El anuncio de bad bunny como artista del medio tiempo del super bowl de 2026 ha desatado una ola de reacciones en el ámbito político estadounidense, con donald trump a la cabeza. El expresidente calificó de «absolutamente ridículo» la decisión, encendiendo un debate sobre la música latina y la identidad nacional.
El embate de Donald Trump contra Bad Bunny
Donald trump arremetió directamente contra los organizadores del super bowl, declarando que la participación de bad bunny era “absolutamente ridícula”. El presidente afirmó que “nunca había oído hablar” del cantante puertorriqueño, a pesar de que este es uno de los artistas musicales más grandes del planeta, con más de 107 mil millones de reproducciones en spotify y 49,5 millones de seguidores en instagram.
La controversia escaló durante una entrevista en el programa *greg kelly reports* de newsmax. El presentador le dijo a trump que la nfl había elegido a “el conejo bad bunny o como sea que se llame… este tipo, que odia a ice, no le gustas, acusa a todo lo que no le gusta de racismo”. Luego, el presentador sugirió un posible boicot a la nfl, argumentando que bad bunny «no parece un artista unificador y mucha gente ni siquiera sabe quién es». Trump asintió, reiterando: «nunca he oído hablar de él. No sé quién es, no sé por qué lo hacen, es una locura». Posteriormente, el expresidente culpó a un promotor contratado para el entretenimiento, calificándolo de “totalmente ridículo”.
Entre la representación cultural y el rechazo político
El anuncio de bad bunny como artista del medio tiempo del super bowl fue ampliamente aclamado como un hito significativo en la representación de la música latina en el escenario global. Sin embargo, donald trump no fue el único en criticar la elección. Otros funcionarios de su administración y políticos republicanos se unieron al ataque.
La representante marjorie taylor greene expresó su preocupación por la posibilidad de «actuaciones sexuales demoníacas» en el super bowl. Por su parte, la secretaria de seguridad nacional, kristi noem, advirtió que planea desplegar agentes de ice en el partido de fútbol para interceptar a cualquiera que no sea un «estadounidense respetuoso de la ley que ama a este país». Además, algunos comentaristas de derecha han sugerido incorrectamente que el triple ganador del grammy «no es un artista estadounidense», ignorando que puerto rico es un territorio de estados unidos.
El temor a ICE y la voz de Bad Bunny
Las amenazas de la administración trump de colocar agentes de ice alrededor del estadio tienen un antecedente. El mes pasado, bad bunny declaró a la revista *id* que no había incluido a estados unidos en su gira mundial debido a temores reales de que agentes de ice pudieran allanar los lugares donde se presentaba o colocarse afuera. “ice podría estar afuera [de las salas de conciertos]”, dijo. “Y es algo que estábamos comentando y que nos preocupa mucho”.
El fin de semana pasado, en *snl*, bad bunny habló sobre su actuación de febrero de 2026 en el super bowl, dirigiéndose a la audiencia en español: “todos los latinos y latinas en el mundo, y aquí en los estados unidos, todas las personas que han trabajado para abrir puertas… más que un logro mío, es un logro de todos”. Luego, cambiando al inglés, añadió un mensaje contundente: “si no entendiste lo que acabo de decir, ¡tienes cuatro meses para aprenderlo!”.
La cruzada republicana: Creed para el entretiempo
En respuesta a la indignación, se informó que republicanos están haciendo campaña activamente para que la banda de rock cristiano creed encabece el codiciado espacio de entretiempo del super bowl, en un claro intento de contraponerse a la elección de bad bunny.
Esta confrontación no solo subraya la creciente politización de eventos culturales masivos, sino que también expone las profundas divisiones ideológicas que permean el debate público estadounidense. ¿Representa la polémica en torno a bad bunny un nuevo frente en la guerra cultural, donde la identidad y el origen se convierten en campos de batalla políticos?
