Ginebra. La escalada de violencia en el sur de Siria ha provocado cerca de 600 muertes en pocos días, lo que ha impulsado al Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, a solicitar una investigación rápida y transparente. La comunidad internacional observa con preocupación las implicaciones de esta creciente crisis en la estabilidad regional.
El llamado de la ONU y el saldo de la violencia
El 18 de julio de 2025, el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, emitió un comunicado urgente. En él, Türk demandó “investigaciones independientes, rápidas y transparentes sobre todas las violaciones” ocurridas en el sur de Siria, las cuales han dejado un saldo de casi 600 fallecidos en tan solo unos días. El funcionario subrayó la necesidad imperativa de que “este derramamiento de sangre y esta violencia deben cesar, y la protección de todas las personas debe ser la prioridad absoluta”. Asimismo, Türk enfatizó la importancia de tomar “medidas de inmediato para evitar la repetición de estos actos violentos”, advirtiendo que “la revancha y la venganza no son ninguna solución”.
Sueida: epicentro de la confrontación y desplazamiento
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La ciudad siria de Sueida, de mayoría drusa, continúa el 18 de julio de 2025 con el conteo de cadáveres tras la retirada de las tropas gubernamentales. Esta orden fue emitida por el presidente interino Ahmed al Sharaa, quien buscaba evitar una “guerra abierta” con Israel, según sus propias declaraciones. Durante la semana, el ejército israelí ejecutó bombardeos contra objetivos gubernamentales tanto en la provincia de Sueida como en Damasco. Israel argumentó que estas acciones buscaban defender a los drusos, una minoría que tiene presencia en Israel y en la meseta siria del Golán, ocupada por el Estado hebreo desde 1967. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) reportó que “cerca de 2.000 familias fueron desplazadas” a causa de los enfrentamientos en dicha provincia.
Despliegue de fuerzas y acusaciones de ejecuciones
Las fuerzas del poder sirio habían sido desplegadas en Sueida el martes, zona que hasta entonces estaba bajo control de combatientes locales drusos. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) cifró el balance de fallecidos en al menos 594 personas. Tanto testigos como grupos drusos han señalado a las fuerzas sirias de haber participado en combates junto a tribus beduinas y de haber llevado a cabo ejecuciones. El Alto Comisionado Türk remarcó su preocupación, indicando que “el despliegue de fuerzas estatales debería aportar seguridad y protección, y no añadir miedo y violencia”. Además, expresó inquietud por las informaciones sobre víctimas civiles producto de los bombardeos aéreos israelíes en Sueida, Deraa y el centro de Damasco. “Ataques como los efectuados el miércoles en Damasco presentan grandes riesgos para los civiles y los bienes civiles. Esos ataques deben cesar”, concluyó Türk.
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La situación en Siria, marcada por el desplazamiento masivo y las acusaciones de violaciones de derechos humanos, exige una respuesta global contundente. ¿Se logrará la rendición de cuentas que la ONU demanda en medio de este complejo escenario?
