escribe tras el segundo aniversario de un ataque liderado por Hamás el 7 de octubre de 2023, que resultó en la muerte de 1,200 personas y la toma de 251 rehenes en ciudades israelíes y un festival de música. La ofensiva de Israel en respuesta ha cobrado la vida de más de 67,000 palestinos en Gaza.
Obstáculos para una implementación efectiva
A pesar del optimismo cauteloso que genera el acuerdo, el éxito del plan humanitario de la ONU no está garantizado. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió sobre la necesidad de «eliminar la burocracia» y asegurar un «acceso seguro y sostenido» para los trabajadores humanitarios. Una ONG noruega ha reforzado esta preocupación, señalando que cualquier plan de paz en Gaza fracasará si no se garantiza la participación y el apoyo efectivo de los grupos humanitarios. La magnitud de la destrucción y la desorganización en el terreno representan desafíos logísticos y de seguridad sin precedentes para una misión de esta escala.