Redacción
CANCÚN.-La gentrificación dejó de ser una tendencia exclusiva de las grandes metrópolis: también ha alcanzado a Cancún, y sus efectos ya se hacen evidentes en zonas clave como el centro de la ciudad, la avenida Huayacán, el bulevar Luis Donaldo Colosio y la zona hotelera. Lo que antes eran espacios accesibles y de identidad local, hoy se transforman en áreas de alta plusvalía, cada vez más inaccesibles para los habitantes de siempre.
Cristian Hernández, presidente del Colegio de Valuadores de Quintana Roo, lo resume con claridad: “La gentrificación ya no es una amenaza futura, es una realidad que está reconfigurando Cancún y desplazando lentamente a su población original”. Las cifras lo confirman : las rentas en estas zonas han subido entre un 10 y un 20 por ciento, mientras que el precio de las viviendas ha llegado a aumentar hasta un 30 por ciento , dificultando el acceso a la vivienda para las familias locales.
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El caso más evidente es el del centro de Cancún, donde casas tradicionales han sido sustituidas por desarrollos verticales, departamentos boutique y comercios enfocados a un perfil de mayor poder adquisitivo. Lo mismo ocurre en la avenida Huayacán y el bulevar Colosio, donde el desarrollo inmobiliario se ha acelerado en los últimos años, cambiando radicalmente el paisaje urbano
En la zona hotelera, la gentrificación adopta otra forma: la del turismo de lujo que impone nuevas dinámicas al espacio urbano, privilegiando desarrollos de alta gama sobre usos residenciales. El resultado es un Cancún cada vez más segmentado, donde las decisiones inmobiliarias modelan quién puede vivir y quién no
Pero Cancún no es el único caso. Hernández advierte que este fenómeno se reproduce con mayor fuerza en Tulum, donde el crecimiento descontrolado del sector inmobiliario ha creado una burbuja que podría estallar si no se regula a tiempo