Desde las profundidades de la Vía Láctea, el cometa interestelar 3I/Atlas realiza su última y solitaria travesía por nuestro sistema solar antes de desaparecer para siempre. Este errante, el tercer objeto de su tipo conocido, se acerca a la Tierra esta semana, ofreciendo a los científicos y astrónomos aficionados un breve, pero crucial, vistazo a un sistema estelar más antiguo. La noticia, reportada el 17 de diciembre de 2025 desde Florida, marca el inicio de la despedida final de este cuerpo cósmico.
La última aproximación a la órbita terrestre
La trayectoria del objeto, formalmente conocido como 3I/Atlas, está llegando a su desenlace en nuestro vecindario cósmico. Descubierto durante el verano, este cuerpo helado pasará a 269 millones de kilómetros (167 millones de millas) de la Tierra el próximo viernes. Esta distancia representa la máxima cercanía que el cometa alcanzará en su gran recorrido por el sistema solar.
La NASA continúa apuntando sus telescopios espaciales hacia esta bola de hielo visitante. Los datos de la agencia sugieren que la oportunidad de observarlo se agota, ya que se está desvaneciendo a medida que se aleja.
Dimensiones y desafíos para su avistamiento
El cometa, captado previamente por la cámara de campo amplio del telescopio espacial Hubble el 21 de julio de 2025, presenta dimensiones notables y un desafío de observación:
- Se estima que su tamaño oscila entre 440 metros y 5.6 kilómetros.
- Ahora es el momento óptimo para que los astrónomos aficionados intenten capturarlo en el cielo nocturno, usando sus telescopios.
El recorrido del 3I/Atlas continuará más allá de la Tierra. El cometa se acercará mucho más a Júpiter en marzo, pasando a 53 millones de kilómetros de distancia del gigante gaseoso.
Un viaje sin retorno al espacio interestelar
El destino final de este errante es el vasto vacío más allá de nuestro sistema solar. El momento de su partida definitiva ha sido programado por los científicos. Paul Chodas, director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra de la NASA, afirmó que será a mediados de la década de 2030 cuando el 3I/Atlas alcance el espacio interestelar, un punto desde el que no volverá jamás.
Este viajero es notable por su procedencia. Es el tercer objeto interestelar conocido que atraviesa nuestro sistema solar. Los cometas errantes como el 3I/Atlas se originan en sistemas estelares en otras partes de la Vía Láctea, a diferencia de los cometas autóctonos, como el Halley, que provienen de los bordes helados de nuestro propio sistema solar.
Contexto del descubrimiento del 3I/Atlas
El avistamiento de objetos provenientes de otros sistemas estelares es un fenómeno relativamente reciente en la astronomía moderna. Un telescopio en Hawái descubrió al primer visitante interestelar confirmado en 2017. Dos años después, un astrónomo aficionado de Crimea avistó el segundo.
El cometa 3I/Atlas fue detectado en julio de 2025. Fue el telescopio Atlas de la NASA en Chile el que lo identificó, mientras la agencia realizaba búsquedas de asteroides potencialmente peligrosos. Los científicos creen que el último cometa intruso, que ha resultado ser inofensivo, se originó en un sistema estelar mucho más antiguo que el nuestro, lo que lo convierte en un objetivo de estudio singular para revelar secretos del cosmos.
Este tipo de avistamientos subraya la inmensidad de la Vía Láctea y nos recuerda que, mientras exploramos nuestro propio vecindario, cuerpos celestes de orígenes antiquísimos atraviesan fugazmente nuestra órbita, llevándose consigo secretos de estrellas que ni siquiera podemos ver.
