El pacto con Estados Unidos de la familia Guzmán avanza a pasos firmes. Tras meses de negociaciones, Joaquín Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, formalizará su declaración culpable Joaquín Guzmán López ante una corte federal de Chicago el próximo lunes 1 de diciembre, siguiendo la misma ruta judicial que su hermano, Ovidio Guzmán.
El acuerdo de «El Güero» con la justicia estadounidense
Joaquín Guzmán López, también conocido con el alias de «El Güero», comparecerá ante una Corte de Distrito en Chicago, Illinois, para cambiar su declaración original de no culpable. Según la notificación difundida el viernes 28 de noviembre, la audiencia presencial fijada para las 13:30 horas (1:30 p.m.) ha sido convertida en una audiencia de cambio de declaración.
Este proceso se aplazó durante varios meses, mientras su abogado, Jeffrey Lichtman, negociaba un acuerdo con la Fiscalía estadounidense. De acuerdo con los documentos judiciales, Guzmán López, de 39 años, enfrenta múltiples cargos:
- Narcotráfico, blanqueo de dinero y uso de armas de fuego.
- Crimen organizado y conspiración.
- Integración de una empresa criminal continua.
Guzmán López se había declarado no culpable en julio de 2024 de los cargos de narcotráfico, blanqueo de dinero y uso de armas de fuego en el seno del Cártel de Sinaloa. Al cambiar su declaratoria, se convertirá en el segundo hijo del gran capo en confesar sus crímenes ante la justicia estadounidense, sumándose a la lista de criminales mexicanos que han alcanzado acuerdos con el gobierno de Estados Unidos para declarar contra otros capos.
La caída de Zambada y la fractura del Cártel de Sinaloa
La declaración de culpabilidad de Joaquín Guzmán López se enmarca en una trama compleja que sacudió al Cártel de Sinaloa desde julio de 2024, cuando se entregó a las autoridades estadounidenses.
«El Güero» fue detenido el 25 de julio de 2024 junto al cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, en El Paso, Texas, tras llegar a ese estado en una avioneta. Hay versiones encontradas sobre el suceso que derivó en la entrega del «Mayo»:
- Versión de Zambada: Declaró que fue engañado sobre el destino del vuelo y entregado por Guzmán López a las autoridades estadounidenses.
- Versión judicial/fuentes cercanas: Guzmán López habría organizado una emboscada contra Zambada, a quien privó de la libertad y trasladó en una aeronave hacia Nuevo México, donde además él mismo se entregó a las autoridades.
Tras ese arresto, se han multiplicado los enfrentamientos entre la facción conocida como «Los Chapitos» y la facción de Zambada por el control del Cártel de Sinaloa, lo que supuso una ruptura total de dos de las grandes facciones del grupo criminal en el estado mexicano.
La guerra interna: Chapiza contra Mayiza
La capital sinaloense, Culiacán, ha quedado convertida en el escenario de la guerra entre la chapiza —el brazo armado liderado por los herederos del «Chapo»— y la mayiza —los afines a «El Mayo»—.
«Los Chapitos» —integrados por Joaquín, Ovidio, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán—, retomaron las actividades de su padre, Joaquín «El Chapo» Guzmán, condenado a cadena perpetua en Estados Unidos desde 2019. La acusación señala que estos hermanos, entre 2008 y 2021, coordinaron el traslado de:
- Cocaína.
- Heroína.
- Metanfetamina.
- Mariguana.
Estas actividades ocurrieron bajo el liderazgo de Joaquín Guzmán Loera y de Ismael Zambada García, quienes dirigían la estructura criminal. La Fiscalía afirmó que Guzmán López recibió ganancias millonarias por su participación en operaciones ilícitas. Además, registros judiciales indican que «El Güero» contribuyó en la operación que permitió la fuga de su padre del Penal del Altiplano en 2015.
El Cártel de Sinaloa es acusado por Washington de introducir fentanilo en Estados Unidos, donde esa droga ha provocado decenas de miles de muertos por sobredosis.
Estrategia familiar: colaboración y resguardo de la familia Guzmán
Joaquín Guzmán López es el segundo hijo de «El Chapo» en declararse culpable. Anteriormente, Ovidio Guzmán, alias «El Ratón», lo hizo el 11 de julio pasado ante la misma jueza, al acordar su colaboración con las investigaciones en curso.
Dos años en una cárcel estadounidense bastaron para que Ovidio Guzmán, detenido a principios de 2023, se declarara culpable de narcotráfico y organización criminal. Tras su declaratoria, fue trasladado a una ubicación secreta y conocerá su sentencia en enero del próximo año.
La estrategia de colaboración se extiende al resto del círculo familiar. Al menos 17 miembros de la familia de Ovidio Guzmán, entre ellos su madre, su esposa y 15 familiares directos más, se entregaron voluntariamente el 19 de mayo pasado en la garita de San Ysidro, en la frontera entre Tijuana, Baja California, y San Diego, en California. Sobre esto, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, explicó en mayo que “la familia que se fue no era objetivo ni era buscada por las autoridades mexicanas”.
Preguntas sin respuesta para el gobierno de México
Poco más de un año después de la captura de los capos mexicanos, el Gobierno de México sigue sin tener información sobre los hechos que rodearon la detención de «El Mayo» Zambada y «El Güero» el 25 de julio de 2024.
El gobierno de Claudia Sheinbaum insiste en obtener respuestas de las autoridades estadounidenses sobre los siguientes puntos, en medio del contexto de violencia que se desencadenó:
- Si se llevó a cabo una operación en territorio nacional por parte de agentes de Estados Unidos.
- Qué pasó con el piloto que trasladó a los capos desde Sinaloa hasta Texas.
- Los términos de las negociaciones con alguno de los capos para entregarse.
- Aclarar el asesinato de Melesio Cuén.
Hasta el momento, Washington no ha respondido a la petición del gobierno mexicano.
La rendición de Joaquín Guzmán López consolida la estrategia de la familia del «Chapo» de negociar su futuro tras las rejas en Estados Unidos. Este movimiento, junto con la colaboración de Ovidio Guzmán, no solo desinfla el músculo operativo del Cártel de Sinaloa en México, sino que también garantiza municiones procesales de alto calibre para Washington, alimentando una guerra de facciones que México sigue sin comprender o sin poder intervenir por completo.
