El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha intensificado su retórica de seguridad nacional, anunciando una posible ampliación de las operaciones militares en América Latina contra objetivos que alega estarían vinculados al narcotráfico. La advertencia, emitida el 10 de diciembre de 2025, no excluye el uso de la fuerza ni el despliegue de tropas estadounidenses en países como México y Colombia, una declaración que redefine la política exterior en la región.
Escalada bélica en América Latina
La amenaza del presidente Trump se produce en un contexto de alta tensión militar, demostrado por los ejercicios bélicos continuos que realiza la tripulación del portaviones más grande del mundo, el ‘Gerald R. Ford’, en el mar Caribe. Además, horas después de las declaraciones, se confirmó una aproximación militar sin precedentes al espacio aéreo de Venezuela.
Sitios web públicos de seguimiento de vuelos mostraron un par de aviones de combate F/A-18 que volaron sobre el golfo de Venezuela, un cuerpo de agua de apenas 241 kilómetros en su punto más ancho, permaneciendo en la zona por más de 30 minutos. Esta acción representa la aproximación más cercana de naves de guerra al país sudamericano desde el inicio de la campaña de presión de la administración Trump, en septiembre pasado.
La nueva doctrina Trump: México y Colombia en la mira
En una entrevista con Politico, el presidente Trump fue cuestionado directamente por la periodista Dasha Burns sobre si consideraría extender las acciones militares de bombardeo a México y Colombia, debido a que, según ella, gran parte del tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos procede de esos dos países y no de Venezuela.
Ante la pregunta, el mandatario fue contundente durante la entrevista realizada en la Casa Blanca:
- «Si. Yo lo haría. Claro que lo haría», respondió el mandatario.
Esta postura se complementa con declaraciones anteriores donde el presidente había asegurado que el ataque a países «que envían drogas» sería «también por tierra».
El precedente del Caribe: 87 muertos y la reducción del narcotráfico
Durante la entrevista, Trump elogió las operaciones que su secretario de Guerra, Pete Hegseth, ha llevado a cabo en el Caribe y el Pacífico, centradas en el ataque a lanchas que, sin pruebas, el mandatario acusó de transportar drogas. Estos bombardeos han resultado en la muerte de 87 personas desde el pasado 2 de septiembre.
A pesar de la cifra de víctimas, el presidente defendió la contundencia de las acciones basándose en supuestos datos sobre la reducción del flujo de narcóticos:
- Argumentó que la droga trasladada en cada una de esas embarcaciones «en promedio» mata a 25 mil estadounidenses.
- Se jactó de que la cantidad de drogas que entran por mar se ha reducido en 92 por ciento, aunque no aportó evidencias que sustenten esas cifras.
- Expresó: «trato de averiguar quiénes son esos del 8 por ciento restante”.
Tensión en Venezuela y el debate en Washington
La administración Trump mantiene una línea firme respecto al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. El presidente estadounidense insistió en que los días del líder bolivariano «están contados».
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, secundó la postura, asegurando al programa Fox and Friends que Maduro está “muy asustado” por las tensiones: “Es cierto que Maduro está muy asustado, y debería estarlo”.
El fantasma de la invasión terrestre
Sobre la estrategia para sacar a Maduro del poder, Trump se mostró reservado, negándose a discutir los detalles militares, pero mantuvo abierta la posibilidad de una intervención directa en Venezuela.
- «No quiero hablarles de estrategia militar», afirmó.
- Enfatizó que «no quiero ni descartar ni aprobar nada sobre el despliegue de tropas terrestres en Venezuela”.
En paralelo a las amenazas en Venezuela, el presidente defendió públicamente el indulto que concedió al ex mandatario hondureño Juan Orlando Hernández, quien cumplía una condena de 45 años en una prisión estadounidense. Hernández fue sentenciado por dirigir a su país como un «vasto narcoestado» que ayudó a introducir al menos 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos.
Indagatoria del Congreso y la respuesta internacional
Las operaciones militares en el Caribe no solo generan controversia internacional, sino también un fuerte debate interno en Washington, donde el Congreso exige rendición de cuentas.
El almirante Alvin Holsey, quien está próximo a retirarse del Comando Sur de Estados Unidos, compareció ante legisladores en una videollamada clasificada con el presidente republicano del Comité de Servicios Armados del Senado, Roger Wicker, y demócratas de alto rango.
La exigencia de rendición de cuentas se intensificó tras un informe que indicaba que dos sobrevivientes fueron asesinados durante un segundo ataque el pasado 2 de septiembre. Como resultado, el Congreso está exigiendo que el Pentágono entregue:
- El video sin editar relativo a los ataques.
- Las órdenes que los autorizaron, como parte del proyecto de ley anual de autorización de defensa.
Roger Wicker se negó a discutir los detalles de la llamada, pero describió a Holsey como un “gran servidor público”. No obstante, Wicker explicó que el Pentágono está estudiando si el video tiene “secciones clasificadas” antes de su posible divulgación.
La comunidad internacional ha reaccionado con cautela y rechazo. El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, tildó de show y “farsa política” los debates en Washington sobre si los ataques constituyen crímenes de guerra. Rodríguez agregó que la amenaza de agresión militar contra Venezuela y cualquier país de la región es un “delito internacional” rechazado por la Carta de la Organización de Naciones Unidas.
Por su parte, la alta representante de la Unión Europea para Política Exterior, Kaja Kallas, defendió la necesidad de respetar el derecho internacional también en Venezuela, a pesar de que el bloque no reconoce la legitimidad del gobierno de Maduro.
La sombra de la CPI y el blindaje político
La preocupación por la legalidad de las acciones de Estados Unidos se extiende hasta el ámbito internacional. Se ha reportado que hay una creciente «preocupación” de que en 2029 la Corte Penal Internacional (CPI) dirija su atención al presidente, vicepresidente y secretario de Guerra y busque abrir procesos.
Un representante del gobierno señaló que Estados Unidos amaga a la CPI con más sanciones si decide investigar a Trump, buscando un blindaje ante posibles acciones legales.
Cabe destacar que, en medio de esta confrontación, el propio mandatario venezolano, Nicolás Maduro, confirmó que sostuvo una “cordial” llamada con Trump, lo que añade una capa de complejidad diplomática a la escalada militar. En contraste, la hija de María Corina Machado, al aceptar el Nobel en nombre de su madre, no aludió al despliegue militar estadounidense, sino que se centró en la acusación, sin evidencias, de que Maduro encabeza el Cártel de los Soles, que expertos aseguran que no existe.
Las nuevas amenazas de Donald Trump de ampliar la guerra contra el narcotráfico a territorio soberano de México y Colombia, sumadas a los bombardeos ya ejecutados en el Caribe, configuran un panorama de máxima alerta en América Latina. La combinación de acción militar no convencional, el debate interno sobre crímenes de guerra y la diplomacia encubierta con el adversario pone en jaque la estabilidad regional. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Washington para imponer su concepto de seguridad, ignorando el derecho internacional y la soberanía de sus vecinos?







