El este de la República Democrática del Congo (RDC) se desangra nuevamente. Un brutal ataque nocturno atribuido a las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) en Kivu del Norte ha dejado al menos 71 muertos, revelando la persistencia de la violencia rebelde en Congo que desafía los esfuerzos por la paz.
Masacre en Ntoyo: Un funeral convertido en tragedia
Al menos 71 personas murieron en un ataque nocturno en la aldea de Ntoyo, en el sector de Bapere de Kivu del Norte, en el este de la República Democrática del Congo. El ataque, ocurrido el martes, fue atribuido a un grupo rebelde y confirmado por fuentes locales y de seguridad.
La tragedia golpeó mientras los habitantes asistían a un funeral. Macaire Sivikunula, jefe del sector de Bapere, declaró: «Por el momento, tenemos un balance de 71 muertos». Esta cifra fue ratificada posteriormente por fuentes de seguridad.
Una sobreviviente, quien solicitó el anonimato por temor a represalias, relató a la AP los horribles detalles: “Eran alrededor de 10. Vi machetes. Le dijeron a la gente que se reuniera en un solo lugar y comenzaron a cortarlos. Escuché a la gente gritar y me desmayé”. Este testimonio subraya la brutalidad con la que operan los atacantes.
Las ADF: Un legado de brutalidad y lealtad al Estado Islámico
Los responsables de esta masacre son los rebeldes de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), un grupo armado que ha jurado lealtad al grupo Estado Islámico. Desde julio, las ADF han intensificado su campaña de terror, matando a más de 150 civiles en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, situadas en el este y noreste de la RDC, según un recuento de AFP. Esta escalada se produce tras varios meses de relativa calma.
Las ADF son un grupo armado compuesto principalmente por rebeldes de origen ugandés. Su historial en la región del noreste de la RDC es desolador, con miles de civiles asesinados y un aumento constante de saqueos y matanzas.
Ineficacia militar y la complejidad del conflicto regional
La violencia persistente de las ADF evidencia la complejidad del conflicto en la región. A finales de 2021, el ejército ugandés y las fuerzas armadas congoleñas lanzaron una operación conjunta para combatir al grupo. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos militares coordinados, las autoridades no han logrado poner fin a la ola de violencia que asola estas provincias.
La región fronteriza entre Congo y Uganda está sumida en una serie de conflictos intrincados, con un notorio aumento de ataques por parte del ADF. En julio, el grupo ya había llevado a cabo dos ataques a gran escala en la provincia de Ituri, cobrando la vida de al menos 34 personas en un ataque a una iglesia en Komanda y dejando 66 muertos en un asalto anterior en Irumu. La situación en el este de la RDC continúa siendo un foco de inestabilidad y sufrimiento humanitario.