El estado de Guerrero se confirma como un territorio de muerte para las mujeres. La reciente identificación del cuerpo de Kimberli Marisol, una estudiante de secundaria de tan solo 13 años, confirmó la fatalidad de su desaparición, sumándose a una ola de violencia que las autoridades parecen incapaces de frenar. Los colectivos claman por la intervención federal ante una gobernadora que, aseguran, está completamente rebasada por la delincuencia organizada.
Negligencia institucional y el feminicidio de Kimberli Marisol
Familiares identificaron a la estudiante de secundaria Kimberli Marisol Sánchez (también referida como Kimberly Marisol Sánchez Merino y Kimberli Marisol Ramírez Merino), de 13 años, quien fue reportada como desaparecida a finales de octubre de 2025.
Los datos recabados en la capital de Guerrero reflejan un patrón de omisión por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE):
- Desaparición: La adolescente, estudiante de primer año de secundaria en la Secundaria Técnica número 30 Lázaro Cárdenas de Chilpancingo, fue vista por última vez el 31 de octubre pasado por la tarde (la Alerta Ámber se emitió señalando el 1 de noviembre), a la altura de una tienda Oxxo o tienda de conveniencia, frente a las instalaciones de la Policía Municipal, en la Colonia Alianza Popular de Chilpancingo, una zona que se presume monitoreada.
- Omisión inicial: Kimberli Marisol salió de la casa de su abuela, donde vivía, rumbo a la casa de su padre, que está separado de su madre, para pedirle dinero y retirarse, pero ya no regresó.
- Trabas para la denuncia: Los allegados de la menor interpusieron una denuncia por su desaparición el 6 de noviembre, solo después de dos días de intentar realizar este trámite, asegurando que las autoridades les pusieron muchas trabas antes de que se pudiera realizar formalmente.
- Retraso en Alerta Ámber: La madre de la adolescente denunció que la FGE de Guerrero tardó más de 24 horas en activar la Alerta Ámber y que no se realizó una búsqueda inmediata.
El hallazgo del cuerpo y la confirmación forense
La tarde del domingo 23 de noviembre, las autoridades informaron sobre el hallazgo del cadáver de una mujer en avanzado estado de descomposición en un barranco en un cerro, cerca de una carretera que conduce a la comunidad El Huiteco. El cuerpo fue hallado a 30 minutos de la capital. Una semana antes, el 17 de noviembre, el cuerpo de otra mujer fue encontrado en la misma zona, pero no ha sido identificado.
El miércoles 26 de noviembre, familiares, amigos y activistas marcharon y se manifestaron en la FGE, acusando omisión, negligencia e insensibilidad. Al salir de las instalaciones, la madre de la menor dijo que le mostraron fotografías de la persona encontrada el domingo.
Debido al avanzado estado de descomposición, la mujer no pudo identificar el cadáver de su hija físicamente, pero sí reconoció:
- El pantalón y los tenis que ella le compró.
- Su dentadura.
Fue hasta el viernes 28 de noviembre que la FGE confirmó a la familia, tras los resultados de una confronta de ADN y la aplicación de pruebas genéticas, que el cadáver correspondía a Kimberli Marisol. La causa de la muerte fue por un golpe en la cabeza. La Fiscalía entregó a la familia de la adolescente los nombres de los posibles responsables de la desaparición y feminicidio, aunque esta información no ha sido revelada públicamente por las autoridades.
El contexto de violencia serial en Guerrero
El caso de Kimberli Marisol se suma a otros feminicidios que han conmocionado a la entidad en las mismas fechas:
- Yareli Vázquez López: De 25 años. Fue reconocida el lunes 24 de noviembre. Su cuerpo fue encontrado dentro de una maleta en Copala, en la Costa Grande, el 7 de noviembre. La joven murió por asfixia.
- Ahtziri Miranda Álvarez: De 28 años. Murió el jueves 27 de noviembre en Chilpancingo, en un hospital, a causa de los golpes que dos días antes le propinó su pareja, Enrique Nazario Isaí, justo el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Por este feminicidio, la FGE detuvo al agresor.
Alerta por crisis de desaparición de adolescentes
El colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera alertó sobre una crisis de desaparición de adolescentes de 12 a los 18 años, así como de asesinatos en serie de mujeres de alrededor de 25 años.
Gema Antúnez Flores, presidenta del Colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera de Chilpancingo, consultada al respecto, coincidió con el Centro de Derechos de las Víctimas de la Violencia Minerva Bello en que la situación es muy preocupante.
- La edad de las víctimas de desaparición oscila entre los 12 y 18 años, mientras que la edad promedio de las últimas mujeres víctimas de homicidio es 25.
- A su colectivo han llegado dos casos de desaparición de adolescentes de 15 y 17 años.
- Mencionó el caso de Natividad “N”, de 14 años y originaria de Zumpango, que acaba de cumplir un año desaparecida sin que se tengan noticias de su paradero.
- Estimó que cada semana, tan solo en la región Centro, se reportan dos desapariciones de adolescentes y jóvenes.
Gema Antúnez Flores afirmó que “niñas y jóvenes están siendo parte de un botín de la delincuencia organizada y no se sabe por qué lo están haciendo”. Además, lamentó que “el gobierno estatal está rebasado en cualquier problemática, ya no pueden con estos problemas de inseguridad. Las jóvenes están siendo víctimas de esta delincuencia, les están destruyendo el futuro y las autoridades no hacen nada”.
El llamado urgente al gobierno federal
Integrantes de la colectiva Guerreras Jaguar, durante la protesta, expresaron con un megáfono: “Guerrero es un santuario para las mujeres que son asesinadas y encontradas en terrenos baldíos. Es un estado feminicida. Exigimos un alto a la violencia criminal, justicia y que las autoridades hagan su trabajo”.
El Colectivo Familiares en Búsqueda María Herrera y Gema Antúnez Flores solicitaron al gobierno federal voltear los ojos a la crisis de desaparición que padece la población de Guerrero, implorando la intervención de la presidenta Claudia Sheinbaum porque la gobernadora Evelyn Salgado está rebasada.
Cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) indican la gravedad estructural: en la última década, en Guerrero se han registrado 2,068 asesinatos contra mujeres, un promedio de 188 víctimas al año, lo que ubica a la entidad como la sexta más feminicida de México.
La realidad en Chilpancingo y la Costa Grande, marcada por la muerte violenta de menores como Kimberli Marisol, demuestran que, a pesar de las alarmas, el estado de Guerrero se mantiene bajo el yugo de la violencia criminal. Las familias están solas y la exigencia de justicia ante la negligencia institucional resuena como un grito que el gobierno de Evelyn Salgado Pineda no puede —o no quiere— escuchar. ¿Será necesaria la intervención de la presidencia Claudia Sheinbaum para devolver la seguridad a las mujeres en el estado, o esta crisis de feminicidio será ignorada hasta la próxima víctima?
