La crisis en Gaza se agrava: Cientos de muertes y el debate sobre el desplazamiento palestino

La crisis humanitaria en Gaza se intensifica con ataques y hambruna, cobrando 123 vidas en 24 horas. Negociaciones estancadas y el polémico plan de desplazamiento.
La crisis en Gaza se agrava: Cientos de muertes y el debate sobre el desplazamiento palestino

La franja de Gaza enfrenta su momento más crítico en casi dos años de conflicto, con un saldo devastador de vidas humanas y una crisis humanitaria que no cesa. En las últimas 24 horas, 123 palestinos han perdido la vida debido a los ataques incesantes y la hambruna rampante, elevando la cifra de víctimas a niveles inimaginables.

La escalada de violencia y el sufrimiento humanitario

El ejército israelí intensificó sus bombardeos sobre la Ciudad de Gaza el pasado miércoles, en anticipación a una toma de control prevista. Este recrudecimiento de la ofensiva ha provocado el peor balance de víctimas en una semana, sumando a la catástrofe humanitaria de un conflicto que ha desvastado el enclave, hogar de más de dos millones de palestinos.

Residentes de la zona reportaron que aviones y tanques israelíes bombardearon intensamente las áreas orientales de la Ciudad de Gaza. Muchos hogares quedaron destruidos en los barrios de Zeitún y Shejaia durante la noche. Específicamente, en Zeitún, un ataque aéreo contra una vivienda cobró la vida de doce personas, según información del Hospital al-Ahli.

La devastación también alcanzó el sur de Gaza, donde tanques israelíes destruyeron varias casas en el este de Jan Yunis. En el centro del enclave, médicos palestinos confirmaron que disparos israelíes mataron a nueve personas en dos incidentes distintos, mientras buscaban ayuda humanitaria. El ejército israelí no ha emitido comentarios sobre estos hechos.

Más allá de los ataques directos, la hambruna continúa cobrando vidas. El Ministerio de Salud del territorio ha informado que ocho personas más, incluyendo tres niños, fallecieron por hambre y desnutrición en las últimas 24 horas. Este trágico balance eleva el total a 235 personas, de las cuales 106 son niños, fallecidas por esta causa desde el inicio de la guerra. Israel, sin embargo, cuestiona las cifras de desnutrición y hambre comunicadas por el ministerio.

El debate sobre el desplazamiento forzado de la población

En medio de la creciente crisis, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reiterado la idea de que los palestinos simplemente abandonen el enclave. Esta propuesta, respaldada con entusiasmo por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, plantea que a los palestinos «se les permitirá salir», no que «van a ser expulsados», según declaró Netanyahu al canal de televisión israelí i24NEWS. Añadió que «todos los que se preocupan por los palestinos y dicen que quieren ayudar a los palestinos deberían abrir sus puertas y dejar de darnos lecciones».

Esta perspectiva de desplazar a la población de Gaza genera consternación entre los países árabes y muchos dirigentes mundiales, quienes lo consideran una posible nueva Nakba («catástrofe» en árabe), en alusión a la huida o expulsión de cientos de miles de palestinos durante la guerra de 1948.

Negociaciones estancadas en un conflicto prolongado

Mientras tanto, el jefe negociador de Hamás, Jalil al-Haya, ha mantenido nuevas conversaciones con representantes egipcios en El Cairo. El objetivo central de estas reuniones es detener la guerra, asegurar la entrega de ayuda y «poner fin al sufrimiento de nuestro pueblo en Gaza», según un comunicado del representante de Hamás, Taher al-Nono.

Fuentes de seguridad egipcias han indicado que en las conversaciones también se discute la posibilidad de un alto el fuego general, que incluiría la renuncia de Hamás al gobierno de Gaza y el desarme del grupo. No obstante, un responsable de Hamás, bajo condición de anonimato, ha señalado a Reuters que el grupo está abierto a cualquier idea si Israel pone fin a la guerra y se retira. Sin embargo, enfatizó que «deponer las armas antes de que se ponga fin a la ocupación es imposible».

A pesar de los esfuerzos diplomáticos, las autoridades estiman que la eventual toma de la Ciudad de Gaza por parte de Israel, que ya fue capturada y luego abandonada en los primeros días del conflicto, aún podría demorar semanas, posiblemente iniciándose en octubre. Esto, paradójicamente, mantiene abierta la posibilidad de un alto el fuego, a pesar de los continuos fracasos en las conversaciones y la persistencia de la violencia.

La crisis de la ayuda humanitaria y la presión internacional

El plan de Netanyahu de ampliar el control militar sobre Gaza ha intensificado las protestas mundiales ante la devastación generalizada, los desplazamientos y la hambruna en el enclave. Un total de 24 países han denunciado esta semana los «niveles inimaginables» de sufrimiento, instando a Israel a permitir la ayuda sin restricciones.

Por su parte, Israel acusa a Hamás de robar la ayuda y afirma haber tomado medidas para aumentar las entregas, como pausas diarias en los combates en algunas zonas y el establecimiento de rutas protegidas para los convoyes. El ejército israelí reportó el miércoles la entrada de casi 320 camiones en Gaza a través de los pasos fronterizos de Kerem Shalom y Zikim. Además, señaló que cerca de 320 camiones más fueron recogidos y distribuidos por la ONU y organizaciones internacionales en las últimas 24 horas, junto con tres camiones cisterna de combustible y 97 palés de ayuda lanzada desde el aire.

Aun así, tanto la ONU como los palestinos insisten en que la ayuda que llega está lejos de ser suficiente para paliar la magnitud de la crisis.

La situación en Gaza revela un complejo entramado de violencia, negociaciones estancadas y una crisis humanitaria que parece no tener fin. ¿Es posible encontrar una solución que priorice la vida humana y detenga el sufrimiento de millones en un territorio asediado?

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