El colapso silencioso de la infraestructura cubana ha encontrado un nuevo campo de batalla: los mosquitos. El lunes 1 de diciembre de 2025, la isla confirmó una trágica cifra que expone la profunda crisis sanitaria Cuba 2025. La epidemia de dengue y chikungunya ya ha cobrado la vida de 33 personas, afectando al menos a un tercio de la población.
El saldo mortal de la emergencia epidemiológica
La epidemia ha golpeado severamente a la población en los últimos meses, con una mortalidad que alarma a la comunidad médica internacional. Carilda Peña, viceministra de Salud de Cuba, abordó la situación en la televisión estatal, confirmando el alcance del brote.
La funcionaria señaló que tanto «el dengue como el chikungunya mantienen una amplia circulación» en el país.
El desglose oficial de víctimas es el siguiente:
- 12 muertes corresponden a dengue, de las cuales 7 eran menores de 18 años.
- 21 muertes corresponden a chikungunya, de las cuales 14 eran menores de 18 años.
La doctora informó que la enfermedad transmitida por mosquitos no respeta límites geográficos en la isla. El dengue «sigue en las 14 provincias, los 43 municipios y las 51 áreas de salud» del territorio cubano.
La profunda crisis económica como catalizador del brote
La situación sanitaria en Cuba se ve dramáticamente agravada por la profunda crisis económica y social que atraviesa el país. Esta coyuntura ha provocado una escasez de medicamentos, combustibles y otros bienes básicos esenciales para la respuesta de salud pública.
La incapacidad para contener la propagación del mosquito vector se debe a factores estructurales:
- La crisis dificulta la capacidad del gobierno para realizar fumigaciones oportunas.
- La limpieza regular de la basura de las calles se ha complicado.
- Existe una falta de recursos para reparar las tuberías con fugas, focos de reproducción del vector.
La viceministra Peña enfatizó que, aunque las autoridades están enfrentando la epidemia con fumigaciones en calles y viviendas, la situación epidemiológica es calificada de «compleja».
Geografía del riesgo y llamado a la acción
Existen cinco provincias que concentran la mayor prevalencia de la enfermedad. Estas zonas de alerta máxima incluyen:
- Camagüey
- Pinar del Río
- Santiago de Cuba
- Sancti Spíritus
- La Habana
Ante este escenario, la doctora instó a la población a reforzar urgentemente las medidas de control y protección. Se hizo un llamado especial para proteger a dos grupos vulnerables: los ancianos que viven solos y los menores de un año.
La situación, calificada de «compleja» por las autoridades, revela cómo la fragilidad económica y la escasez de recursos se traducen directamente en vidas humanas perdidas. ¿Es posible que las medidas de fumigación sean suficientes cuando el verdadero criadero de la enfermedad reside en las grietas de la infraestructura colapsada, inmersa en una profunda crisis social?







