La reciente cumbre entre el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el presidente ruso, Vladímir Putin, en Anchorage, Alaska, marcó el primer encuentro cara a cara entre ambos líderes desde la invasión de Ucrania. A pesar de las expectativas, el resultado dejó un sabor agridulce, sin un alto al fuego ni acuerdos concretos.
La ausencia de acuerdos concretos en la cumbre
Tras casi tres horas de reunión en Anchorage, los presidentes Trump y Putin finalizaron el encuentro sin anunciar avances específicos ni acuerdos definidos. Si bien Putin mencionó un supuesto pacto para «allanar el camino hacia la paz en Ucrania», Trump fue enfático al contradecirlo, declarando: «No hay acuerdo hasta que haya un acuerdo».
En una breve conferencia conjunta previa a su partida, ambos líderes aludieron a avances de manera ambigua, sin especificar los temas tratados ni los puntos de consenso. Trump, por su parte, tampoco detalló las áreas de desacuerdo, limitándose a señalar: «Se acordaron muchos puntos y solo quedan unos pocos». Los periodistas presentes, con las manos en alto, no tuvieron oportunidad de formular preguntas.
Las victorias estratégicas de Vladímir Putin
El presidente ruso, Vladímir Putin, logró importantes victorias diplomáticas tanto antes como después de la cumbre. Su regreso a suelo estadounidense, tras una década de ostracismo occidental, fue marcado por una recepción con aviones de combate estadounidenses, una alfombra roja y un paseo en la «Bestia», el coche blindado de Trump.
Al concluir la cumbre, Putin se anotó otra victoria significativa al partir de Estados Unidos sin haber realizado grandes concesiones, manteniendo al mismo tiempo una relación cordial con Trump. Esto contrastó con la creciente frustración de Trump en los meses previos, quien consideraba a Putin un obstáculo para un alto al fuego y un acuerdo de paz en Ucrania.
A principios de julio, Trump había expresado a los periodistas en la Casa Blanca que Putin «es muy amable con nosotros todo el tiempo, pero eso resultó ser insignificante». Sin embargo, durante la cumbre, Trump no mostró signos de frustración, incluso reconociendo la falta de un acuerdo. «Siempre he tenido una relación fantástica con el presidente Putin, con Vladímir», afirmó.
La notoria deferencia de Trump hacia su homólogo ruso
A pesar de que la reunión se celebró en territorio estadounidense, el presidente Donald Trump permitió que Vladímir Putin fuera el primero en hablar durante su comparecencia conjunta. El líder ruso aprovechó esta oportunidad para presentar su visión del conflicto en Ucrania y lo que, según él, eran las «causas profundas» de la invasión.
Los comentarios de Putin no fueron rebatidos por un sonriente Trump, quien ha manifestado en el pasado su preferencia por líderes autoritarios, a quienes describe como «los fuertes».
Trump, visiblemente enfocado en la obtención del Premio Nobel de la Paz, no hizo mención alguna a su previa insistencia en que la cumbre debía concluir con un alto al fuego inmediato. Días antes, Trump había advertido a los periodistas que, de no producirse, «habrá consecuencias muy graves». Sin embargo, en una entrevista con Sean Hannity de Fox News, poco después del encuentro, Trump afirmó no creer en la necesidad de sanciones por un tiempo. Posteriormente, en una publicación nocturna en su sitio web de redes sociales, dejó clara su postura de alejamiento de la exigencia de un alto al fuego.
Trump obtiene munición para sus viejas quejas
El presidente Trump no pareció obtener logros concretos de la cumbre, al menos no evidentes al término anticipado de la reunión. Sin embargo, sí consiguió dos elementos que valoraba.
Primero, tuvo la oportunidad de denunciar, una vez más y ante la atención mundial, la investigación sobre una presunta conspiración de su campaña con los rusos en 2016, a pesar de que la comunidad de inteligencia estadounidense confirmó la interferencia rusa en dichas elecciones. A pocos pasos de Putin, Trump calificó el asunto de «engaño» y de un tormento compartido e injusto para ambos.
En segundo lugar, Putin elogió a Trump y afirmó poder «confirmar» una declaración que el estadounidense ha repetido: que la incursión de Rusia en Ucrania a principios de 2022 no habría ocurrido si Trump hubiera estado en el poder en ese momento. Curiosamente, la pregunta de por qué Putin continúa la guerra y su demanda territorial ahora que Trump ha regresado al poder, exigiendo su cese, quedó sin respuesta.
La posibilidad de una visita de Trump a Rusia
Con el inicio de la planificación acelerada para la cumbre histórica en Alaska, algunos analistas especularon si, dada la proximidad del estado a Rusia (menos de 96 kilómetros), Trump realizaría una visita ceremonial al país vecino.
Aunque esto no ocurrió, una fuente cercana a Trump sugirió días antes del viaje que una visita a Moscú podría ser una posibilidad futura. Por tanto, no pareció una simple broma cuando Putin, en sus últimas palabras desde el podio, sugirió un encuentro en la capital rusa.
Trump mostró una receptividad notable. «Oh, es interesante», dijo, enarcando las cejas. «No sé, me van a criticar un poco. Pero creo que podría pasar». La última visita de un presidente estadounidense a Rusia fue en 2013, cuando Barack Obama asistió a la cum cumbre del G20 en San Petersburgo. Curiosamente, ese mismo año fue la última vez que Trump estuvo en Rusia, como anfitrión del concurso Miss Universo. Previo al certamen, Trump, quien por décadas buscó proyectos de construcción en Rusia, intentó generar interés en el evento publicando en redes sociales: «¿Creen que Putin asistirá al Concurso de Miss Universo en noviembre en Moscú? Si es así, ¿se convertirá en mi nuevo mejor amigo?». Putin no asistió, aunque al parecer envió un regalo.
Volodímir Zelenski, al margen de la cumbre de anchorage
La figura con más en juego el viernes, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se vio relegado a observar la cumbre por televisión, al igual que el resto del mundo.
Zelenski no recibió una invitación al encuentro, aunque Trump anunció su intención de llamarlo a él y a los líderes de la OTAN tras salir de Alaska para un resumen de la reunión. En su entrevista con Hannity, Trump expresó su creencia de que habría un futuro encuentro entre Zelenski y Putin, al que él podría unirse. Sin embargo, Zelenski tiene programada una visita a la Casa Blanca el lunes, sin la presencia de Putin.
Sin un acuerdo en mano, Zelenski y su nación continúan inmersos en una guerra desgastante con Rusia, desprovistos de las sólidas garantías de apoyo militar estadounidense continuado que recibieron bajo la administración Biden. En los últimos días, Zelenski ha criticado a Moscú por persistir en sus ataques contra Ucrania, interpretándolo como una señal de la falta de interés de Putin en un alto al fuego o en un acuerdo de paz a largo plazo. «La guerra continúa, y es precisamente porque no hay ni una orden ni una señal de que Moscú se esté preparando para poner fin a esta guerra», declaró Zelenski en un video justo antes del encuentro Trump-Putin. «El día de las negociaciones, también están matando. Y eso lo dice todo».