Un ataque con drones en Michoacán ha marcado un punto de inflexión en la violencia del estado. Delincuentes emplearon artefactos explosivos para destruir una avioneta Cessna y dañar otras dos en la pista La Parota, Tepalcatepec, en un suceso que subraya la sofisticación del crimen organizado. Autoridades investigan la magnitud de este audaz asalto.
La audaz incursión con drones en Tepalcatepec
Las instalaciones de la pista de aterrizaje conocida como La Parota, ubicada en el municipio de Tepalcatepec, Michoacán, fueron blanco de un ataque armado y con drones explosivos perpetrado por delincuentes. Como resultado de la agresión, una avioneta Cessna quedó completamente destruida y otras dos sufrieron daños significativos por esquirlas y fuego.
El incidente se registró la mañana del domingo 28 de septiembre de 2025, frente a la comunidad de Magallanes, localizada en el Ejido La Parotita. Tras ser reportado al número de emergencias 911, elementos de la Guardia Civil (GC) se presentaron en el sitio. Las autoridades policiales confirmaron únicamente daños materiales en el área techada que funciona como hangar, sin reportar víctimas.
Radiografía del armamento y el daño infligido
La aeronave hecha añicos era un modelo de 1956, de color blanco con rojo. Las otras dos aeronaves afectadas, con matrículas XB-BKG y XB-JCD, presentaron varios orificios de balas y afectaciones por el fuego.
Asimismo, en la techumbre de lámina metálica del hangar quedaron boquetes, probables generados por artefactos explosivos. Además, sobre la pista de aterrizaje se hallaron estrellas ponchallantas, indicando una preparación minuciosa del ataque. Afortunadamente, este hecho de violencia no dejó personas lesionadas ni fallecidas.
Implicaciones de la tecnología bélica en el crimen organizado
Este evento en Tepalcatepec subraya una preocupante evolución en las tácticas de la delincuencia organizada en Michoacán, al integrar drones con capacidad explosiva en sus operaciones. La utilización de tecnología avanzada y armamento sofisticado por parte de estos grupos representa un desafío creciente para las fuerzas de seguridad en la región. La confirmación de daños materiales sin víctimas humanas, tras un ataque tan contundente, abre interrogantes sobre los objetivos reales detrás de esta demostración de fuerza.
Este incidente, que afortunadamente no cobró vidas, resalta la preocupante evolución de las tácticas del crimen organizado en Michoacán. La pregunta es inevitable: ¿están las fuerzas del orden preparadas para enfrentar una escalada donde la tecnología aérea se convierte en una herramienta habitual de la violencia?